Paso la noche con Ashley Centrum en el motel. Las clases se habían suspendido por la muerte de Esteban y Arturo enfrente de la escuela. Ashley no lo sabía aún, no quería decírselo él, más bien pensaba que si lo engañaba con él como podría importarle que muriera, era lógico, pero lo lógico en los humanos no es algo que deba pensarse.
Los dos salieron separados, no podían verlos juntos. Le llevo el auto a Billy en la mañana, estaba con Calvin y con Albert, lo invitaron a salir a beber de nuevo pero él no tenía más dinero así que no pudo aceptar. Avergonzado y triste se marchó a su casa solitario a pie, sus amigos no querían salir con un pobre. En el camino había una cancha de basquetbol que ya no visitaba, no era necesario, su sueño se había acabado tiempo atrás.
Se había quedado solo, no estaba la difunta Britanny, no estaba Angélica por la cuestión de Víctor y por la misma razón no estaba Víctor. Alejandro había muerto y para ese entonces Ashley ya se habría enterado lo de su novio. No había nadie que le cuidara de su locura.
Al día siguiente no salió de su casa. Fue hasta al día siguiente a ese que se reanudaban las clases que salió por fin, el día paso normal, murmullos, muchos murmullos sobre la muerta de Esteban y Arturo. Leonel pregunto a las chicas de voleibol sobre Ashley pero ella no fue porque se sentía muy mal por la muerte de su novio. Las chicas como Leonel se sorprendieron por eso, un par de días antes ella se acostó con él y ahora se siente mal por su novio. Sus compañeras no paraban de decirle puta y más ofensas contra su amiga. Era la oportunidad de ellas para salir con el chico más agraciado, abrazándolo y acariciándolo no notaron a Ashley que estaba detrás parada, había escuchado a sus compañeras hablar, no resistió, salió corriendo lejos haciendo reaccionar a Leonel que corrió tras ella hasta alcanzarla y abrazarla.
— ¿Oye estás bien?
—No —entre llantos—, ¿Cómo podría estarlo? Mi novio murió y mis amigas me dicen zorra, puta y más cosas. Es cierto que me acosté contigo, no pude resistirme a mis deseos, eres atrayente pero yo lo quería, ¡yo lo quería! ¡No lo pensé y fui directo a tu estúpida trampa! De seguro solo me utilizaste para hacerlo sentirse mal por todo lo que te hizo, cambiaste de apariencia pero sigues siendo él mismo chico estúpido en el que nunca me fijaría. Ahora él murió y mis amigas dicen cosas feas de mí. ¡Es todo tú culpa malito infeliz! —soltándose de los brazos de Leonel saliendo corriendo lejos.
Él no la persiguió, tenía razón, era su culpa y más de lo que ella creía.
Siguió entonces con la escuela, desanimado no vio a Víctor ni a Angélica en todas esas horas. Llego la hora de la función, él director no estaba, Britanny no estaba, la función se ponía tétrica, no tenía forma. La sustituta tomo el lugar de Britanny y Leonel apenas pudo hacer su papel decentemente, siendo la estrella, y con altas expectativas entre el público, por las criticas superficiales de la primera vez, el juzgado fue fuerte y como era previsto sin la bella Britanny, sin el director y con la estrella apagada la obra fue a plausible para quedar en el olvido, muy en el olvido.
No fue hasta el final que, Leonel pudo captar a Angélica entre el público que miraba fijamente la obra. No ayudo, tampoco desmoralizo, simplemente fue una estrella que brillo en el cielo por unos segundos en el paisaje de Leonel.
Al terminar salió por la puerta desganado. Angélica lo seguía a cierta distancia sin que se percatara Leonel. Los chicos, Calvin, Billy y Albert lo encontraron de paso saliendo, se iban de copas e invitaron a Leonel ir con ellos, él de nuevo no pudo por falta de dinero-
—Leonel ya consigue dinero amigo —dice Billy mientras le toca el hombro.
—Haz algo, vende droga o lo que sea. Porque si te quieres juntar con nosotros necesitas al menos pagar lo tuyo y de vez en cuando invitar también —dijo Calvin.
Leonel bajo la mirada mientras ellos se reían. Angélica no tenía idea de que pasaba, >> ¿Lo molestan?<<, pensó mientras se escondían y cuando iba acercarse a preguntar llego Erika corriendo, Angélica volvió a esconderse y ver desde lejos.
— ¡Leonel! —llegando a abrazarlo.
—Erika... no te vi hoy, ¿no viniste a clases? —pregunto aún con la mirada cabizbaja.
—Es no importa... quería advertirte algo. Se trata de Dustín.
—Dustín. ¿Quién era ese? —comenzando a caminar lentamente por la cera hacia su casa.
—Era el novio de Noelle hasta que ella se suicidó —Leonel se detuvo entonces—. Él vino a mi casa apenas hace unos minutos preguntando sobre mi fiesta que hice, quiere saber quién fue con él que se acostó. No se veía normal, estaba alterado, te está buscando y creo se quiere vengar Leonel.
—Él fue... Leonel fue el chavo con el que se acostó Noelle pensando su novio la engaño y que por eso se suicidó después al enterarse que no era cierto y ella sí lo hizo... —Angélica sorprendida, pero no más que decepcionada y triste, no quería oír más, se marchó sigilosamente mientras ellos seguían charlando.
Leonel prosiguió caminando ignorando la advertencia de Erika.
—Por ahora Dustín es el menor de mis problemas Erika. Igual gracias por avisarme de todas maneras. Ya me voy, adiós —avanzando dando la espalda.
—De nada... quería saber también si sabes más detalles de la muerte de mi primo y de mi exnovio hace dos días. Ya sabes que murió frente a la escuela.
A Leonel se le estrepito el pecho, un sentimiento de frio lo atravesó como una corriente de rayo a una velocidad más rápida incluso. Era cierto, se le olvido ese detalle, Arturo era el primo de Erika y Esteban era su novio. Perdió a dos de sus seres queridos cercanos más queridos en un mismo evento, >> ¡Pero que dolor!<<, pensó Leonel. Pero no solo por ella, sino por él, se sentía mal por ella pero porque él fue quien lo hizo, nada más por eso.
—No... no sé. Perdón —esta vez con un tono más serio en su voz, casi gritando apenas se escuchaba su alma quebrada. Había lastimado a la mujer que tiempo atrás amaba.
—Oh... no te preocupes, igual gracias, adiós —dijo en un tono falso intentando ocultar el dolor.
Al voltear a verla Leonel noto en sus ojos y mejillas que había estado llorando mucho. >>Gracias<<, ese "gracias" le resonaba en la cabeza. >> ¡Yo fui quien los mato!<<, gritaba su demonio.
—¿Te dolió? —pregunto, con una voz ya no parecida a la suya.
—Duele Leonel... no puedo negarlo. Pero tú me enseñaste en nuestro tiempo de novios que lo mejor para dejar ir el dolor del mundo es aceptar las cosas, aceptar que pasó, que pasará, que está pasando y desde ahí intentar sonreír de nuevo.
Leonel recordó esas palabras, se las había dicho el último día de su relación cuando él descubrió que lo engañaba. Ese día estaba lloviendo fuerte, esté día estaba soleado a no poder más, una sola corriente de aire intensa paso en todo el día, paso justo en ese momento, mientras se miraban de frente, destrozados los dos. Con ella la vida le iba enseñar que estaba mal, con él, él mismo se estaba haciendo daño. Daños mentales claro está, pues los eventos físicos solo pueden afectar a la materia, lo intangible a lo intangible, o séase, las ideas, pensamientos o emociones solo pueden afectar en cierta medida a las mismas, de ahí mismo cada quien tiene la suma libertad y responsabilidad de las suyas, por este hecho echarle la culpa a terceros de la propia infelicidad es despreciablemente cobarde. No es que él otro dañe con ofensas o acciones, es la percepción de estas las que hacen daño a sí mismo y solo él mismo es quien puede concluir si le perturban o no, cambiar la perspectiva de estos hechos es forzoso, dejando de lado la autoayuda que se podría dar, las costumbres, los axiomas emocionales y sesgos cognitivos, dejando de lado él propio ser como percepción de los eventos, interactuando con un debido sentido inteligente, así la percepción cambia.
¿Es entonces que se puede dar una apreciación buena a todo, incluso del mal?, sí. Es a lo mucho una satisfacción individual, aunque colectivamente no es correcto en el pro de buscar un avance o respuesta. ¿Importa eso si eres feliz?
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Peccatum (Pecado)
Mystery / ThrillerJoven estudiante cambia sus virtudes al peor ser que puede hallarse, a sus deseos, en un camino colmado de vicisitudes y pecados a una superflua ataraxia. ¿Los deseos son malos? ¿Qué se necesita para ser feliz? Recorre el camino con el joven Leonel...