Cap.15

2 0 0
                                    

-¿Jake?-Repitió su primo.-Tengo que ir a recoger a Carol al parque...

-¿Está Aurora con ella?-Él asintió.-¿Solas?

-No, con mi hermana.-Aseguró Peter.-Nick, si quieres puedes acompañarme.

-Sí, vamos. También debo hacer la compra, así que, aprovecharé para ir con la pequeña... Le encanta hacerla.

-Como a la mayoría de niños pequeños, supongo. Vamos.-Peter parecía muy incómodo. Los dos se fueron, dejando a Jake y Beth solos en la habitación.

El silencio era perturbador. ¿Por qué no la miraba? ¿Por qué parecía como que no respiraba? ¿Qué era aquello a lo que temían Peter y él? ¿Su actitud crearía problemas más gordos? ¿Estaban muy enfadados con ella? ¿Lo que dijo en el callejón era verdad? ¿Tal confusión sentía por ella? ¿Por qué no podía dejar de pensar y dedicarle unas palabras? ¿Qué era lo que sentía? Algo la desgarraba por dentro, hubiera tenido la fuerza para desangrarla si fuera real. Pero no lo era, sólo se sentía culpable por algo que no sabía si había hecho bien.

-Beth... Odio los tópicos. Sí, quizá sea el chico malo que es peligroso y tal. Pero no quiero serlo. No soy así. No soy como tú hoy me has visto en el callejón.

-Lo sé. No te preocupes por eso. Sé que sólo intentabas que no me pasara nada. Pero si veías que no me iba a callar, ¿por qué no paraste?

-En mi sueño te veía tan fuerte y tan decida que pensé que eso no podía ser real.

-Pues lo soy... Pero aún debemos conocernos más... Por eso quiero saber si mi actitud te traerá más problemas.

-No estoy seguro. Es lo más probable, pero no hay por qué temer. Esa no es mi zona, ni la de ellos. Es un punto muerto donde podemos pelear y desahogarnos. No hemos pisado sus calles ni ellos las nuestras. Habrá más enemistad, por supuesto, pero eso en normal. Aprovechamos la mínima para guardar rencor y luchar con más motivación.

-Ya veo. ¿Algo como clanes?

-Sí, algo así... Mi madre lo era, por eso yo... "Entré".

-¿El tatuaje?-Inquirió Beth. Él asintió.

-¿Quieres verlo?

-Si me dejas, sí.-Él asintió y se quitó la camiseta lentamente.

Se puso de pie y mostró unos abdominales trabajados. Se giró despacio, mostrando unos músculos igual de fuertes. Su espalda mostraba un tatuaje que comprendía una línea de omóplato a omóplato, conectando con un hueso más abajo de la nuca. No se quería aventurar, pero creía que era el comienzo de la columna vertebral. No era negro, como el suyo, sino rojo oscuro. Parecía hecho con sangre. Y sólo eran tres líneas entrelazadas entre sí. Beth no pudo evitar tocarlo.

-¿Te duele?

-No...

-Parece que está muy mal hecho.

-Y así es. Está así porque no ha cicatrizado bien.

-Lo siento.

-Todos tenemos un pasado.-El chico se giró, pero dejó la camiseta en la mesa. La miró directamente a las esmeraldas que brillaban en la cuenca de sus ojos.- Pero el mío no es tan... Imaginativo como el tuyo.

-Es un tatuaje protector. No lo llevo porque quiero. Es por mi seguridad.

-Puedo seguirte un rato el juego, pero no...

-¡Jake, por favor! No me pongas las cosas más difíciles.-Beth dio un puñetazo a la mesa de la impotencia que sentía.-Primero lo de Ro y ahora esto...

-¿Le ha pasado algo? ¿Está bien?

-Su madre biológica se la quiere llevar. Y tiene todo el derecho del mundo a hacerlo... Pero lleva desde los seis meses con nosotros. Somos su verdadera familia, los único que la queremos. No sé por qué su madre se la quiere llevar. Con ella no correrá el mismo riesgo, pero...

-Es difícil.

- Jake... En mis planes no está perderla. Ella es... Ella es una de las pocas cosas que me hace serenarme. Por no disgustarla me controlo...

-No te entiendo.

-Yo... Yo...-La cabeza de Beth iba a estallar. Quería confesarle que era medio-demonio, que algún día mataría sin piedad ni remordimientos, que sería como la progenitora de Aurora... Pero no podía. ¡NO PODÍA! No la creería.

-Beth.

-No me vas a creer. No tengo motivos para que me creas.

-Beth. ¿Va con ese rollo de los monstruos?

-Sí...

Jake se quedó callado y se mordió el labio. Recobró la postura posterior y miró de nuevo a la ventana. Beth no iba a llorar, las lágrimas no le llegaban, pero quería gritar y contarle lo que era, algo que ni se había atrevido a contarle a Lucas por miedo a que se fuera. Tenía pavor a contarle que un día se volvería loca, que asesinaría a su marido y lo mismo intentaría hacer con su niñita recién nacida. Que huiría y, en un momento de debilidad, rogaría a unos hermanos cazadores que cuidaran de su pequeña. Sucedería como con Wanda, la madre de Aurora. Tenía ganas de darle un puñetazo a algo y relajarse, pero no quería que Jake viera su lado oscuro.

-Es una de que te marches.-Dijo la muchacha al fin. Cogió la camiseta y se la dio.

-Tienes razón.-Jake se la puso al instante, se acercó la puerta y la abrió. Permaneció uno segundos ahí, como si esperara que ella se arrepintiera, pero no sucedió, así que se marchó sin mirar atrás.    

Beth WinchesterWhere stories live. Discover now