𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟐

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TOMARSE DE LAS MANOS PUEDE ENRIQUECER EL CORAZÓN.

Así fue como empezó. Escuchó la voz de Mikasa gritando su nombre, que parecía venir muy de lejos, como si estuvieran dentro de un túnel oscuro y largo.

Su cuerpo se estremeció cuando sintió como si estuviera flotando. Sus pies no lograban tocar el suelo y su visión era borrosa, como si estuviera debajo del agua.

Cuando abrió la boca para gritar, con la esperanza que Mikasa pudiera escucharla, lo único que sintió fue como un líquido entraba y eso empeoró su estado.

Fue como si todo dejara de ir en automático, se dio cuenta que todo ese tiempo había dejado de respirar, era como si su cuerpo desde el momento en el que abrió los ojos supiera donde se encontraba. Porque por más que pataleaba e intentaba nadar, parecía estar en lo más profundo.

Era una lucha donde la serenidad y la desesperación querían tomar protagonismo. Por más que intentaba mantener la calma, toda su mente gritaba que iba a morir si no encontraba una salida.

Las burbujas que se formaban a su alrededor, se perdían en la oscuridad. Sintió como su cara se enrojecía por la falta de oxígeno y como su pecho empezaba a dolerle, a encogerse ante el más mínimo movimiento.

Algunos pelos entraban a su boca, ahogándola, mientras algunos ruidos empezaron a escucharse a lo lejos. Eran disparos. Gritos. Aullidos uno más distinto que el otro, pero no menos desgarrador. Algo cayó que pareció sacudir todo lo que la rodeaba. Chicos que gritaban. Más bien era el eco de esos gritos, muy diferente, más apagado.

Y repentinamente algo logró atravesar la oscuridad, y cayó.

Boconadas de aires. El agua caer como si se tratara de una cascada. Y trató de escupir todo el líquido de procedencia desconocida, pero por la desesperación que tenía, solo terminó ahogándose.

Cuando sus ojos se habituaron al lugar, sintió como el alivio de tan solo un segundo, se evaporaba. Esa era la segunda vez que sintió como si se tratara del bicho más pequeño que se encontrara dentro de las murallas.

Un pequeño lago la rodeaba, podía distinguir por donde empezaba y terminaba. Sus piernas desnudas eran tapadas hasta las rodillas por el agua sucia. Los mechones se pegaban a su rostro y las gotas que caían empezaron a teñir el agua poco a poco.

Y cuando alzó la mirada, se sintió nuevamente esa niña que ante una pesadilla corría a los brazos de sus padres. Y con incontables veces, deseó poder huir a la calidez de su fallecida familia.

Grandes ramas sostenían una esfera color roja, le recordó al vomito de los titanes, solo que, en vez de tener restos humanos dentro de ella, podía jurar que salía sangre en picada al lago. Esas ramas estaban sujetas a unos árboles que parecían nacer dentro del lago.

No entendía porque estaba ahí. En verdad, no entendía porque ella...

—Necesito salir de acá...—susurró. Su voz apenas salió. Su garganta le dolía y sentía como su cabeza era martillada

Cuando dio un paso, fue inevitable lo que pasó después, una delgada mano sujetó su muñeca, enterrando sus uñas en su piel. Inundada por el terror de poco a poco ver una cabellera teñida de sangre asomarse desde el agua y la fuerza que ejercía para arrastrarla al lago; Cassandra gritó hasta desgarrarse la garganta.

Abrió los ojos, se incorporó de golpe en la carretilla, juntando sus piernas hasta chocar contra su pecho y sujetó su muñeca mientras observaba a su alrededor.

El sudor chorreaba por su nuca mientras el árbol que se encontraba a un lado de la carretilla, sacudió sus hojas. Los soldados caminaban de un lado a otro, cargando sobre sus hombros los cuerpos de los soldados caídos.

survivor━eren jaeger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora