Capítulo 12 "Sueños y deseos"

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Mientras seguía hacia el camino a su casa visualizo de nuevo la cancha de basquetbol, donde de re ojo noto a Marco jugando, pasándolo e ignorándolo.

—¡Leonel! ¡Ven! —gritando desde la cancha Marco agitando los brazos.

Él se detuvo unos instantes, desviando la mirada para pensar >> ¿Voy a jugar? Antes practicar deporte me quitaba todo el mal de encima..., no hay nada que perder<<, decidiendo quedarse un rato. Tímido al saludar a los chicos que jugaban, pero con Marco dándole la confianza, con alguien dándote su confianza, es más fácil hacer todo. Aun con talento, aun siendo bello, hay juegos de equipo donde todos deben estar. El trabajo, la escuela, la familia, la vida, son juegos de equipo.

Costandole un poco el comienzo, se empezaba a sentir libre, en sus movimientos era evidente su talento innato, sus ojos brillaban al sol, era evidente, su sol siempre fue su sueño: ser un atleta profesional. Nadie lo podía parar con el balón, era un dulce baile profundo, Marco quien igual era muy bueno pero a base de esfuerzo, hacían juntos jugadas imparables, Leonel se quitaba a sus rivales dando pases de primer nivel mientras que Marco las anotaba todas desde abajo la canasta. Pero ese baile se tambaleaba con el paso de los minutos, esta vez Marco dio el pase magistral dejando a Leonel sólo, en el momento en que iba a tirar, escucho a un chico decir >>Es mejor incluso que Esteban y da mejores pases que Arturo<<. Paralizandolo al momento, su corazón volvió a latir fuerte, se habían recobrado sus miedos, no eran ellos quien provocaba sus miedos, era él mismo al pensar que iba errar el tiro, provocando que ellos incitaran a reírse de Leonel, sus miedos no murieron al morir ellos, sus miedos seguían vivos pues seguían dentro de él.

Erro el tiro descaradamente, su postura fue fatal al igual que el resultado de esta, increíble, ¿era que es pésimo en los tiros?, no, solamente no creía en ellos. Bajo la mirada yendo directamente con Marco.

—Me tengo que ir... —sin voltearlo a ver.

—Oye solo fue un tiro, no te preocupes.

—No, me voy —replicando.

—... ¿Fue porque escuchaste lo de Esteban y Arturo?

Leonel volteo, sus ojos estaban sin brillo de nuevo. Marco lo noto al instante, causando un silencio entre ellos dos. Ninguno dijo nada, Leonel se marchó. Estando en su casa solo se mantuvo sentado o recostado, meditando lo sucedido hasta ahora, sabia él, una experiencia no es experiencia, sin después de lo sucedido no se reflexiona del asunto.

—Peccatum.

—¿Si? —haciendo su evidentemente común ya, repentina aparición.

—Tú nunca hablas, ni apareces cuando te necesito, solo cuando pronuncio tu nombre. ¿Eres malo? O solamente pienso eso porque apareces cuando yo te digo, ni cuando estoy bien ni cuando estoy mal, solamente cuando te digo. ¿Eres un demonio o un ángel Peccatum? Cumples mis deseos a raya, eso lo hace un ángel, pero se me revierten contra mí, eso lo hace un demonio, sin embargo es porque yo pido cosas malas. ¿Qué eres Peccatum?

—Eso depende tu perspectiva. El bien y mal son conceptos creados por los humanos, creen que la destrucción y la paz son polos opuestos, pero depende el juez —contestó Peccatum.

—Depende el universo existente en las mentes de todos. Un juez, todos somos jueces del bien y mal cuando nuestra visión es estrechamente limitada, eso quiere decir que al igual que en el espacio no hay izquierda o derecha, ni arriba o abajo, ni los colores ya que son ondas, el bien y mal son como tal producto de nuestro juez, siendo nuestro juez la mente del humano.

—Te has puesto muy filosófico amo Adonis, y eso que ya no posees tu inteligencia de antes.

—Yo desde antes ya me filosofaba estas cosas Peccatum, es sencillo ser feliz pero nadie llegar a serlo, qué irónico. Peccatum quiero otro deseo —mirando el cielo estrellado desde la ventana de su cuarto, al fin parándose.

Peccatum (Pecado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora