Cap.5

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-Buenos días.-Dijo Beth al entrar.

-Hola, Beth, Aurora.

-¡Sammy!-Aurora se arrojó sobre su hermano, se subió a sus piernas y lo abrazó.

-¡Aurora! ¿Lo has pasado bien?

-¡Sí! He dibujado, y mucho. Le he hecho uno a Beth.

-¿Puedo verlo?-Beth sonrió y se acercó, sacando de uno de los bolsillos un papel en blanco plegado.- ¡Vaya, es precioso! ¿Me haces uno?

-¡Claro!-Aurora bajó y corrió a por su maleta.Se sentó al lado de Sam y comenzó a dibujar, esparciendo los colores por la mesa y ensuciando todo. Nadie le dijo nada, pues estaban acostumbrados al desorden.

-¿Y tú, Beth?¿Qué tal ha sido tu día? ¿Cansada?

-Imagino que un poco más que vosotros. Lo siento si os molesté mucho.- Dejó el monopatín en su puerta, arrojó la maleta a su cama y se acercó aún más a Sam.

-No pasa nada. Es normal... La última cacería fue demasiado violenta... No deberías haber venido.-Beth le dió un beso en la mejilla, abrió el frigorífico y se dió cuenta de la vacío que estaba. Cogió el último tetrabrick de zumo y empezó a beber directamente de él. Se sentó a su lado del muchacho.

-No pienses eso. Fue... Violenta, pero no he soñado con la cacería.

-¿Entonces?-Beth miró inconscientemente a su hermanita pequeña. Sam tosió.-Si no quieres, evidentemente podemos hablar en otro momento.

-No, tranquilo. Dudo que lo entienda.-Beth hizo una pausa y se aclaró la garganta.- Era una tortura... Pero no estoy segura de si era yo, es decir, si físicamente era yo en el cuerpo de una persona.

-¿Cómo si hubiese poseído a alguien?-Sam se irguió en su asiento preocupado. Esa cara no le traería a Beth nada bueno.

-¡No! No pienses así, yo JAMÁS haré eso.-Alzó un poco más la voz, pero enseguida se calmó. Era era incapaz, físicamente, de hacerlo. No sabía como demonios, nunca mejor dicho, ya que ella era parte demonio.-No era una posesión, era más bien como si torturaran a una chica cualquiera, pero yo estaba su mente... Sí, imagina que es una... Posesión si así se hace más visual... Pero salía mucha... Sangre, demasiada. Como una fuente... Y yo no podía pararlo, tenía las manos y las piernas atadas.

-Tranquila, Beth... No sé qué decir a eso...-Se frotó la frente con la  mano como si debiese buscar una solución rápidamente.-Puedes tomarte un respiro de la cacería...

-¡No, eso nunca!

-Beth...

-Lo hago bien.-Reprochó Beth.-Y no he descuidado mis estudios ni mis relaciones.

-No es eso, Beth. He dicho tomarte un respiro, nada más, relájate. De todas formas, cuando Dean se levante, hablaremos más seriamente.

-¿Por qué?

-Porque me comentó que se le había ocurrido una idea...

-¿Qué idea?

-No lo sé. Por eso vamos a esperar a que se despierte.-Contestó Sam. No sonreía. Sus ojos, entre marrones y verdes, se clavaron en Beth.-No creo que te vaya a alejar de nosotros, eso te lo puedo asegurar.

-Eso espero. No me quiero ir.

-Beth, te ponemos en peligro constantemente.

-Lo sé, Sam, pero eso es una estupidez. Lleváis mucho tiempo en esto y sois los mejores. No me va a pasar nada. 

-El peloteo puede que sirva con Dean, pero no conmigo. Plantéate seriamente el tomar un respiro, ¿vale?

-Pero...

-¿Beth?-Su hermano levantó una ceja. A veces era imposible razonar con él. Era mucho mejor discutir a grito pelado con Dean que charlar con el apaciguado e inmutable Sam.

-De acuerdo.-Beth se rindió, pero sonrió.

-Bien. ¿Qué has hecho hoy? ¿Has pegado alguien?

-A Lucas, en los huevos.-Rió Beth sonoramente.Aurora sonrió a pesar de no entender el chiste.

-¡¿Qué?! Lo he dicho con ironía.

-Pues yo no.-A Beth le hizo más gracias que Sam hubiese escupido el sorbo de café que acababa de dar que su propia contestación. Su cara se tensó de nuevo, así que quiso cambiar de tema.-¿Hay algo nuevo en el periódico?-Sam lo miró de forma acusadora.- ¡¿Qué?! Nadie se ha chivado ni el guarda me ha visto... Ha sido defensa personal.

-Defensa personal...-Repitió Sam. Reflexionó sobre si regañarla o no. Decidió que no, pues no iba a cambiar su conducta.-¡No esperaba escuchar una confirmación!

-Ya, bueno...-Beth no bajó la mirada y siguió observando a su hermano. Sam suspiró y cambió de asunto al fin.

-Creía que Lucas ya no iba al instituto.

-Yo también creía eso, pero ahora es por orden del director. Ha sido expulsado oficialmente.

-Me alegro. Ya no tendrás que aguantarlo. ¿Tú estás bien?

-Perfecta. ¿Hay algo en el periódico?

-¿Seguro que no te han expulsado?

-Seguro.-Afirmó Beth sonriendo. Indicó al papel que su hermano había dejado en la mesa.

-Sí, hay un nuevo caso, un par de muertos. Todo indica a que han sido vampiros. Ambos hombres, muy parecidos físicamente

-¿Sin sangre?-Preguntó Beth. Sam asintió con cierta duda.-Pues deberíais ir a comprobarlo. Ese no es el único indicio de vampiros, recuérdalo.

-Sí, ya, pero es el más obvio. 

-Lo sé. Comprobadlo.-Repitió Beth con seguridad. 

-Eso haremos. Dentro de un rato despertaré a Dean e iremos a casa de una de las víctimas. Hombres, treinta años, altos y fuertes, ojos verdes y con alopecia. Fallecieron... bueno, fallecieron...-Hizo un gesto que mostraba algo que los adolescentes hacían a menudo.-Encontraron semen cerca del cuerpo.

-¿Un súcubo?

-No lo sé, la verdad. Todo apunta a eso, pero la verdad es que si así fuera, no habría cuerpos y hablaríamos de una desaparición.

-¿Recién convertidos?

-Es posible. Su forma de actuar, burda... No lo sé.

-Si es así deberíais tener mucho cuidado, por favor.-Recordó una vez que había quedado en trance de un vampiro. Era muy pequeña, pero se acordaba perfectamente.

-¿Eso significa que vas a tomarte un respiro?

-Eso significa que hoy no voy a salir de casa porque me muero de sueño y tengo que hacer deberes.

-Pues empieza ya, yo seguiré leyendo. ¿Cómo vas, Aurora?

-¡No te molestes!

-De acuerdo, lo siento.-Sam y Beth rieron.-Beth, ya sabes, si necesitas ayuda...

-Lo miro en Google.-Sam negó y sonrió.

-¿Eso es lo que te dice Dean?

-Punto para el señorito.

Ambos rieron mientras Beth se levantaba y cogía la mochila. Comenzó a hacer deberes mientras Sam despertaba a Dean. Al mayor le costó levantarse, pero aún así comió algo mientras Sam se duchaba y se preparaba. Beth puso al día a Dean mientras el mayor jugaba un poco con los colores con su hermana pequeña, y así a Beth no hizo mucho esfuerzo en ocultar su cara al evitar contarle lo del atropello matutino, pero sí recordó mostrarle la carta de Nick.

 

Beth WinchesterWhere stories live. Discover now