Capítulo 10

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Narra ___

No podía recordar mucho sobre lo que sucedió después de salir del comedor, para ser sincera, ni siquiera recordaba haber salido del comedor. Mi mente me decía toda la noche que solo cerrara los ojos y me durmiera, no le había prestado atención hasta que nos sentamos a cenar. Sé que intercambié algunas palabras con Jin y Ken, pero eso fue todo.

Me di cuenta de que era muy temprano en la mañana por la forma en que la luz se filtraba a través de las pesadas cortinas de nuestra habitación. Jin estaba acostado a mi lado, sosteniendo mi mano y acariciándola con su pulgar.

-¿Amor? ¿Estas dormido?- Aunque tenía los ojos cerrados, sacudió levemente la cabeza.

-Estuve tratando de dormir, pero he estado demasiado preocupado para hacerlo. Lamento no haber ido detrás de ti cuando colapsaste, mi madre me hizo quedarme con nuestros invitados.- Suspiré, su madre siempre parecía empeorar las cosas.

-¿Cómo llegue hasta aquí?

-Ken te trajo cargada hasta aquí. Luego con la ayuda de una de tus damas, te desvistieron y te colocaron algo más cómodo. Te dió algunos medicamentos por vena para que pudieras descansar, dice que es mejor que no hagas mucho esfuerzo durante el embarazo, debes tomar las cosas con calma. He cancelado tus compromisos durante las próximas semanas para que puedas descansar. Lo único que tenemos pendiente es la Coronación, a la que tienes permiso para asistir siempre y cuando te vistas cómodamente pero, conociéndote, eso sería imposible.

-Ya es muy tarde para alterar mi vestido pero puedo comprar zapatos más cómodos y usar el vestido menos ajustado.- Jin soltó una leve carcajada y giró su cabeza para mirarme.

-Te has vuelto muy vanidosa desde que nos casamos.- Hice un puchero y lo miré.

-No es vanidad, no voy a gastar dinero y tiempo en otro vestido aunque pudiera.

-Te compraré uno nuevo entonces.

-Ese no es el punto. No esperaba quedar embarazada tan pronto, pensé que...olvídalo.

-¿Que? No me escondas nada, dímelo.

-Bueno...pensé que no había posibilidad de quedar embarazada. Ya casi se no me quedaba mucha esperanza.

-Supongo que toqué el blanco esta vez.- Se rió y rodó hasta que estuvo sobre mí y beso mis labios suavemente.- No te preocupes demasiado por el dinero y los gastos. Trabajas por lo que te pagan, cada centavo en tu cuenta fue bien merecido. Así que, como un favor a Su Majestad el Emperador, debes comprar un vestido y zapatos nuevos y cómodos. ¿Esta bien?- Suspirando, asentí suavemente y volví la cabeza hacia un lado para mirar a la ventana.

-¿Hay algo más que te moleste, amor?

-No, ¿vendrás conmigo a comprarlo?

-Si quieres. Debo recoger el regalo que te he comprado para ese día.

-¿Regalo? ¿Que es?

-No te puedo decir, es una sorpresa. Duerme un poco más, creo que- Bostezó ferozmente, luego rodó y se dejó caer sobre las almohadas.- Creo que podré dormir ahora que he escuchado tu voz.- Inclinándose, me besó una vez más, me atrajo hacia sí y me envolvió con su brazo. Unos minutos más tarde, su respiración se ralentizó. Contando sus respiraciones y dejando que su calor me envolviera, finalmente me dormí de nuevo.

Mi Amado Emperador ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora