survivor━eren jaeger.

𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟐𝟎

IGNORAR EL DOLOR, FINGIR QUE NO ESTÁ AHÍ SOLO TE HARÁ MÁS DAÑO.

No era del todo mentira, en verdad estaba muy aliviada de que siguiera con vida. Mikasa se acercó a ellos y toda la neblina que los rodeaba desapareció. Los soldados seguían ahí, Armin con su mano en su pecho, el capitán que había dado la orden de matarlos y detrás de él el comandante Pixis.

Estaban a salvo, por ahora. Se acercaron al comandante Pixis, quien les ordenó subir a la cima de la muralla para hablar en privado y así hablarle más sobre esa pequeña mención de Armin sobre usar a Eren para tapar el muro de Trost.

— ¿Estás bien?—susurró Mikasa una vez que llegaron a la muralla. Cassandra asintió—. Estabas llorando. ¿Eren te hizo...?

—No—negó de inmediato y miró al mencionado que estaba a un lado de Armin y del comandante Pixis—. Solo fue algo que no pude controlar, ya sabes... soy muy sentimental. Lloré por Eren, me alegró mucho que esté con vida.

Mikasa frunció el ceño.

—No eres de las personas que lloran por esas cosas, tú... lo golpearías por haberte hecho sufrir.

—Bueno, las personas cambian—habló luego de unos segundos

La miró de reojo, Mikasa no se iba a detener, sabía que algo le estaba ocultando, por eso estaba decidida a saber lo que le pasaba, pero cuando estaba por abrir la boca, el comandante interrumpió su charla.

—Nunca antes había visto uno...—aseguró el comandante, caminó hacia el borde de la muralla y observó con cierto interés y curiosidad a los titanes que alzaban sus manos una vez que lo notaron—No me importaría ser comido, siempre y cuando sea por una hermosa señorita titán.

¿Hablaba en serio? ¿No le preocupaba ser devorado por un titán siempre y cuando sea una mujer titán? Vaya...

Se posicionó a un lado de Armin con la mirada de su mejor amiga sobre ella. Escuchó cada palabra que salía de la boca de Eren, quien relató sobre lo sucedido y el sótano de su casa. Era difícil de creer que un humano tuviera la capacidad de transformarse en titán, pero ellos sabían tan poco de los titanes, tan poco del mundo exterior... era difícil de creer, pero no era imposible.

—Ya veo... ¿Así que crees que ese sótano tiene todas las respuestas que busca?—preguntó el comandante sin más

—Si—asintió. ¿Qué más podría guardar su padre además de información valiosa de los titanes?— ¿Usted me cree, señor?

—Ya que ni tú mismo puedes decirlo a ciencia cierta, entonces digamos que lo tendré en cuenta—contestó y golpeó levemente su propia cabeza—. Sin embargo, puedes demostrar tus verdaderas intenciones con tus acciones. Yo garantizo tu seguridad.

El alivio recorrió todo su cuerpo. Un problema menos.

—Cadete Arlert, ¿verdad?—inquirió Pixis y observó con curiosidad al joven frente a él

—Sí, señor.

—Anteriormente, dijiste que usando este Poder Titán podríamos retomar esta ciudad—recordó cada una de las palabras que aquel muchacho dijo entre balbuceos—. ¿De verdad cree eso? ¿O era un desesperado intento por seguir con vida?

Eso tomó desprevenido a su amigo.

—Eso fue...—dudó por unos segundos—. ¡Ambas, señor! Estaba tratando de decir que Eren podría tomar su forma titán, llevar esa roca a la muralla y bloquear la brecha en la puerta. La idea se me acaba de ocurrir...—tragó saliva cuando el comandante le dio la espalda, en un intento desesperado, balbuceó—. Por supuesto, también estaba desesperado por salvar nuestras vidas...