𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 2

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SE ACABABAN DE CONOCER, PERO SUS OJOS SE MIRABAN COMO SI YA SE QUISIERAN.

Cayó rendida al suelo y escupió sangre. Su padre no tenía compasión con ella. ¿Así era como entrenaban a todos los soldados? Entendía muy bien porque lo estaba haciendo, ¿Pero no era demasiado? Cada golpe era un sufrimiento sin fin.

— ¡Vamos!—gritó su padre— ¡¿Piensas que se detendrán solo porque estas herida?! ¡Levántate y pelea!

—N-no puedo—jadeó a tal punto que no le quedó más remedio que escupir sangre—. Duele... m-mucho.

—Dolerá más si no te levantas—amenazó. Su padre podía sonar aterrador cuando quería. No se detendría hasta estar satisfecho de haber entrenado bien a su hija. Él era igual de terco que ella—. Debes demostrarle que eres fuerte y que sin importa, jamás te rendirás.

No tenía opción. Sus brazos temblaron como dos gelatinas mientras se sostenía del piso. Si le daba siquiera un golpe a su papá, estaría satisfecho. La dejaría descansar.

Cuando se iba a levantar y golpear a su padre, este la recibió con una patada al estómago que le robó todo el aliento. Sus piernas no resistieron el golpe y cayó al suelo.

Observó la única prueba que le recordaba que se estaba esforzando como nunca antes. Las vendas que cubría sus nudillos y partes de sus manos, estaban manchadas de sangre.

— ¡Si sigues en el suelo no dudaré en darte otro golpe!—advirtió, pero al no recibir una respuesta de su hija, dio un paso hacia ella. No pasó ni un segundo cuando Cassandra volvió a escupir sangre y sollozó—. Terminamos por hoy.

La ayudó a levantarse, acarició su mejilla con suavidad y suspiró. Se había pasado un poco, pero pensar en que si no le enseñaba a como protegerse, esos pequeños vándalos seguirían haciendo de las suyas.

—Lo siento...—susurró Cassandra. ¿Por qué era tan débil? Su padre intentaba ayudarla y ella se rendía—. No puedo con esto. Es demasiado.

Su vida no debería ser así, de lo único que debería preocuparse es por tener amistades, jugar como una niña normal y no ser discriminada por sus vecinos o golpeada por unos bravucones.

—Fui un poco duro contigo, cariño—soltó un suspiro y se acarició la nuca. ¿Cómo es que el mundo podía ser tan cruel con una niña de apenas nueve años?—, pero solo quiero que te puedas defender. Habrá un momento en el que yo no estaré.

Negó con rapidez. Eso sí que no.

—Se que estarás ahí conmigo—embozó una sonrisa—. Una vez que los titanes se extingan, podremos salir de las murallas. Seremos libres.

La sonrisa apenas les llegó a las mejillas. Era una sonrisa llena de tristeza. Ojalá fuera tan fácil.

—La vida es dura. Jamás lo olvides—recordó Harry

Lo entendía, lo entendía mejor que nadie.

—Lo sé, pero si estás a mi lado... puedo hacer cualquier cosa.

Podía hacer lo que sea. No entendía muy bien aquel sentimiento en su pecho, pero cada vez que su padre estaba a su lado era como si todo su cuerpo quisiera actuar por si solo. Sonrió y entrelazó su mano con la de su padre.

No podía describirlo. Era imposible.

—Recuerda tomar tu té—murmuró Harry y acarició su pelo—. Y...

—Que las pesadillas no son reales—terminó Cassandra. Desde que tenía memoria o, bueno, desde que empezó a tener pesadillas, su padre siempre le decía lo mismo

survivor━eren jaeger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora