Capítulo 16

1K 108 26
                                    

Narra ___
2 semanas después...

-Me da miedo dejarte sola, ___. No quiero que te vuelva a pasar nada.

-Estaré bien amor, por favor no te preocupes y ve a trabajar tranquilo. Prometo portarme bien, cariño.

-¿Lo juras?

-Si, ahora vete que llegarás tarde.- Asintiendo, lo besé y lo vi subir a su auto y marcharse. Después de asegurarme de que su auto estaba fuera de vista, corrí tan rápido como pude a mi despacho y marqué un número.

-Hijo, que bueno que llamas. Ya te estaba empezando a echar de menos, ¿como estas?

-Lamentablemente Seok Jin no esta, suegra. Espero que tenga un poco de tiempo hoy, me gustaría que viniera al Palacio. Necesito discutir algunas cosas con usted.

-Oh, ___. Que placer escuchar de ti. Claro, estaré allí en unas horas, tengo visita ahora mismo.

-Muy bien, nos veremos luego.- Colgué la llamada y suspiré. Acaricié mi vientre levemente y le dije algunas palabras al bebé.

-Es hora de enfrentar a tu maldita abuela, pequeño.

...

Estaba en el jardín, regando las plantas para calmar mis nervios. Han Wook me acompañaba por órdenes de Jin, una sirvienta se acercó a nosotros e hizo una reverencia.

-Su Majestad, la Reina Madre la espera en la sala de estar.

-Bien, gracias. Estaré allí en unos minutos.- Han Wook me miró curiosamente.

-¿Que se trae entre manos, ___?- Apague la manguera y me removí los guantes de jardinería.

-Nada, solo la invite para tomar té. No te preocupes y por favor no le digas a Seok Jin, el pobre ya tiene suficiente preocupaciones. Te encargaré a mi hermana, esta por llegar al aeropuerto. Por favor haz todo lo que te pida y llévala a donde sea.

-Por supuesto, no la defraudaré. Con su permiso.- Han Wook se fue al aeropuerto y yo me dirigí a la sala de estar. Yeon Hee estaba sentada primorosamente en el sofá, bebiendo una taza de té.

-Yeon Hee, que gusto que hayas podido venir.

-Se siente bien estar de vuelta. Por cierto, ¿donde está Seok Jin? Lo he estado llamando y no contesta.

-Él ha estado muy ocupado en el Parlamento. Apenas tiene tiempo para comer, usted sabe cuánto valora sus comidas, este es un trabajo serio para él.- Me senté rígidamente en el sofá frente a ella y crucé los tobillos, cruzando las manos en mi regazo.

-Naturalmente, como debería ser. Te preparé una taza de té, espero que te guste.- Sacudí la cabeza e hice la taza a un lado.

-No gracias, tengo miedo que le haya echado jarabe de ipecacuana otra vez.- Sonreí sarcásticamente y la vi detenerse a medio sorbo para mirarme.

-¿De que hablas?

-¿Piensas que nunca me daría cuenta que estabas tratando de deshacerte de mi y de tu nieto?- Arrojó la taza sobre la mesa de café, derramó su contenido sobre el cristal y se rió.

-Ese mocoso no es mi nieto. Es una pena que no te hayas muerto, pero aún hay tiempo para que eso ocurra.

-¿Si? ¿Que vas a hacer ahora? Todos conocen tus intenciones. Una palabra mía y todo tu mundo se podría derrumbar así de rápido.- Chasqueé los dedos para aclarar mi punto. Su rostro se puso rojo y ella se inclinó hacia adelante y me dio una bofetada.

-¡Maldita puta! ¡Por tu culpa mi marido se murió! ¡Haz arruinado mi vida! ¡Te robaste a mi único hijo y también arruinaste su vida y ahora estas cargando a ese maldito mocoso asqueroso!- No pude contener mi enojo, me acerqué a ella y la abofeteé tan fuerte como pude.

-¡Nunca te atrevas hablar de mi hijo de esa forma, maldita vieja degenerada! ¡No mereces el aire que respiras, perra estúpida!

-¡Como te atreves hablarme así!- Intentó abofetearme de nuevo, pero agarré su mano y le escupí audazmente en la cara. Sentí la banda familiar de dolor alrededor de mi vientre, pero traté de disimularlo. Ella comenzó a luchar y me golpeó en el estómago. La solté y me doblé de dolor. Ella agarró su bolso y rápidamente salió corriendo de la sala de estar. Sentí un líquido tibio correr por mis piernas y bajé la mirada para ver que mi fuente se había roto y ahora estaba sangrando profusamente.

-Ayuda...debo buscar ayuda.- La puerta abrió, revelando a mi hermana que sonreía felizmente. Al verme, su sonrisa se cayó y sus ojos se abrieron enormemente.

-¡___! ¡Santo Dios! ¿¡Que te ha pasado?!

-Mi bebé...se muere mi bebé. Busca ayuda por favor, Luci...- Grite del dolor tan fuerte que me sofocaba y me agache sobre el escritorio mientras mi hermana iba a buscar ayuda. Solo esperaba que no fuera tarde...

•••

Narra Jin

-Su Majestad ha propuesto que se aumente el salario mínimo para personal médico principiante y que permitamos más oportunidades para los nuevos graduados. No creo que sea posible, dado el hecho de que- Jung Sik entró a la sala de reuniones. Parecía nervioso y pálido. Caminando hacia mí, se inclinó y me susurró al oído.

-Señor, acabo de recibir una llamada del Palacio...Su Majestad ha entrado en trabajo de parto y se dirige al hospital. Debemos irnos... de inmediato.- Me puse de pie rápidamente y comencé a correr fuera del lugar.

-¡Su Majestad! ¿A dónde va? La reunión está lejos de terminar.

-Perdónenme, señores, pero debo irme de inmediato. La emperatriz ha entrado en parto y necesito estar allí. ¡Lo siento!

...

Mi Amado Emperador ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora