A la mañana siguiente, Sam y Beth se despertaron en cuanto el despertador sonó, como era costumbre. Beth se pudo duchar con tranquilidad mientras Sam preparaba un delicioso desayuno y se encargaba de la pequeña Aurora. Justo a tiempo para estudiar un poco, Beth acabó con sus salchichas y sus huevos revueltos. No prestó atención cuando Aurora le a su hermano, regaló con una sonrisa orgullosa, su dibujo realizado ayer. Sólo oyó algo cuando Sam le avisó que si quería ir en monopatín, como todas las mañanas, debía irse.
-Muchas gracias, Sammy.-Le dijo antes de irse, siendo agarrada de la mano por Aurora, o como últimamente insisitía en que la llamaran, Ro.-Te queremos, ¡hasta luego!
-Yo también os quiero, pero deja de llamarme "Sammy".
-Claro, Sammy.
El joven refunfuñó, acto que ambas hermanas prefirieron ignorar. Beth llevó a Ro a su guardería, como siempre hacía, y la despidió con un gesto de la mano. Puso rumbo al instituto por el mismo camino que el día pasado, esta vez sin pensar en la pesadilla de hacía una noche atrás, pues recordaba el agradable sueño que sí había tenido esta noche, sobre Jake y algo relacionado con la sal.
Esta vez prestó la suficiente atención como para frenar en los semáforos pertinentes e ir a toda velocidad cuando se le antojaba. Pensó en Jake cuando se acercó a la avenida en la que colisionaron, pero no vió su coche. Era una pena, pero continuó su camino. Iba con tiempo de sobra como para llegar a clase con tiempo y despejar un la cabeza de tanta formulación química. Al llegar, ya se encontraba en su aula Frank, el más puntual.
-Hola, Frank.-Saludó Beth sentándose encima de su pupitre. El chico acaba de llegar, pues aún no había sacado las cosas.-¿Qué tal?
-¡Vaya, Beth! Estás mucho mejor que ayer. ¿Has vuelto a ver el chico del Romeo?
-No, eso me habría gustado... Aunque ayer sí. En realidad, puede que eso es lo que me haya puesto de buen humor.
-Entonces,¿ por eso hoy has dejado el rollo skater y caza-monstruos y has decidido optar por el glamour de tu encanto?
-¿A qué viene eso?
-A que llevas vaqueros ajustados, botas y camiseta con camisa morada. Hoy no llevas la sudadera, los leggins y las deportivas como ayer. Y te has recogido el pelo en los colas, bajas claro, pero dos. Un aspecto ligeramente más juvenil y el violeta siempre a sido tu color. ¿Cómo se llamaba el chico, Jack?
-Jake.
-Eso... ¿Tienes alguna foto?
-No soy una acosadora.
-Pero ayer te "topaste" con el por casualidad, ¿no?-El tono del chico mostraba diversión.-¡Admítelo, querías verlo!
-En esa situación no.-Beth le explicó lo ocurrido, pero Frank siguió insistiendo.
-Lo que tu digas, Beth. ¡Oh!
-¿Qué ocurre?
Beth se giró adonde indicaba su amigo, que se había puesto tenso. En las clases no habían más que tres chicas cerca de la pizarra, dibujando en ella, y un grupito terminando un trabajo al fondo de la clase, pero la persona que estaba asomada a la puerta no era ni más ni menos que Amy.
-¡No!-Susurró Beth. La chica tenía el pelo revuelto, las manos sudorosas y el cuerpo semidesnudo. Los presentes la miraron extrañadas. Amy se adentró en la clase, y murmuró algo. Luego cayó al suelo, inconsciente. Beth, muy a su pesar, se acercó a ella y acercó su oído a su corazón mientras colocaba una mano cerca de su boca.-No respira ni escucho su corazón. ¡Frank, ve a por un profesor!
Beth suspiró y casi se montó encima de su "amiga" para hacerle el RCP lo más rápido y fuerte que le fuera posible, pero su desnutrido cuerpo hacía que tuviera miedo al existir la posibilidad de dañarla. Antes de que la pudiera estabilizar, un profesor llegó. Realizó las mismas comprobaciones que ella, un poco más metódicas, pero recurrió a lo mismo que había efectuado segundos antes la alumna.
En menos de media hora, el pasillo atestado de alumnos se abrió dejando paso a unos profesionales que se llevaban a Amy en una ambulancia. Jerry y Louie llegaron a tiempo para que sus amigos le contaran lo sucedido. Ambos alucinaron ante la eficacia de su amiga ante esos momentos, pues más de una vez los había salvado en situaciones así. Interrumpiendo la detallada explicación de Frank, el director pidió a todos los alumnos que volviesen a clase.
El día transcurrió más lento que el anterior y eso les hizo tomar la decisión de ir a tomar algo al salir de clase. Había conseguido contactar con uno de sus hermanos antes del intercambio de su última clase.
-Hola Dean.
-Hola, Beth. ¿Estás bien?
-¿No puedo llamar a mi hermano favorito porque sí?
-Beth, estamos en casa de May Jenkins, la prometida de Jared, una de las víctimas.¿Es urgente?
-¿Cómo habéis conseguida entrar?
-Nos llamó con urgencia porque tuvo una pesadilla que le revelaba todo y, en ella, aparecíamos nosotros.-Dean contestó con cierto tono de alucinación de un loco, pero Beth conocía a su hermano lo suficiente como para saber que no bromaba.
-Entonces es posible que sea un profeta.
-No. No es lo suficientemente inteligente como para llegar a eso. Aún cree que Papá Noel es real.-Simplemente, creemos que es el monstruo quién la atormenta.
-¿Un súcubo?.
-O un íncubo.
-¿Es su versión masculina?-Inquirió Beth. Su hermano asintió.-No tenía ni idea de que existía. ¿Qué os hace pensar que se trata de eso?
-May está más delgada que ayer y que en sus fotos de hace un par de días.Creemos que el objetivo principal son las mujeres. Primero ataca a los hombres, los quita del medio para hacer a las mujeres más vulnerables y poder acercarse más a ella.
-¡Eso es terrible! ¿Cómo es capaz?
-Eso es lo que queremos saber. Un momento.-Comentó algo con otro hombre, probablemente Sam.-La chica empieza a recordar, tengo que dejarte.
-Espera Dean. Los chicos y yo queremos ir a tomar algo. ¿Puedes recoger tú a Ro?
-Eh... Sí, creo que sí. Llamaré para que se queden un poco más con ella.
-Si es mucha molestia, puedo llevármela.
-No, Beth. Déjalo, nosotros nos encargamos. Sé una adolescente normal y disfruta.
-Gracias Dean. ¡Oh, da recuerdo a Sammy!
-Hecho.
Ambos colgaron a la vez y Beth les dió a sus amigos el visto bueno. Sonrieron felices ante la expectativa de pasar un rato amenos antes de ir a la biblioteca a estudiar. Salieron del instituto a toda prisa y subieron al coche de Louie, que era de su padrastro, un BMW 6400 D Gran Coupe recién abrillantado, haciendo que su negro cegara al posar un vista en él. Beth se colocó en el asiento de conductor y admiró el paisaje de pueblo mientras sus amigos charlaban. Decidieron ir a un bar que había abierto hace poco y al cuál Frank había ido con sus primos un par de veces, dándole una agradable impresión. Su amigo aparcó en la acera de enfrente de la cafetería. Eligieron una mesa al azar, escondida en una esquina en la que no llamaran mucho la atención. Pronto llegó el camarero, un chico de mirada cálida y amplia sonrisa.
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Beth Winchester
Short StoryBeth es la hermana pequeña de los famosos Winchester, Dean y Sam, dos hombres con un trágico pasado y una larga vida abarrotada de historias. Aún con la cacería entre manos, los hermanos tienen pensando asentarse en un pueblucho hasta que ella acabe...