lovely madness

Capítulo 31

  Debía entregarlo, por Gotham, y por mí. Aunque lo amo, y nunca quisiera irme de su lado, debo hacerlo.

Jerome me dañó, físicamente y psicológicamente. Tengo que entregarlo, aunque me duela.

—Sabes que tengo seguidores, que están a mí favor.

—Ellos no querrán que te mate.—Jerome volvió a reír a carcajadas.

—Tu no vas a matarme mi amor, tu no serías capaz de matarme, y lo sabes.

Mi amor, mi amor, esas malditas palabras, que me hicieron enamorarme, que me hicieron caer en su jodida trampa.

—Cállate.—me limité a decir.

Al paso de 10 minutos, llegamos. Habían dos seguidores en la entrada. Al vernos, se alertaron y me apuntaron con sus armas.

Tomé a Jerome por el cuello y coloqué el arma en su sien.

—Bajen el arma, o les juro que le voy a volar los sesos aquí mismo. ¡Bajen el arma ahora!—grité al ver que no lo hacían.

Entré y me dirigí hacia la parte de atrás, el circo, así le llama Jerome.

—¿No te quedarás a ver el espectáculo?—lo empujé para que se sentara.

—Guarda silencio.—musité.

—El espectáculo va a comenzar Ally, vamos.—rodé mis ojos y me senté, esta sería una buena manera de sacar a Bruce.

—¡Y ahora, damas y caballeros, niños y niñas, el momento más esperado!—hubo un redoble de tambores.

Bruce Wayne, atado de manos sobre un poste. Frente a él, un cañón, que estaba saboteado, pero no quería arriesgarme a que funcione.

—¿La estás pasando bien?—se recostó en mi hombro y pasó su mano por mi cabello.

—Cállate.—hablé. Me agradaba su tacto, pero debía ser fuerte.

Jerome me toma del cuello y coloca el arma en mi sien.

—Quieta.—habla.

—¡Alyssa!—gritó Bruce.

—Jerome, tranquilo, suelta el arma.—hablé agitada.—Jerome.

—Ay Lyss, eres tan predecible. Siempre caes en mis trampas.—besó mi cabeza.—¿Qué sientes al yo besarte?—una lágrima bajó por mi mejilla.

—Sabes lo que siento, lo sabes muy bien, y por eso te aprovechas de mí.—otra lágrima bajó.—Soy una ilusa por amarte.—tragué el nudo que se formó en mi garganta.

—Pobrecita.—acarició mi cabeza.—Estás tan necesitada de amor, tan sola y tan triste. Luego de que Lauren fuera ingresada, tus padres no volvieron a ser iguales contigo, nunca.—mas lágrimas bajaron, recordé todo.

Desde que Lauren fue ingresada a Arkham nada fue igual en casa. El amor nunca fue el mismo. Mis padres se volvieron mas distantes conmigo, y eso me dolía.

—Jerome, baja la puta arma.—amenacé.

—Alyssa.—Bruce habló, intentando zafarse de las ataduras.

Jerome me empujó, haciendo que cayera de rodillas al piso y acto seguido, colocó el arma en mi frente.

—Mírame a los ojos Alyssa, ¿tus últimas palabras?—lo miré con los ojos llorosos.

—¡GCPD!—

—¡Todos al suelo ahora!

—¿Jim?—me sorprendió mucho ver a Jim Gordon allí, junto con Harvey Bullock, su fiel compañero.

—¡Jimbo! Llegas justo a tiempo para el espectáculo.— me toma del cuello, mientras se guarda el arma en su bolsillo y saca un cuchillo, colocándolo en mi yugular.

—¡Alyssa!—gritó Bruce.

Los demás policías seguían rodeando la zona, mientras el agarre de Jerome se volvía más fuerte.

—Jerome, suéltala, todo va a salir bien si no le haces daño.

—Jimbo, tan ingenuo como siempre, con razón Lee te dejó, patético. Aquí nada va a salir bien, las cosas se fueron a la mierda desde el principio.

Noté su agarre un poco menos fuerte, su mandíbula tensada y al deshacer un poco el agarre, me solté.

Todo pasó muy rápido.