De pronto, la puerta se abrió. No se había percatado de que Sam estaba ahora apoyado en el respaldo del sofá, profundamente dormido, como hasta hacía un momento estaba ella. Eran sus hermanos y Bobby. Parecían nerviosos.
-¿Qué ocurre?-Inquirió Dean molestado. Se había quedado dormido sobre la mesa. Miró la ventana y se sorprendió al ver el oscuro cielo, que indicaba que habían desaprovechado aquel día de investigaciones.
-Hemos localizado la posición del íncubo, pero debéis mover el culo ahora.-Contó Bobby brevemente. Sam zarandeó a Beth y se levantó.
La muchacha se quedó un momento sentada en el sofá antes de coger a la pequeña Aurora, cuya cara parecía somnolienta. Dean y Sam agarraron lo necesario y se marcharon, dejando a Nick a cargo de la protección. Todo ocurrió tan rápido que en menos de cinco minutos, los hermanos Winchester ya estaban en carretera.
-¿Cómo lo habéis encontrado?-Preguntó Beth fascinada. Llevaban mucho tiempo tras ese demonio y era increíble que por fin estuvieran un paso más cerca de derrotarlo.
-La chica habló conmigo sobre lo que recordaba del lugar. Frío, húmedo, gotas de agua... No me costó encontrar un antiguo alcantarillado que ya no se utiliza.
-Sí. Mi tía me contó que cuando ella y mi padre eran pequeños, existía una leyenda que decía que esas alcantarillas estaban encantadas porque ahí abajo había muerto gente y que muchas veces al mes, el agua en las casas se volvía roja.
-No sé hasta qué punto es real.-Dudó Nick.- Se suelen tergiversar mucho las leyendas de boca en boca. Pero ahora debemos estar tranquilos. Voy a cambiarme. ¿Beth, puedes pedir pizza? Jake, encárgate de Aurora unos minutos mientras me cambio.
-Sin problema.-Jake se puso a jugar con Aurora en el suelo mientras Beth se dirigía a una esquina cerca del baño, para preguntarle una cosa antes a Nick.
-Nick... ¿Crees que estarán bien?
-¡Por supuesto! No debes preocuparte más de lo necesario.
-Se han enfrentado a lamias, pero no ha íncubos... Estoy nerviosa. ¿Y si sale mal?
-Relájate, Beth. Este caso va a salir bien por mis pelotas, te lo prometo.-Nick le puso las manos a su hermana en los hombros.-Tienes algo más rumiando por la cabeza, ¿verdad? Cuéntamelo.
-Verás... Estoy...
-Si es una broma sobre tu embarazo, sé que es mentira. Dean envió un mensaje sobre ambas noticias.-Señaló con la cabeza la dirección del joven.
-No es sobre eso, Nick. Yo... Tengo más miedo de que pueda morir Jake. Aún no hemos tenido una cita... Y quiero conocerlo. Parece que es mutuo, así que quiero aprovecharlo.
-Él no es un santo...
-Yo tampoco.
-No he acabado, espera. No es un santo, pero coincido en que debéis conoceros un poco más. Adelante. Ya te dije lo que yo pensaba en la cafetería. Además, tenemos facilidad a la hora de esconder un cadáver, no me preocupo.
-Me encanta cuando intentáis animarme de forma pasivo-agresiva.-Rió Beth, con bastantes ganas.
-Me alegro de que aún no pierdas esa angelical sonrisa.
-Entra ya en la ducha.-Espetó Beth notando la ironía del asunto y el propósito del chico.
Tras Nick darse una ducha y Beth pedir unas pizzas, Jacob pidió permiso también para bañarse y cambiarse de ropa, a lo que ambos hermanos asintieron. Beth le pidió que se comportara como si fuera su casa, pues no sabía cuánto tiempo debían pasar hasta ahí encerrados. Tras eso, como de costumbre, Beth se encargó del aseo de la pequeña y de acostarla. Al hacerlo, le dio un beso en la frente y apagó todas las luces menos la de la lamparita de un noche. Volvió al salón con los chicos, que veían la televisión. Era una película de comedia y fantasía. no prestó mucha atención, pero decidió verla. Se sentó entre Jack y Nick.
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Beth Winchester
Short StoryBeth es la hermana pequeña de los famosos Winchester, Dean y Sam, dos hombres con un trágico pasado y una larga vida abarrotada de historias. Aún con la cacería entre manos, los hermanos tienen pensando asentarse en un pueblucho hasta que ella acabe...