8 - Sociedad

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Dos semanas despues, 02:23 am.

El calor le llegó de noche, mientras el camión de la basura se iba, y su vecino hacia ruido.

Cuando miró el reloj quiso maldecir, por que miró la fecha que era en el calendario de la pared, su celo venía en el día que tocaba y el lo había olvidado.

El trabajo, Jean, Momo, sus padres, su nueva vida lo había absorbido hasta el punto de olvidarse de si mismo, por un momento lo merecía por despistado, pero después dejó de pensar cuando su ropa interior se mojó.

Su vecino golpeaba el cabecero de la cama, así que cuando la ola se detuvo por un segundo, se puso de pie en la cama y golpeó la pared, no sabía que estaba haciendo, pero sabía que esa noche no iba a dormir, y no estaba de humor para que esa noche sus vecinos lo molestasen con sus ruidos.

Su médico le había avisado, sus celos eran más intensos y más dolorosos, y sin la presencia de un alfa en su vida sexual iba ir en ascenso, sentado en el borde de la cama tomo aire profundamente, intentaba medir el dolor en una escala del uno al diez.

Era un tres, lo suficiente para empezar a organizarse, tenía que llamar a Jean, habían pasado más de dos semanas, no tenía los puntos, y antes de quitárselos apareció otra vez por la cafetería haciendo alguna que otra cosa más que Henry le dejase.

- ¿Dónde está mi móvil? - Momo se había despertado, preocupado por su dueño, frotándose en sus piernas. Se levantó hacia la mesa de la habitación, deteniéndose por un momento al sentir su lubricante deslizarse por detrás de las rodillas. - Joder. - El móvil tenía el LED parpadeante, tenía una notificación, la aplicación que tenía para controlar sus ciclos le avisaba: Comienza tu celo. - ¿Enserio? No me había dado cuenta.

De forma automática llamó a Jean, tardó un buen rato.

- ¿H-Henry? - Su voz estaba amortiguada por lo que seguro era la almohada. - Es muy tarde.

Tardó en contestar por que el dolor lo dejó agachándose y sujetándose en el borde del escritorio.

- Escúchame, necesito que te hagas cargo de la cafetería por unos días. - Escuchó el sonido de las sábanas a través del teléfono. - Mañana incluido.

- ¿Mañana?

- Sí, mañana, osea dentro de unas horas. - Se estaba comenzando a desesperar.

- ¿Qué hora es?

- Las dos y media.

- ¿Estás con el celo?

- Sí, por eso te pido que te hagas cargo, ¿tienes las llaves que te dí?

- Sí. - Lo escucho bostezar, lo imaginaba frotándose los ojos, sentado en la cama para no dormirse. - Mañana a las siete preparando las servilletas.

- Muy bien, y ahora acuéstate y sigue durmiendo.

- Sí... Espera, y tú... ¿Estarás bien?

- Sí, creo que sí, dejaré a Momo en el salón.

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La segunda ola subió al cuatro y medio, lo alcanzó bocabajo, con Momo en el salón con comida y agua, no se preocupó por la sábanas y el colchón, tenía una un protector de plástico que había comprado durante la decoración de la casa, comenzo a tener calor, así que como pudo salió de la cama para abrir las ventanas.

Después de quince minutos de estar sentado en el suelo volvió a la cama, quería dormir pero no podía.

Sacó del su mesa de luz un pequeño vibrador, tenía que alcanzar el orgasmo antes de que volviese el dolor, sin ropa, y encogido en su cama, lo introdujo en su interior sin problema, no sintió nada hasta que dobló sus rodillas en el aire, sabía como funcionaba, cada tres meses sabía donde dar para terminar lo antes posible.

Domestícame (Omegaverse) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora