Capítulo 3

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Katniss todavía estaba aturdida,aunque sólo la había rozado. No daba muestras de ser un hombre afectuoso. Quizá era su manera de trasmitirle coraje. Como a dos millas y media de Mockingjay Creek, en la siguiente bifurcación, avistaron un letrero con las iniciales «R. O.».

-Por ahí se va al rancho Odair. Linda con el mío. Esta tarde volveremos, quiero que conozcas a mi familia.

-Podríamos pasar ahora, ya que estamos aquí.

-A estas horas los chicos están en la escuela y prefiero que los conozcas a todos.

-¿Es la hermana de la que me hablaste?

-Si. Se llama Annie y tiene diez años más que yo. Está casada con Finnick, mi cuñado. Tienen cinco hijos.

-¿Cinco? Su casa debe de ser muy alegre con tantos niños.

-Lo es, pero no son tan niños. Su hijo mayor es casi de tu edad, tiene
diecinueve años.

-Es un muchacho, yo tengo veintitrés.

Peeta se encogió de hombros. Por lo visto a ella le parecía mucha diferencia.

-¿También crían reses?

-Como todos los rancheros, pero no muchas. Se dedican a la cría y venta de caballos de rancho.

-¿Qué diferencia hay? Creí que todos los caballos eran iguales.

-Pues no lo son. No es lo mismo una yegua de paseo que un caballo de tiro como éste. -Señaló al que tenían ante ellos-Las monturas de rancho, como el caballo que ves ahí detrás, reciben un entrenamiento especial para conducir ganado. No todos sirven.

Katniss se obligó a callar. A punto estuvo de decir que los caballos que ella mejor conocía eran al principio broncos salvajes, hasta que se les domaba para conducir a un jinete al lomo, cuanto más rápido mejor. Pero si él se enteraba de su experiencia, no tardaría en hacer preguntas. Tras una breve pugna silenciosa, la curiosidad pudo con la discreción de Katniss.

-¿Hace mucho que conoces a Glimmer?

-Bastante, pero no es asunto tuyo.

Katniss recordó su advertencia acerca de las preguntas personales. La sospecha de que Glimmer se trataba de un asunto personal le causó una incómoda desazón. Miró al frente y a lo lejos divisó una enorme portada rotulada «Rancho Mellark» junto al emblema de un trébol.

-A partir de ahí -Peeta señaló el letrero-comienzan mis tierras. Es un rancho muy grande, demasiado quizá.

-¿Puedo preguntar una cosa?

-Puedes.

A Peeta le irritó su excesiva cautela.

-¿Por qué has dicho que es demasiado grande?

-Porque da mucho trabajo, más del que puedo soportar. Necesitaría más peones.

-Y ahora no puedes permitirte contratar a más gente -comprendió Katniss.

-No siempre las cosas marchan bien y los últimos años han sido duros. Pero pronto empezaremos a ver resultados. Más adelante contrataré a más hombres.

-¿Más adelante?

-No sabes nada de esto, ¿verdad?-preguntó mirándola por un momento -En un rancho se crían reses; cuando crecen y engordan, se venden. En eso consiste el negocio. Cuando venda el ganado, dentro de dos meses, dispondré de liquidez y podré contratar a alguien más. Pero, hasta entonces, lo más importante es que todo el personal pueda cobrar sus salarios. Si alguien debe trabajar sin recibir nada a cambio es el patrón.

Dama de tréboles (Katniss & Peeta) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora