Cap.20//Aviso

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Las dos primeras horas fueron agotadoras para ella, pero lo que más que esfuerzo le supuso a la chica fue la prueba de resistencia física de la clase de gimnasia. Dieciséis minutos corriendo por grupos y sin descansos. Ella fue con sus tres amigos, como siempre, que no pararon en insistir que les contara que más ocurría.

-No puedo más.- Dijo la chica parando.

-Nos van a poner mala nota.-Recordó Jerry defraudado, pues creía que les contaría qué le pasaba.

-Lo sé y lo siento... Veréis... Puede que... Que... Que yo...-Les hizo un gesto para que se acercaran. Les susurró al oído.-Haya quedado embarazada de un demonio.

Por poco pararon de la sorpresa. Jerry siguió empujando a su amiga por la espalda, pero con menos fuerza. Se habían quedado en shock. No podían creerlo. ¿Habla en serio?No, sería una broma de las suyas... Pero es cierto que la habían visto tomar un ibuprofeno entre horas y su piel estaba más pálida que de costumbre. Beth no era de salud delicada. Louie se retrasó un poco y la cogió por la cintura, empujándola un poco, sólo para animarla. El profesor le llamó la atención, por lo que tuvo que dejarla correr normal de nuevo. La chica le dedicó una sonrisa forzada y continuó, finalizando el pequeño grupo. Esto era algo muy inusual en ella, ya que era la persona más activa del curso. En un momento dado, paró y vomitó. Su grupo paró de inmediato y llamaron al profesor.

-No pasa nada, sigue corriendo u os suspenderé. Llamaré a uno de los celadores...

Beth no quería que castigaran a sus amigos de tal manera, así que continuaron. Ahora más que nunca, odiaban a su profesor de Educación Física. Beth siguió corriendo, pero apenas podía con su cuerpo. En un momento dado, se desvaneció. No golpeó contra el suelo, ya que Frank la había conseguido agarrar antes de que se golpeara. El profesor lo único que permitió fue que se sentaran en un banco y que la abanicaran un poco. Louie apoyó a Beth en su pecho pues era el más ancho de los tres y estaría más cómoda, Frank se sentó a su lado y puso las piernas en sus rodillas y con una hoja de papel la abanicó. Jerry consiguió escabullirse de las miradas para llamar a Dean, ya que Beth estaba bastante mal. Y eso podía poner en peligro la salud del bebé, sí era de verdad la causa de sus problemas. Dean charló con el rápidamente y le prometió que estaría ahí en cuestión de minutos.

En efecto, no tardó más de un cuarto de hora en llegar. Recogió a Beth y se la llevó de inmediato a la clínica mientras la chica descansaba un rato. Al despertar y ver que aún quedaba trayecto, decidió no quedarse de brazos cruzados y entablar conversación.

-¿Y Sam, Bobby y Nick?

-La chica ha comenzado a relatar sus pesadillas y la de su marido.

-¿Sabes cuáles eran?

-Jerry me llamó antes de escuchar.-Dean contestó sin apartar la vista de la carretera. Ella hizo lo mismo.

-¿Y con el tema de Aurora?

-Vamos a esperar a que la madre vuelva a ponerse en contacto y negociaremos.

-¿Por qué? Aurora es mi hermana y...

-No, no lo es. Su madre puede que hubiera enloquecido por un momento, pero seguro que Ro correrá muchísimo menos peligro con ella que con nosotros.-Su voz era firme y autoritaria. No tenía ganas de hablar, era evidente, pero Beth insitió.

-Sí, lo sé, pero la vamos a dejar a cargo de un demo...

-Medio demonio, como tú... Además, es mejor no encariñarnos mucho con la cría. No sabemos qué narices puede ser cuando crezcas.

-¿La cría? Que quieras hacer como que no la has conocido aún teniéndola no... ¿Sabe qué, Dean? Quizá esté mejor con ella, sí. No tendrá que aguantar vuestros patéticos cambios de humor.

Beth WinchesterWhere stories live. Discover now