Mi Amado Emperador ✔

Capítulo 9

Narra Jin

___ se alejó de mi y volvió su mirada hasta mi madre, quien se notaba igual de confusa. Park Shin Hye se acercaba a nosotros con determinación.

-Ya estoy harta de esto, ha llegado demasiado lejos. ¿Cuál diablos es su problema?

-Cariño, ¿que vas a hacer?- Sabía lo que ella era capaz de hacer, lo que me asustó un poco.

-Vamos a enfrentarla, quiero saber quién le dio permiso para venir aquí.- Comenzó a alisar suavemente mi cabello y fijó el cuello de mi chaqueta antes de acomodar su tiara y luego tomó mi brazo.

Caminamos hacia ella en silencio, aunque podía sentir la ira que rodaba por ___ en oleadas. Todos los ojos estaban puestos en nosotros cuando nos detuvimos en el centro del salón de baile. Shin Hye hizo una reverencia y nos sonrió cortésmente.

-Se que no fui invitada pero vine con un buen amigo mio. Ambos conocen a Ken, ¿verdad?- Asentí levemente, ___ y yo nos miramos.

-Si, Ken es mi mejor amigo y el Doctor de la familia ¿Como se conocieron?

-Luego de nuestro...incidente, me enferme un poco de los nervios y luego mi padre se volvió loco, por no decir otra cosa. Ken me ayudo a conseguir un psiquiatra y a internar a mi padre en un hospital psiquiátrico.

-Ya veo, aun no entendemos que haces aquí.- ___ se cruzó de brazos.

-Vine a pedirle disculpas por lo ocurrido, por lo que hizo mi padre y por la cachetada que te di, Seok Jin. De veras no fue mi intención, aunque...- Shin Hye miró a ___ y luego volteó su mirada a mi. -Aunque pienso que pudiste haber hecho mejor con otra mujer de sangre coreana, admiro que haya sido aceptada por el pueblo.

-Ese comentario no era necesario sabes.- Ella se rió levemente.

-Lo se pero no me lo iba a reservar. Si me disculpan, voy a buscar a Ken y disfrutaré la fiesta. No tienen que preparar un lugar para mi en la mesa, no pienso quedarme a cenar.- Sin mirar atrás, Shin Hye desapareció entre la multitud.

•••

-La cena ha sido servida en el comedor, Sus Majestades.

-Muy bien, gracias Han Wook.- Volviendome a los invitados, aclare la garganta y anuncie la cena.

-Familia, amigos y distinguidos invitados de honor. Únase a nosotros para la cena en el comedor, por favor síganos.

La sala del trono se transformó en un comedor, con una mesa muy larga decorada con flores frescas, vajilla de porcelana fina y cara, vasos de cristal y cubiertos de plata chapada en oro.

___ y yo entramos en el comedor y nos sentamos en la parte media de los asientos y todos los demás ocuparon el resto de los asientos. Iba a ser una comida de 4 platos y luego todos nos retiramos a la sala de retratos para tomar un té o café y un postre, después de eso la fiesta terminaría y todos podrían irse. Sabía que Lily estaba cansada, se podía ver en su rostro. No fue nuestro primer banquete juntos, pero este fue definitivamente el más largo, así que estaba ansioso por hacer que se retirará a nuestra recamara a descansar.

-Cariño, ¿te sientes bien?- Dejando su vaso de agua, sacudió su cabeza ligeramente.

-No, en realidad he estado conteniendo mi deseo de vomitar y me siento mareada y tengo frío.- Suspirando, miré a Ken al otro lado de la mesa e hice un gesto hacia ___. Se puso de pie discretamente y rodeó la mesa y se puso en cuclillas entre nosotros.

-¿Pasa algo? ___ no te vez muy bien.- Con una sonrisa leve, ___ miró a Ken.

-No me siento bien, Ken.

-¿Que tienes?- ___ le explico sus síntomas a Ken.

-Es normal con el embarazo, pero no creo que deberías de estar forzándote tanto. Debes estar en óptimas condiciones por tu bien y por el bien del bebé.

-Esta bien, supongo que ya me retiraré ¿Te veo luego, amor?- Inclinándome hacia ella, besé su mejilla y di una pequeña palmadita en su vientre.

-Por supuesto, vida mía. Ken, llévala con cuidado que no se vaya a desmayar o algo.- Asintiendo, Ken la ayudó a parar de su silla y solo lograron salir de los ojos de nuestros invitados cuando pude ver a ___ desplomarse en los brazos de Ken. Iba a pararme de la silla, pero sentí una mano en mi hombro.

-Hijo, tranquilo. Recuerda, el deber es lo primero. Iré a ver qué pasó y volveré. Respira profundo, querido, estoy segura de que todo estará bien.- Mamá se disculpo de la mesa y camino rápidamente del comedor, desapareciendo en la esquina.

Me estaba muriendo de la preocupación, no podía ver la hora que terminara esta maldita fiesta. Pero mamá tenía razón, el deber era primero por más que odiaba ese hecho.