Capítulo 26 "El último Pecado y la primera Virtud. Parte 2"

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Leonel acababa de llegar a la calle de su casa cuando noto a la policía afuera rodeándola, Leo extrañado se acercó a preguntar a los oficiales quienes reaccionaron violentos con él poniéndole esposas contra una patrulla.

—Leonel Adonis Wildeley esta arrestado —dice una mujer policía mientras le ponen las esposas.

—Yo no soy Adonis... ¿por qué me arrestan? —pregunta confundido Leonel.

—Por la muerte de la joven Brittany Neves.

Leonel fue llevado nuevamente a prisión, habían encontrado el cuerpo sin vida de la chica enterrado en el patio trasero de la casa de Leonel, ya había sido acusado hace pocos días de la muerte de Dustin y muerte involuntaria de Noelle, las cosas no estaban muy bien en perspectiva para Leonel. Estando dentro en su celda sólo, solo pensaba en todo el mal rodeándolo, esta vez haciéndose tangible su celda. La locura se hacía notoria en Leonel conforme pasaba el tiempo, la lucha interna contra sus deseos y soportando su dolor era un infierno. Se repetía a sí mismo <<Las cosas no nos hacen daño, son la percepción de estas las que sí. Soy alguien bueno. Debo estar calmado>>. Pasaron las horas y Leo no pudo más que repetirse que tenía estar calmado, no podría hallar una solución objetiva y racional sino fuera así, por más obvia que era la respuesta. <<Incrimina a alguien>>, le llego a su cabeza una respuesta bastante obvia, echarle la culpa a alguien más de todo eso.

—Peccatum...

—Ya te calmaste.

—Sí..., que idiota he sido. Perdí mucho tiempo lamentándome diciéndome que estaba bien y no actué, sabiendo que no hay peor jugada que la que no se hace a tiempo —se levanta del suelo—. Quiero otro pecado, este será el último, el próximo será una virtud, pero para hacer el bien debo estar bien yo primero.

—Dime cuál es tu pecado Adonis.

—Quiero que alguien más sea inculpado del asesinato de Brittany, quien sea, pero que no sea Angélica.

—De acuerdo.

Leonel fue liberado a las pocas horas, encontrando según al culpable la policía se disculpó con él. Leo sin futuro, tenía la oportunidad de crearse uno, un nuevo camino, uno de regreso a la virtud. El día se veía con muchas ganas de llover pero aun así no cayó ni una gota. Leo se encerró en su cuarto sentado en una esquina de la misma.

—Víctor, Alejandro, Marco... lo siento, pero no puedo lamentarme de ustedes ahora, ahora quien está sufriendo es nuestra amiga, Angélica, debo cuidarle. Por cierto, ¿y tú cómo te sientes Peccatum? ¿Le tienes miedo a la muerte?

—No, no sé cómo podría morir. No me interesa saberlo, y ¿para qué?, no me importa vivir o morir. Tampoco deseo sentirlo —contesta Peccatum que se aparece frente a él.

—Pensar en la muerte es natural, yo por ejemplo pienso mucho en ella, le tengo miedo, no la conozco y no puedo mientras viva, tal vez si la conociera no le tendría miedo, como contigo, eres mi único amigo ahora, y nunca pregunte por ti. ¿Eres feliz?

—No es mi propósito serlo. Rio cuando puedo pero ninguna cosa me produce suficiente fascinación para desearlo, ni para temer a perderlo.

—¿Cuál es tu propósito?

—No tengo ninguno. Solo sigo.

—... Eres el ser deseo. El mismo narciso. Un dios del Pecado. Pero no sientes deseos pero si sentimientos. Es irónico. Concedes deseos pero no sientes ninguno.

—Y me toco el humano con más deseos en el mundo y aún cumpliéndolos todos...

—Aún sin deseos que seguir...

Peccatum (Pecado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora