Cap.3

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Se agachó y lo cogió confusa al ver que en la solapa había una letra "L".

-Nick.-Pensó Beth al ver el símbolo. Recordaba la afición de su "hermano" por los animes, en concreto Death Note, y en cómo él se había ido semanas atrás para seguir una pista que encontró entorno a la muerte de su hermano. Comenzó a leer sin demora.-"Hola, siento haberte asustado, Beth, pero el instituto es la única garantía de saber vuestra posición, ya que si un Winchester se desplaza sería noticia. Estoy bien y a punto de conocer al amigo de mi hermano. No sé si estaré ahí para tu cumpleaños, pero me queda poco. El insti aquí es genial y me lo estoy pasando en grande. No tengo mucho tiempo, tengo que terminar un trabajo de anatomía, así que sólo me queda por deciros que buena suerte y que no tardareis en solicitar que me marche de nuevo. Adiós. Lionel Harvelle."

El primer pensamiento de la muchacha fue suspirar ante la idiotez de mezclar el nombre de uno de sus "villanos" favoritos con su verdadero apellido, Harvelle. Si algún enemigo interceptara la nota, quizás sería capaz de conocer el verdadero remitente. Nick era hermano de Jo e hijo de Ellen, unas antiguas aliadas que murieron durante un ataque de los Perros del Infierno en una pelea, razón por la que el muchacho se había quedado con los Winchester. Nick y ella habían sido enviados a casa de Bobby bajo la vigilancia de una vecina, ajena a todo y a la que atemorizaron contando toda clase de historias paranormales, sangrientas y llenas de odio. Desde aquel momento, la vecina se enfadó con ellos y al volver, Bobby les explicó que sólo se trataba de la imaginación de unos mocosos incentivada por la afición de los hermanos mayores de ella a las películas "gore".

 Beth rió al recordarlo y analizó el resto de la carta. "A punto de conocer al amigo de mi hermano" sólo podía significar que sabía qué ser sobrenatural había lo matado a y que pronto vengaría su muerte. "El insti aquí es genial y me lo estoy pasando en grande", en su traducción más literal era: "La caza aquí es genial y ya me he cargado a varios monstruos". "No tengo mucho tiempo, tengo que terminar un trabajo de anatomía" era claramente una referencia a que había un vampiro al que debía arrancar la cabeza y quemar, pues esa frase la utilizó una vez Dean y les hizo tanta gracia que cada vez que iban de cacería y yo no podían hacer planes con nadie, la excusa era "hacer un trabajo de anatomía". Quizá resultase excesivamente evidente a criterio de un cazador, como siempre les recordaba Bobby, pero no les importaba lo más mínimo.

Guardó el sobre en su bolsillo y volvió hacia su clase. Dobló la esquina sin pensar en lo que hacía, ya que se encontraba pletórica por saber que Nick se encontraba bien. Chocó de bruces con alguien justo en la puerta de la clase. Cayó al suelo, levantándose enseguida ante varias miradas: las de la persona con la que acaba de cruzarse, la de su profesor enfadado y sorprendido, y por último, las de los alumnos de primera fila, incapaces de perderse lo que ocurría.

-¡Quita, bicho raro!-Exclamó Lucas empujándola una vez se había puesto de pie.

-Mira quién habló.-Se limitó a contestar Beth, chocando su hombro contra el del muchacho fuertemente al pasar. Entró en clase y se sentó en su pupitre pegado a la pared de la segunda fila.-Disculpe la interrupción, profesor.

-No pasa nada, la verdadera molestia a sido la de su compañero que acaba de ser expulsado.-Explicó cerrando la puerta y cogiendo de su escritorio de madera oscura un libro de una gama de colores fríos preciosa.

Beth escuchó risas y murmullos ahogados por la fuerte voz, más de lo normal, del profesor Wyatt al entonar un poema de Shakespeare. Beth se perdió entre las palabras de composición y las de sus pensamientos. Antes de lo que le hubiera gustado acabó la clase, y con ella, la tranquilidad.

Beth tiró lo más rápido posible sus cosas a sumochila y se acercó a Frank, el más lento de su grupo al recoger. Allí bajó la voz lo más que pudo y sonrió, intentando olvidar el encontronazo con su... Antiguo novio, con su ex-novio. Odiaba esa palabra, no le gustaba pensar que con dieciséis años ya tenía un ex, pero la experiencia de sus hermanos le aseguraba que habrían más y peor. Era parte del gen Winchester, tener historias de desamores hasta para aburrir.

-Nick ha contactado conmigo.-Comunicó Beth alegre. Louie también sonrió, pero Frank y Jerry no.

-Lucas venía fumado.-Contestó Jerry. Sus ojos azules se clavaron en los suyos verdes.- Y ha venido gritando tu nombre.

-¿Ese tío es gilipollas o estúpido? Aún no me ha quedado claro cuál de las dos.

-Ambas.-Se limitó a contestar Louie. Beth no había mirado a Lucas a los ojos, por lo que no era capaz de asegurar su estado.-Ignóralo, no te va a traer más que problemas.

Esas palabras cayeron sobre ellos como un cubo de agua helada en plena ventisca, contando que los jóvenes se encontraban desprotegidos sin ropa de abrigo. Hacían daño, pero al haber estado tanto tiempo expuestos al frío, casi lo habían superado e iban con normalidad sobre la nieve tan fría como el corazón de la Reina de las Nieves. Así se sintieron cuando se dieron cuenta de que era verdad y su compañía no había traído más que problemas.

 Frank se levantó al fin y el grupo se separó: Jerry y Louie irían hacía la optativa de tecnología, mientras que Frank y ella caminaban al aula de enfrente, la de francés. Ambos estuvieron toda la clase hablando, en francés ya que la profesora ponía nota a los orales, aunque estuvieran todo el rato contando su rutina, lo que habían desayunado y qué prendas de ropa eran sus favoritas. Beth aprobó con un siete con cinco y Frank con un ocho, la nota más alta de la clase. 

Tras otra bronca por parte de la profesora, con los mismo argumentos de siempre, sonó el timbre anunciando el final de la clase. Los dos chicos se marcharon lo más rápido que les fue posible y se reunieron con sus amigos. Biología transcurrió más tranquila de lo normal, y el hecho de que a ella se le diera bien y ayudara a Louie, que se le daba muy mal aquella materia, hizo en parte que se divirtiera aún más. Fueron al comedor del instituto con lentitud, pues era mejor llegar los últimos, cuando sacaba la segunda tanda de comida y las cocineras guardaban los mejores platos a los que sabían esperar, es decir, únicamente a aquel cuarteto.

Tras agradecerles a las cocineras el buen trabajo empañado, se dirigieron a la mesa que solían coger, una en la esquina más alejada de todos, pero se detuvieron en seco al ver que Lucas estaba allí sentado con una chica, probablemente Amy, besuqueándose en el sitio que meses ante les había pertenecido.


Beth WinchesterWhere stories live. Discover now