𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3

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PARA AVANZAR NECESITAS ACEPTAR TU PASADO, APRENDER A VIVIR EN EL PRESENTE Y CONVERTIRTE EN UN VISIONARIO DE TU FUTURO.

Desde el principio siempre había estado sola en ese mundo, sufriendo en la soledad. Había anhelado tener amigos con quien compartir un atardecer, hablar de cosas sin sentido, reír hasta que le doliera el estómago...

Ahora tenía todo eso y no permitiría que toda esa felicidad se le escapara de las manos.

—Así que después de que les dije que la humanidad eventualmente tiene que salir... me golpearon y me llamaron hereje.

Han pasado dos años desde aquel suceso. Desde ese día todo cambió en su vida. Podía decir en voz alta que tenía amigos que parecían disfrutar de las mismas cosas que ella, que se alegraban cuando llegaba y que la ayudaban en todo lo que podían. Aunque... había cosas que no cambiaron, una de esas son los bravucones.

—Malditos, solo queremos salir. ¿Por qué todos nos odian?—preguntó Eren

—Bueno, ha sido una convivencia pacífica dentro de estas murallas durante los últimos cien años—explicó Armin—. Un titán podría entrar cuando alguien salga de las murallas, por lo que el gobierno del Rey prohibió que la gente muestre interés en el mundo exterior.

—Estamos arriesgando nuestras propias vidas—gruñó Eren, estaba más que enojado. Todo el mundo pensaba que las murallas seguirían protegiéndolos de los titanes, pobres ignorantes

Cassandra apartó la mirada. Si los titanes aún no lograban romper la paz y la armonía de ese lugar, era una buena señal. A nadie le gustaría que un titán rompiera la muralla. De ser así, todo sería un caos. Muchas personas iban a morir, pero también empezarían a tomar conciencia de lo que estaba sucediendo y que no podían seguir evadiéndolo.

—No pueden hacer eso—Mikasa estaba a unos escalones abajo que ella, tenía la mirada al frente y les daba la espalda. Debió estar aguantando los escandalosos comentarios de su hermanastro—. De ninguna manera.

El morocho pareció recordar algo, porque se sobresaltó y fulminó a la pelinegra.

—Mikasa, ¿Cómo pudiste decírselo a mis padres?—reclamó Eren

—No recuerdo haber accedido a ayudarte—contestó con simpleza y siguió mirando el rio

La curiosidad le picó. Eren les había dicho hace bastante tiempo que quería unirse a la legión de reconocimiento para derrotar a todos los titanes y por fin ser libre de estar encerrado entre esas murallas. Cassandra pensaba de la misma forma, solo que ella deseaba eliminar todo mal para poder descubrir nuevos lugares junto a su padre.

— ¿Entonces...? ¿Cómo te fue?—preguntó Armin con cierta delicadez. Él también quería formar parte de la legión y poder salir de las murallas y buscar el tan deseado mar

—Bueno... ellos no estaban felices—admitió

—Lógico. La gente está loca por creer que estas murallas nos protegerán para siempre. A pesar de que han estado intactos durante los últimos cien años, no hay nada que garantice que no serán destruidas hoy...

La calma de ese día no era muy común, lo sintió extraño, pero no le dio mucha importancia. El cielo estaba despegado, pero tenía un color que jamás había visto. Era de un tono verdoso y anaranjado.

—Pero... ¿eso no es bueno? Que los titanes no entren a las murallas. Eso es una buena señal—murmuró Cassandra y empezó a jugar con sus dedos—, ningún civil morirá, pero mientras las murallas sean seguras, la legión podría seguir expandiéndose y matando a todos los titanes que...

¿Jamás les sucedió que tuvieron un mal presentimiento al despertarse? Si fue así, a Cassandra le pasó lo mismo. Esa mañana se despertó con un dolor para nada normal, todo su cuerpo se había adormecido a pesar de que ella estaba consciente. Su pecho se estrujaba a cada segundo y su garganta se oprimía como nunca antes.

Tuvo que gritar tanto como pudo para alertar a sus padres.

Fueron los peores minutos de su vida, su madre lloraba a mares mientras se preguntaba qué era lo que le sucedía. Su padre solo la abrazaba y trataba de tranquilizar a su esposa. Era normal, escuchó decir a su padre. Todo va a terminar.

Así fue. Todo terminó.

Un gran destello, del otro lado de la muralla, hizo retumbar todo el distrito de Shinganshina. Dejó escapar un grito cuando todo su cuerpo se sacudió y se elevó por la fuerza del impacto del destello. Pudo escuchar y sentir como su cabeza chocaba contra el suelo.

Fue un segundo donde todo su alrededor se movía. Se quejó en voz alta y llevó su mano hacia su cabeza. Había sido un golpe muy fuerte.

— ¿Q-qué fue eso?—balbuceó Armin

— ¿Una explosión? ¿Fueron los soldados?—preguntó y miró donde el destello apareció

— ¡Por allí!

—¿Algo huele?

—No estoy seguro.

Armin fue el primero en correr hacia donde los civiles señalaban, siendo seguido por sus amigos. ¿Acaso a uno de los soldados se le escapó un disparo? No, las balas de cañón no podían hacer retumbar como sucedió hace unos segundos. Cuando iba a dar un paso, una punzada en su cabeza y en su pecho la detuvo.

—E-esa sensación otra vez...—susurró entre cortado. Jadeó y apretó su camisa—. Tengo que ir... con mis amigos...

Ignoró el infernal dolor y corrió hacia sus amigos. Un grupo de personas se reunión a unos metros de la muralla. Entre ellos estaban Eren, Armin y Mikasa. Todos observaban con cierto terror la muralla.

— ¿Te duele?—preguntó Mikasa

— ¿Eh? Estoy... estoy bien—contestó con cierta duda—. ¿Tú te sientes bien? ¿Te has hecho...?

—Estoy bien—interrumpió

— ¿Segura? El golpe fue...

—Estoy bien.

Asintió.

— ¡Es imposible!—el grito de Armin la alertó. Estaba temblando y sus ojos parecían no creer lo que veían— ¡Es una muralla de más de cincuenta metros de alto!

Frunció el ceño y se dignó a mirar la muralla. El aire se escapó de sus pulmones. No era posible...

Una mano apareció del otro lado de la muralla, seguido del rostro del titán. Notó los dientes y la carne viva que parecía sacar por sus poros y un espeso humo.

Debían... debían llamar a los soldados. No, no llegarían a tiempo. La legión llegó a la mañana con múltiples bajas, no podrán deshacerse de ese titán. Las demás ramas jamás se enfrentaron a un titán.

—Esto... esto debe ser un error—susurró

Una segunda sacudida apareció. Escuchó miles de gritos a su alrededor y observó a lo lejos como unos escombros volaban por los aires. Jadeó.

—É-él... hizo un hoyo en la muralla—balbuceó Armin y cayó al suelo

— ¡Uno entró!

— ¡Corran!

— ¡Los titanes ingresaron!

Cassandra vio todo en cámara lenta, como las personas se empujaban una a la otra para escapar de ese lugar, escuchó los gritos desesperados y llenos de pánico. Pasos firmes retumbó todo el suelo, y a lo lejos, una mirada perdida de un titán apareció.

survivor━eren jaeger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora