De aquello habían pasado ya 2 semanas, tiempo efímero que llenaba a ambos de inseguridades y miedos, sin embargo, no podían parar; ambos se encontraban demasiado extasiados y sumidos en una pasión amarga y turbada que les abrigaba entre besos y promesas inciertas. Un amor puro, embarrado con la triste y amarga pasión de un prohibido proceder.
King se escurría con sutileza por las noches entre los pasillos de su casa al cuarto de huéspedes del tercer piso, habitación sombría y fría que encerraba sus penas y dolores representados en llanto y suspiros, las paredes lo escuchaban llorar y lo veían acurrucarse ante el recuerdo de su amante, cuando su llanto menguaba y su rostro y ojos se encontraban perlados por el llanto, pues Ban ya había decidido entre su inútil moral y aquel amor que estaba más que marcado en su piel. Paredes blancas oyentes de tantas penas, expectantes de tanto amor.Después, llegaba el día con una nueva esperanza. King amanecía solo, enredado en las sábanas de la cama, posesivas marcas adornaban su pecho y cuello, y una carga de conciencia cada vez más pesada se instalaba en su corazón, se vestía y calzaba para después bajar a desayunar, el rostro amable de su hermana insistía en que desayunara con ellos, él no pudiendo negarse simplemente comía en silencio sin dejar de mirar su plato, siendo consciente de la vergüenza alojada en su estómago, cuando terminaban de comer ambos marchaban al trabajo bajo la suave sonrisa de Elaine quién les despedía desde la puerta. Se sentía tan mal e irremediablemente bien.
El camino de regreso era cada vez más largo, era un momento que compartían sin sentirse realmente presionados.
--Eres como una paria --comentó King por sexta vez en la semana en un tono cansado sin dejar de caminar, una sonrisa pícara se extendió por su rostro mientras arrastraba a Ban a uno de los tantos callejones del camino,lejos de los ojos de a gente--. ¿Por qué no te vas con Elaine de nuestra casa? Pareces una sucia plaga exprimiendo la riqueza de Elaine.
Ban fingía siempre el mismo gesto ofendido cargando al menor de las caderas para poder abrazarlo mejor, olisqueando su cuello y besándolo tanto como podía, por su parte, King se encontraba gimiendo bajo mientras desacomodaba el cabello blanco de Ban moviendo su pelvis en busca de contacto, excitado y ansioso. Era todo mentira, su servicio social pagaba parte de los gastos donde vivían, Ban no se hubiese perdonado el orgullo. Bueno... quizá sí exprimía algo de Elaine con gran regularidad, pero era la polla de su hermoso cuñado y no creía que realmente molestara a los gastos del hogar.
--Creo que no he desayunado bien en la mañana, si me lo permites justo ahora te voy a devorar.
No importaba quién lo hubiese dicho, porque ambos sonreían completamente de acuerdo.
[...]
--¿No vienes a almorzar? Dice Meliodas que invitará todo lo que puedas comer --King aprovechó que nadie estaba por la oficina y abrazo los anchos hombros de su amante acariciando con sus palmas el pecho fornido de Ban--. Incluso podemos pasar a esa repostería que tanto te gusta para que te compres un panqueque de lo que quieras.
--Está bien, adelantaré estos oficios y después saldré por cualquier refrigerio, no tengo demasiada hambre, he desayunado muy bien... --lo último lo pronunció como susurró, como un secreto entre los dos, King se sonrojo mientras fruncía el ceño avergonzado, lo golpeó levemente en el hombro y se alejó a la salida.
--Te guardaré algo de comida, maldito idiota --pronuncio con vergüenza mientras le enseñaba el dedo de en medio, Ban soltó una carcajada mientras masajeaba su cuello, cuando el cuerpo de King ya no se vió únicamente se asomó su cabeza por el hueco de la puerta--. Te amo...
La felicidad invadió instantáneamente el pecho de Ban y no pudo evitar sonreír como un idiota: "--Yo también te amo" fue lo único que pronunció. Cuando se sintió completamente solo se paró de su asiento y tomó su chaqueta con calma.
Afuera el ruido de la ciudad ajetreada era un tanto estresante, caminó con paso suave por las calles hasta la parada de autobuses, miró sus manos grandes y toscas, a su espalda el ritmo de la gente seguía con sus pendientes y malos momentos tan ajenos a él, se preguntó si la gente lo ignoraría si supiesen su situación de exconvicto y asesino, se preguntó si los ojos de todas aquellas personas estarían alejados de él si supieran que además de aquello engañaba a su esposa con un hombre, el hermano de Elaine, pero únicamente quedaba en dudas absurdas. Ya no podía más con él mismo y sus inseguridades, la duda era agobiante, sin embargo, no la procuraba mucho. El autobús llegó y subió en él sin más dilemas.
"The Sweet love" Ese era el nombre de la tienda de anillos que solía frecuentar antes de su matrimonio con Elaine, era elegante y sumamente resguardada respecto a sus clientes, ahí había pedido un anillo de compromiso ya hace bastante tiempo, hecho de oro blanco con una esmeralda en la punta pero no era de Elaine y mucho menos de él, el anillo era de King, únicamente de él, sus manos recorrieron su pecho hasta llegar a la cadena donde colgaba de manera suave su anillo de matrimonio, recordó que su última noche en el hotel estuvo a punto de olvidarlo botado en el baño y tardó más de una hora en encontrarlo.
En su laguna mental su celular comenzó a sonar.
--Hola, Elaine --su voz sonó pastosa y algo estrangulada, escuchó una risita por parte de la chica y sintió su estómago revólverse, pensó que en un dado momento cuando se tuviese que disculpar posándose ante todos aquellos que lastimó sus rodillas sangrarían, la angustiosa culpabilidad alojada en su pecho le retorció, y pensó en el dolor que se envolvería en el joven corazón de su esposa, dile que no quería provocarle porque la amaba (y aunque ahora comprendía que era más un amor platónico que algo real) y porque agradecía que estuviese a su lado, pues no podía dejar de quererla, y no podía verse a sí mismo en manos de otra mujer; ella lo había aceptado sin preguntar, con los ojos vendados extendió sus pálidas y suaves manos brindándole amor incondicional, que él, aunque no en el mismo sentido, iba a intentar regresar a cualquier costo, debía disculparse y ni toda su vida entera pagaría el daño que le iba a hacer.
--Sólo llamaba para saber cómo estás, ya sabes, siento aún como si estuviese suspendida en un sueño, pero aquí estás --su voz sonaba armoniosa y tan amable como siempre, nunca la había visto en un mal estado y no podía imaginarla así nunca, un sentimiento lúgubre se instaló en su pecho, y no evitó suspirar, aún se encontraba frente a la entrada de la tienda sin saber si realmente entrar--. ¿Cómo... Cómo está King?
Su ensoñación se rompió cuando escuchó la voz tersa de su esposa, no tenía maldad ni furia impregnada en ella e incluso así, sintió como si le estuviera reprochando algo.
--Fue a comer... Creo --Su voz sonó ajena a sí mismo y se permitió avanzar en dirección a la tienda--. Elaine, cariño, estoy algo ocupado justo ahora, pero prometo recompensartelo más tarde en una charla con ese té que tanto te gusta, pero ahora me tengo que despedir.
Tras las palabras grises de despedida por parte de Elaine, cortó la llamada y simplemente entró a la tienda más decidido que antes.
--Tengo que arreglar todo.
N/A: Una disculpa por demorar tanto con el capítulo, de hecho se supone que antes de éste iba el especial, pero al final se me han cruzado los cables y no lo he podido completar, gracias por su espera.
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Adulterio.
FanfictionLe llamaban el zorro de la avaricia; por sus venas corre los más impuros sentimientos de pertenecía y anhelo a lo que no es suyo. [...] ⚠ADVERTENCÍA⚠ ×Los personajes de Nanatsu no Tazai NO me pertenecen. Se reservan dichos derechos a sus respectivos...