Apoyo.

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Ya era hora de irse a casa; Escanor se había marchado ya hace una hora después de entregar los informes que le correspondían aquel laborioso día, esto fue igual para Gowther, quien se había marchado con Merlín entre escuetas despedidas y gestos amigables, por su parte, se encontraba guardando los últimos documentos de la jornada, el cansancio ya  tiraba de sus párpados y le obligaba a dormir en su sitio, lo que indicaba que era momento de ir a descansar, después de echar un largo suspiro y estirar se espalda lleno de pereza,  se levantó de su silla con torpeza dispuesto a irse y no ver ningún papel más por el resto de la noche, caminó por los pasillos ya oscuros donde sólo se colocaban algunos guardias hasta llegar a la entrada, observó que estaba lloviendo. Ahí les vio, discutiendo levemente: la diferencia de alturas era lo más notable entre ambos hombres, King se encontraba exasperado y complemente amenazante contra la figura alta de Ban mientras que el otro reía suavemente sin dejar de sostener con firmeza el paraguas que les protegía a ambos de la lluvia, Meliodas pudo observar que  el artefacto se inclinaba más en dirección al oso de la pereza, pues, mientras King se encontraba completamente seco, la chamarra negra del más alto que se perlaba por las gotas cristalinas de lluvia, el rubio sonrió con torpeza acomodándose bien la chamarra ante el frío, dispuesto a despedirse se acercó y le alivio notar que las cosas parecían ir bien incluso después de la boda.

--Hace una noche muy buena, ¿No lo creen?

King paró su sermón y monólogo mirando a su jefe de escuadrón y mejor amigo.

--pero, ¿qué dice capitán? si está lloviendo a cantaros y el frío es muy notable, además de que a este idiota se le ha olvidado su paraguas y ahora debemos compartirlo de regreso a casa. --comentó el castaño enfurruñado y pisoteando el agua bajo sus pies, su nariz y mejillas se pintaban en un leve rojo debido al tiempo, y al hablar salía bao de sus labios rosados.

--no hay mejor noche que aquella en la que tienes calor a tu lado, o al menos es lo que yo pienso, es más... hace tan buena noche que incluso quiero un café bien cargado y trozo de pan dulce, incluso puede que me anime y llame a Elizabeth para ir a su casa a preparar uno y la invite a pasar el rato y abrigarnos esta noche tan fría.

--El sueño y tanto frío hacen delirar al capitán. --comentó con una sonrisa de oreja a oreja el zorro sin dejar su papel de cubrir al más bajo con el paraguas.

El capitán avanzó hasta su altura y miró a ambos con gran entusiasmo, palmeó la espalda de King y sonrió con ánimo.

--pues sí, siempre he dicho que hay tres cosas en este mundo que no se pueden ocultar: la locura, el clima y el amor.

Como si fuese posible el rostro de King se coloreó completamente de un rojo suave luciendo avergonzado y afectado por sus palabras, y la sonrisa de Ban se volvió amable mientras miraba unos instantes a King. Meliodas meditó levemente con pesar que su relación iba demasiado bien.

--Pero bien, yo me marcho, espero les vaya muy bien en su camino.

Después de unos pasos alejado de la pareja, se detuvo sin realmente voltear a mirarlos sabiendo que ambos le observaban.

--No sé cómo decirlo, pero en verdad me alegro que ustedes de nuevo se lleven bien y que hayan logrado avanzar, espero hagan las cosas de manera correcta ahora. Amen, perdonen y olviden. 

Con un silencio no incómodo retomó el paso escuchando a su espalda un suave:

--Qué tenga buena noche, Capitán.

En verdad esperaba hiciesen las cosas bien.

[...]

Diana y Merlín no dejaban de parlotear sobre cosas de mujeres que King no podía entender ni un poco, de hecho, lo primero que no entendía era el por qué Diane le había arrastrado con ella a la hora del almuerzo cuando ambos tenían cosas más importantes que hacer, él, por ejemplo: podía absorber completamente el tiempo de su pareja y obligarlo a quererle hasta que le saliera amor de los ojos, pero no, ahora estaba ahí, cansado y con el mayor aburrimiento posible.

--Bien, quería ser más sutil respecto a todo esto pero... --comenzó Diane jugando con su cabello con nerviosismo, el menor le miró con cierto recelo notando las intenciones de su amiga de comenzar el tema, Merlín cruzó los brazos sobre su pecho y le miró fijamente, juzgándolo.-- Honestamente pensamos que eres un imbécil.

Sus palabras fueron certeras y afiladas, los ojos violentas de Diane intentaban ser amables pero su postura era completamente amenazante.

--Por otra parte, como la parte delicada de este equipo. --king miró la imponente figura de ambas mujeres y quiso reír ante las palabras de Merlín, pero prefirió conservar su vida.-- Esperamos con firmeza que estés haciendo las cosas bien, tu hermana no es una amiga cercana, sin embargo, tú sí y sabemos cómo puedes llegar a ser de idiota, así que recapacita y si puedes arreglar todo rápido, házlo. Reprobamos energéticamente todo esto e incluso así intentaremos apoyar en lo que se pueda.

--honestamente me decepciona tu comportamiento. --declaró Diane mirando a otra parte, bien, eso le había calado bastante.-- pero quiero echarle toda la culpa a ese zorro picha suelta, definitivamente nuestra plática no será tan tranquila con él... Al final, como Merlín dice, ambos son nuestros amigos y por el aprecio que les tenemos queremos que arreglen todo este desastre que han provocado y que le compren a Elaine unas bonitas vacaciones lejos de ambos, porque bien merecidas las tiene, si fuese ella, definitivamente de ustedes no queda ni el polvo.

Después de sus amables palabras le corrieron sin miramientos, King no se quejó mucho.

Y Cuando Ban llegó en la tarde con un bonito hematoma en el ojo supo que Diane le había dicho la verdad. Bien de algún modo eso lo motivaba a mejorar en gran manera, además le provocaba gracia todo eso.

[...]

Era la hora de la salida, ambos se encontraba abrigados y dispuestos a salir del recinto cuando la gran espalda de su compañero fue lo primero que vieron el salir, frente a ellos Gowther y Escanor se mantenían charlando de manera tan calmada que hasta daba curiosidad de qué hablaban. King maldijo sus muertos ante la presencia de esos dos y escuchó como Ban suspiraba pesadamente a su lado, en algo estaba de acuerdo con Ban, lo último que quería era un sermón por parte de esos dos.

-Oh, buenas noches tengan. --Habló amigablemente el hombre más grande, Gowther por su parte les miró sin gran interés saludando suavemente con su mano.

Los cuatro hombre se quedaron en silencio.

--...

--...

--...

--...

--bien, Hasta luego. --Gowther comenzó a caminar lejos siendo detenido rápidamente por el león. El muchacho de lentes suspiró con desgano y les miró con tranquilidad sin dejar de tirar su brazo para marcharse.-- Usen condón y coman frutas y verduras.

Escanor suspiró con resignación presionando levemente el puente de su nariz soltando al delgado chico.

--Lo que ambos queremos decir es que vuestra relación nos da un poco o bastante igual... --comenzó Escanor, avergonzado.-- al final tomarán las decisiones correctas, o eso esperamos.

--Es incluso si no es así, los apoyaremos. --declaró la cabra de la lujuria mirándolos con una mueca cariñosa.-- Nadie quiere ser realmente regañado una y mil veces por la misma situación, supongo, entonces eso es todo.

King rió levemente mirando a su costado, bueno, era cierto.

--Ahora sí, con permiso. --se despidieron amablemente y se marcharon con tranquilidad.

--Ese fue rápido y no doloroso. --Habló Ban acariciando su ojo lastimado.-- honestamente me alivia que todos nos apoyen es algo que temía bastante, al final son como una familia odiosa y pequeña.

--Sí, lo son.

Adulterio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora