𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟏𝟎

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ESOS OJOS PODRÍAN PONER A MIS DEMONIOS DE RODILLAS.

Año 850. Dos años después del alistamiento.

— ¡Son lentos! ¡Corran, porquerías!—gritó el instructor, mientras cabalgaba sobre su caballo

Era fácil decirlo que hacerlo, y más con el clima de ese día. Debían hacer el doble de esfuerzo por no tropezarse con todo el charco de agua y barro que había por todo el camino de regreso al campamento. Era agotador y sintió que el corazón se iba a escapar de su pecho si seguía corriendo.

Lo peor de todo era que no podían descansar o al menos tomar un poco de aquella botella de agua que estaba oculta entre su mochila. La mirada terrorífica del instructor observaba a cada uno de sus reclutas.

Tenía la nariz enrojecida y apostaba que toda su cara estaba más pálida de lo normal, eso sucedía cuando pasaba mucho tiempo bajo la lluvia. A pesar de que sabía que estaba mal respirar por la boca, porque eso la haría cansarse aun más, no podía evitarlo. Sentía que su expulsaba el aire por su nariz, terminaría muriendo.

De todas formas, trataba de respirar por la nariz y seguir el ritmo de Jean.

—Tienes la cara... hecha mierda—murmuró Jean, agitado

—Gracias, Jean, eso me anima mucho.

Se había tropezado una o dos veces, tenía un par de rasguños en la cara, pero nada del otro mundo. Antes tenía toda la cara sucia, pero gracias a que la lluvia ya no quedaba rastro de la vergüenza que pasó cuando, en vez de ayudarla, Jean se largó a reír mientras se burlaba de ella.

— ¡¿Que esperan, porquerías?! ¡Más rápido! ¡Los titanes ya los habrán comido a este ritmo!

Los días pasaron sin problema. Y sin importar el clima, seguían entrenando más fuerte que la anterior, recordando que solo les quedaba un par de meses o semanas para que los tres años dentro de la milicia finalice.

Uno de los entrenamientos que más le gustaba a Cassandra era cuando tenían que utilizar el maniobrador. El sentimiento era indescriptible. La sensación al volar era impresionante como la velocidad a la que iba y lo lejos que podía llegar usándolo. Sin mencionar que la vista era increíble.

Una vez oculta detrás de un árbol, verificó que nadie la estuviera siguiendo o fuera sorprendida por dos soldados que se la pasaban haciendo bromas a los demás. Sin duda el que Sasha y Connie se hayan conocido fue lo mejor del mundo, incluso Cas se unía a sus bromas de vez en cuando.

Solo debía acercarse al titán de madera y cortar su nuca. Era fácil, al principio. Luego se volvió complicado cuando los demás soldados empezaban a moverlos de un lado a otro, simulando que eran titanes de verdad. Una vez segura de no tener a ese par detrás de ella, se lanzó hacia el titán.

Apretó el mago de la espada y se impulsó sobre la gruesa rama. Debía penetrar lo más que podía, de no ser así, el titán seguiría con vida y se regeneraría, cosa que no quería. Debía ser demasiado cuidadosa con sus movimientos.

Cuando atravesó la nuca del titán, sonrió de lado.

—Vamos a molestar un poco a Jean—canturreó y empezó a buscarlo

Luego de unirse con el par de bromistas, entre los tres decidieron molestar un poco a Jean y perseguirlo sin que él se diera cuenta para luego tratar de ganarle el titán que conseguía. Y aunque el castaño trató más de una vez, desaparecer de sus miradas, era imposible cuando los tres eran demasiado ágiles.

— ¡Bastardos, encuentren uno ustedes y no me molesten!—gruñó Jean y trató de ocultarse en un árbol

— ¡¿Que dijiste, Jean?! ¡¿Que nos vas a conseguir un titán?! ¡Te seguimos entonces!—gritó Cassandra mientras se obligaba a no reírse y vigilar desde una rama, a su querido amigo que caminaba a hurtadillas y trataba de pasar desapercibido detrás de unos arbustos

survivor━eren jaeger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora