𝑺𝑨𝑹𝑪𝑨𝑺𝑻𝑰𝑪 𝑳𝑶𝑽𝑬 ♡ 𝑆𝑡𝑢𝑎𝑟𝑡 𝑇𝑤𝑜𝑚𝑏𝑙𝑦

Capítulo 24.

Molly

Habían convencido a Sarah y a Evelyn que me llevaran con su prima Karoline. Realmente me parecía irreal lo que estaba sucediendo, sentía que estaba dentro de un sueño que no tenía final. Pude haberle comentado a Stuart acerca de este asunto, porque él también estaba involucrado, pero sabía que él se tomaría la situación de otra manera.

Digamos que Stuart no era muy pacífico que digamos. Ni era el mejor tratando a las personas.

Así que decidí enfrentar a Karoline sola. Era una niña de 13 años, ¿Qué podía salir mal?

Las chicas me señalaron el salón en donde se encontraba ella, estaba en sus ensayos de violonchelo, puesto que participaría en el recital de música que la escuela estaba preparando para finales de noviembre. Toqué la puerta, y al recibir respuesta la abrí.

Pensé que estaría acompañada de algún profesor, pero estaba sola, completamente sola con su violonchelo.

Su mirada asustada rápidamente me interceptó. Karoline era una niña alta, mucho más alta que yo, de complexión mediana pero que escondía todo su cuerpo debajo de una sudadera guinda Oversize. Usaba gafas gruesas y enormes que no favorecían para nada su rostro, porque ocultaban la mayoría de este. Su cabello era ondulado grueso y cubría gran parte de su cara. Parecía que intentaba esconderse toda ella mediante su cabello y ropa.

Sus mejillas se acaloraron cuando notó quien era.

— ¡Hola! — le saludé sin saber que decir, y ella se cubrió más la cara con los mechones de su cabello. — Hola, soy...

— Sé quien eres... B-bueno, todos sabemos quien eres... — su mismo nerviosismo la hacía tartamudear. — Seguramente no sabes ni siquiera quién soy.

Negué con la cabeza. — Sé quien eres... Eres Karoline — ella se sorprendió al escucharme.

— Normalmente la gente no sabe quién soy... — se mordía las uñas.

— Si, sé lo que se siente.

Ella frunció las cejas. — ¿Tú sabes?

Yo asentí recargándome en el pupitre. — Sí, cuando tenía trece años la gente solía hasta pisarme porque nadie me miraba. Yo me escondía entre las sombras. — Decidí sentarme en una silla cerca de ella. — Entre más quería ser notada por la gente, menos lo era.

— Dudo mucho que alguien cómo tú haya pasado por eso... — intentó seguir tocando el violonchelo, pero parecía que no podía hacerlo conmigo cerca. — Oye, no es por molestar, pero me da mucha pena tocar delante de alguien que no conozco totalmente. Si fueras mi mamá o mi maestro tal vez si podría hacerlo.

Hice un mohín algo confundida. —¿Y cómo piensas tocar en el recital?

— Estaré disfrazada de un arbusto. La gente no tendrá idea de quien está tocando. Nadie podrá saber que soy yo.

— ¿Y es así cómo quieres vivir?

Aquella pregunta la desencajó. — ¿A qué te refieres con eso?

— O sea, ¿No quieres que nadie sepa lo talentosa que eres?, ¿No quieres ser conocida?

— No... Por lo menos no en la secundaria. Es horrible — ella decidió verme directo a la cara, algo que no había hecho anteriormente — ¿Por qué me estás hablando?

— ¿Por qué no hablaría contigo?

— Porque no soy el tipo de persona que sueles hablarle. No soy interesante, no soy inteligente, no soy bonita, no soy bruja, ni soy la más popular de la escuela. Yo no soy nadie.