las cartas sobre la mesa.

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El timbre sonó de manera insistente alrededor de 30 segundos, king se acercó bastante molesto secando su pelo mojado por la ducha que acababa de tomar, al abrir la puerta un rostro ansioso y avergonzado se mostraba al otro lado; una muchacha linda, alta (aunque todos eran probable más altos que él) y con el cabello platinado con destellos lilas recogido en una coleta le miraba fijamente con suave asombro.

Su pelo le gustaba.

--¿Sí? --respondió con desconfianza sin abrir completamente la puerta, no sería la primera vez que alguien intentaba atacarlo por ser parte del escuadrón de fuerzas especiales del ejército, sin embargo, siempre que lo miraban le subestimaban por ser bajo y de rostro aniñado y aunque no se equivocaban, pues sin sus armas no era más que un joven escurridizo y un poco más fuerte que el promedio, eso en verdad le cabreaba, por ello dentro de la casa varias armas reposaban en lugares visibles como "decoracion" de la gran casa. Ban gustaba bastante de burlarse de ese hecho mencionando que esperaba una mayor destreza en combate por parte del menor al ser parte de un escuadrón tan importante, ¡pues bien, no era el caso! y Ban podía irse mucho a la mierda junto a sus estúpidos pensamientos, aunque, en realidad todo era culpa certera del capitán: "Todos deben saber que sin tus armas en realidad eres muy inofensivo" fue lo que comentó maliciosamente en un entrenamiento de cuerpo a cuerpo que se había dado tras la integración del exconvicto al equipo esto para mostrar sus capacidades y áreas de mejora y fortalecer la comunicación de la unidad.

En fin, ya se había alejado del tema.

--Buenas Tardes, soy empleada del jardín al que la joven de nombre Elaine compra regularmente sus artículos para el mantenimiento de sus plantas y flores, como últimamente no ha presentado actividad en nuestra tienda nos vemos en la obligación de dar apoyo a nuestros clientes ante cualquier hecho. ¡Qué sus problemas se solucionen lo mejor posible!

La voz casi robótica de la chica con movimientos erráticos le hizo reír levemente, miró la caja entre sus manos notando las manchas de tierra en su dorso y los injertos verdes que reposaban como contenido, al parecer no mentía.

--Ella no se encuentra ahora, salió ante unos asuntos de convenciones sobre botánica y jardinería, pero puedo recibirle los injertos con gusto. --la mirada penetrante de King hizo temblar levemente a Jericho quién asintió sin más.-- sin embargo, no sé absolutamente nada de esto y si simplemente los dejo por ahí, morirán, le ruego que al menos los coloqué lo mejor posible en la área del jardín, si no es mucha molestia, acompañeme.

Aunque no era su obligación, la mujer decidió seguirlo.

Ambos entraron a la casa, Jericho miró todo con asombro y vergüenza, era la primera vez que entraba a la gran casa, después de unos instantes su mirada paró en el joven más bajo que él, tenía un aire tranquilo e indiferente, completamente ajeno a la personalidad dulce que mostraba Elaine. Después de unos instantes llegaron a las puertas de cristal con dirección al jardín, del otro lado, Jericho observó al esposo de su enamoramiento sin camisa. Mostrando su torso al aire libre mientras flexionada sus brazos, su rostro se colocó de un rojo carmín, el más pequeño gruñó avergonzado y suspiró con hastio.

--Qué descarado eres, ¿Quieres taparte? Hay visitas. --su gesto molesto y hostil fue recibido con una sonrisa de oreja a oreja por parte del más alto quién hizo caso omiso de sus palabras y continuó con su sesión de estiramientos.

--Por favor, ruego lo ignore. -- King mandó una mirada helada al otro.-- No entiendo como alguien tan idiota sigue vivo.

Jericho con asombro disimulado miró a la pareja pasando de uno a otro, justo ahora daban un panorama diferente y muy contrario al de dos amantes ocultos: parecían colegas y ni siquiera buenos colegas, decidió ignorarlo porque aunque le interesaba el tema en realidad no era asunto suyo por lo que respetó, se dirigió al muchacho tan igual a Elaine con la voz lo suficientemente clara para que le escuchase.

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