𝑺𝑨𝑹𝑪𝑨𝑺𝑻𝑰𝑪 𝑳𝑶𝑽𝑬 ♡ 𝑆𝑡𝑢𝑎𝑟𝑡 𝑇𝑤𝑜𝑚𝑏𝑙𝑦

Capítulo 11.

Entre más me acercaba más podía ver las siluetas de la gente moviéndose alrededor de un círculo en las canchas. Una de esas siluetas era la de la encargada de nosotros, que no tuve idea de cuando salió, y otras dos era de Annie, y Ariana. Las amigas de Molly.

Sentí un nudo en el estómago cuando cruzamos las puertas, y vi el tumulto de gente rodeando el cuerpo de alguien.

¡Mierda!, ¿¡Acaso esa era Molly!?

¿Katie la mató?, ¿Tan tarde llegué?

Empujé a las chicas que están rodeando el cuerpo, y al llegar al centro del círculo vi que estaba completamente equivocado.

La del cuerpo tirado era Katie.

¿Qué carajos?

¿Acaso Molly la venció?

Busqué a mi alrededor a Molly, pero al no encontrarla mire hacia Annie, y Ariana. Annie estaba discutiendo con todas, y apuntando e insultando incontables veces a Katie. Esta última ni siquiera se mueve. Mientras que Ariana se percató de mi presencia, levantó un ceja preguntándose porque carajos estaba ahí parado como idiota mirando todo el espectáculo, hasta que ella misma se respondió y entrecerrando los ojos me apuntó hacia atrás.

Seguí su mirada, y me encuentre a Molly sentada en el césped recargada en la pared, y siendo revisada por la enfermera.

De lo primero que me di cuenta es que no tenía puesta su boina negra. Su rostro estaba lleno de tierra y sangre, su ropa estaba desgarrada, y su cabello parecía faltarle unos pedazos. Pero ella no estaba del todo consciente de su estado físico.

Parecía estar en un estado de shock mirando a la nada... Como si apenas estuviera procesando todo lo qué pasó.

David tenía razón, Katie pudo haberla matado.
Sentí un sentimiento abrumador en mi pecho. Me sentía un poco culpable de no haberme dado cuenta que Molly estaba siendo perseguida por Katie.

Algo en mí me decía que debía acercarme a ella, pero me negaba. Mejor debía de irme, ya que había demasiadas personas aquí. Antes de irme barrí con la mirada la cancha, y vi a lo lejos algo negro tirado. Fui hacia ello, y entre más cerca estaba, más confirmaba de que esa era la boina de Molly.

La tomé, y la sacudí m.

Si fuera una persona que le agradará Molly, iría hacia ella y se la entregaría.

Pero no lo soy.

Molly

Mi nombre era Molly Eva... Eva... ¿Qué más? Tenía 17 años, mi signo zodiacal era libra, me encantaba la serie de "Anne With An E", y quería ser diseñadora de modas. Momentos anteriores fui atacada por un monstruo gigante llamado "Katie" que me hizo comer la tierra de toda la cancha, y además me arruinó mi outfit.

Annie le dio una paliza, y la noqueó dejándola inconsciente, y ahora toda una bola de alumnos estaba alrededor de ella esperando a que despierte. Mientras que yo estoy siendo revisada por la enfermera para ver si no tenía nada roto.

Me sentía mal, me ardía mucho la cara, quería llorar, estaba triste, estaba enojada.

Hacía unos minutos estaba en la biblioteca desempolvando tranquilamente los libros, cuando la loca de Katie se burló de mí, y quiso tumbarme de las escaleras. Y ahora estaba aquí con la enfermera, y Katie estaba tirada en el suelo.

No había procesado correctamente todo lo que había sucedido. Se sintió como de película, como cuando la protagonista está siendo perseguida y está luchando para salir con vida. Así se sintió. Sólo que sin efectos especiales, ni dobles.

Dios mío.

Quitando el terrible dolor que estaba sintiendo en mi cara en este momento, mis ganas de llorar, mi ropa desgarrada, y el tremendo regaño que mi madre me daría cuando se enterará. Todo había sido épico. ¡Había sido mi primera pelea! Me habían partido el trasero, y por supuesto que había perdido, pero este momento se convertiría en una buena anécdota.

Había peleado por primera vez, o por lo menos lo había intentado.

Había sentido la adrenalina, y la emoción que uno siente al presenciar ese estado.

— Así que te partieron la madre, ¿Verdad? — Su irreconocible voz sonó encima de mi cabeza, y no me percaté de las enormes piernas que se habían colocado enfrente de mí. Stuart parecía un edificio desde aquí abajo.

Quise reír, pero cuando lo intenté me dolieron los labios al hacerlo, así que me encogí de hombros.

— Fue la primera vez. Pudo ser peor.

— De hecho fue la peor, te dejaron destruida. ¿No te has visto en un espejo?

— Iré a ver si ya revivió tu compañera. — Se excusó la enferma para salir de aquel drama.

— Todo el mundo me ha dicho que parece que fui atacada por un simio. Incluso la enfermera se espantó más al verme a mí, que a Katie que está inconsciente en el suelo. — Hice una referencia con mi cabeza hacia el cuerpo de Katie — Pero, no me quejo.

— ¿No te quejas? — A Stuart todo lo que solía decir le parecía la cosa más patética del mundo. Era algo que había notado desde hace años.

Le parecía una persona patética.

Aunque solía ignorarlo porque sabía que nadie le caía bien, pero a veces sentía que yo era lo que más arruinaba su existencia.

— Yo fui la que me metí en este problema desde el momento en el que le aventé el libro a Katie. Esperaba consecuencias de este tipo, o peores. No podía molestar a una bravucona, y salir ilesa de ahí.

Stuart me miró cómo si se tratara de un chiste, y por primera vez me molesté.

— No todas las decisiones tienen los finales que deseamos.

Sabía que no era tan inteligente como él, pero eso no le daba derecho de verme, o tratarme como si algo no estuviera bien en mí.

Parece ser que él mismo se dio cuenta de la cara que estaba haciendo en ese momento, por la quito de inmediato, y resopló.

— Lo que sea, no me sorprende tu positivismo. — Me tiró mi boina negra que no tenía idea de dónde había caído anteriormente, y se dio la vuelta: — Espero que la próxima vez que termines en una pelea no traigas puesto un outfit tan estúpido, y glamoroso como ese.

Se marchó rápidamente, y yo le grité: — ¡Lo dice el que usa gorritos de lana en tiempo de calor!

Me paró el dedo de en medio, y esta vez  si me reí dolorosamente.

Era un imbecil.

Un imbecil que me había regresado mi boina.

De mala gana.

Pero lo había hecho.

¡Nos vemos pronto!