Una jodida semana, eso es lo que llevo sufriendo esta maldita tortura todos los días.
—¿Y bien?—se acercó el pelirrojo a mí.—¿Cómo te sientes?—tocó mi cara.
Desvié la mirada, no quería verlo, ni mucho menos sentir su tacto. ¿Que cómo me sentía? Nada, no siento nada. Sólo quiero...matar. Aún puedo fingir que no ha surtido efecto la "tortura" de Jerome pero; desde el tercer día sentí algo diferente en mi. Puedo controlarlo, puedo seguir siendo yo misma. Aunque sea un poco. No me queda mucho tiempo, puede suceder que mañana no lo pueda ocultar mas e intente hacerme daño.
—Alyssa.—se colocó a mi altura.
—S-an...—mierda, está sucediendo ahora. Joder, no podré aguantarlo más.
Jerome asintió con una gran sonrisa.
—Anda Alyssa, dilo.—sonrió cínicamente.
—S-an-sang-re...—dije en un susurro.
—¿Qué dijiste?—lo miré fijamente.
—¡SANGRE!—me revolví en la silla intentanto zafarme de las ataduras.-¡QUIERO VER SANGRE!—Jerome comenzó a saltar de la alegría.
—¡Funcionó!—me desató y caí al suelo. Mi mente se fue en blanco por unos segundos y luego, no recordé nada de lo que había sucedido hace unos minutos atrás.
—M-mierda.—intenté arrastrarme.—¿Qué coño?—vi a Jerome saltando como un loco y riendo a carcajadas.
—Funcionó mi plan, por primera vez.—comenzó a bailar de una forma extraña.
—¿Qué demonios funcionó?—dejó de bailar.
—¿No recuerdas?—negué.—Mierda, esto es mas inesperado de lo que pensé.—se cruzó de brazos.
Sentí un corrientazo en mi cuerpo y sentí el deseo de levantarme y golpearlo. Y lo hice así sin mas. Me levanté del suelo y lo golpeé en la nariz.
Gimió de dolor y luego comenzó a reír maniáticamente.
—Anda, vamos, ¡golpéame mas fuerte!—lo volví a golpear.—¡Vamos! ¿Eso es todo lo que tienes?—rió y escupió sangre.Grité y me lancé encima de el. Lo golpeé tres veces. Antes de que pudiera golpearlo de nuevo, me agarró por los hombros y ahora era yo la que estaba abajo.
Posicionó sus manos contra mis muñecas. Forcejeé para soltarme—¡Suéltame!—gruñí.
Vi sus labios por un segundo, me urgía besarlos. Tenía que sentirlos.
—Bésame.—ordené. Me miró confundido, alzó los hombros y se abalanzó hacia mis labios.
Sus labios sabían a sangre, a su sangre. Su deliciosa sangre.
Me posicioné encima de el y lo tomé por las muñecas. Lo volví a besar moviendo mis caderas encima de su erección.
—Vaya—habló entre jadeos.—¿Quién diría que te convertirías en esto?—sonrió.
—Cállate.—lo volví a besar y comencé a deshacerme de mi ropa.
—Woah, que desesperada.—rió y se quitó su camisa.
—¿Qué cojones te dije?—avisé.—Haz silencio joder.—besé su abdomen y pude escuchar un leve gemido de su parte.
Otro corrientazo y yacía encima de Jerome, con sangre en mi boca y semidesnudos. Me sobresalté y me separé de él.
—¿Qué sucedió?—me tomó por el rostro...¿gentilmente?—miré su mano y la aparté.
¿Jerome siendo...amable?
—Basta.—pateé la pared.—¡Todo esto es tu puta culpa! No recuerdo lo que hice hace unos jodidos minutos, estoy cansada, hambrienta y quiero irme de aquí.—golpeé la puerta con mi puño. Este comenzó a sangrar. Miré mi mano, llena de sangre y sonreí cínicamente.
—Mira.—me arrinconó contra la pared.—Yo te traje aquí por un motivo, un sólo motivo, sacarte de esa maldita casa y volverte igual a mi.
—Yo nunca.—lo empujé.—Nunca pedí ser como tu.—volvió a arrinconarme.
—No fue tu elección, yo te elegí a ti y ya está.—me agarró por el brazo y me lanzó a la habitación.
¿Por qué a mi?
.
Gracias
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lovely madness
Fanfiction-Mírame, puedes ver que no estoy loco.-sus manos en mi cuello me impedían respirar.-Estar loco en un mundo trastornado no es locura, es cordura.