Narra Jin
-¡Sr. Seok Jin! ¡Su Majestad por favor despierten!- Los golpes en la puerta eran desesperados e incesantes. Me estaba volviendo loco, no sé cómo ___ podría dormir con todo este ruido.
-¡Ya voy, ya voy!- Me puse mis pantalones de pijama y una bata y abrí la puerta. Una de las sirvientas estaba parada afuera aún vestida en su uniforme, su cabello estaba despeinado y había lágrimas cayendo por sus mejillas.
-¿Que pasa? Debería estar descansando, miré la hora que es.- Ella se aferró a mis brazos, tratando de recuperar el aliento y calmarse para poder hablar.
-¡Se lo han llevado! ¡Alguien se metió en la habitación y se lo llevaron! ¡Ya llamé a la policía pero no se si puedan hacer algo!
-Cálmese señora, por favor. Vamos con calma...eso es...Bien, ahora dígame a quien se han llevado.
-¡A su hijo, Su Majestad! ¡Alguien se llevó al Principito! ¡Cuando me giré a llamar ala policía, la persona ya se había ido!- Suspiré y cerré los ojos fuertemente. No podía creer que esto estuviera pasando, pensé que al enviar a mi madre a la prisión las cosas mejorarían, pero al parecer sólo se comenzaban a empeorar.
-¿Pudo ver quién era?
-No señor, estaba un poco oscuro y no llevaba los espejuelos puestos. Ya cuando había encendido la luz la persona, que para mí es mujer, se había ido por la entrada trasera que usa el personal del palacio. La policía ya está aquí y están investigando la habitación del bebé para ver si pueden conseguir alguna huella o alguna pista para poder saber quién se llevó al niño.- caminé hasta la cama y sacudí levemente a mi esposa, ella gruñó y se volteó al otro lado.
-amor, por favor despierta. Alguien se ha llevado a nuestro hijo, debes despertarte para que nos puedas ayudar.- sus ojos se abrieron lentamente hasta ponerse grande.
-¿Qué? ¿Como que...
-¿Tienes alguna idea de alguien que pudiera ser capaz de llevarse a Young Jin?- ___ parecía estar un poco asustada por la noticia del secuestro de nuestro hijo. No podía culparla, yo también moría de angustia por dentro pero debía ser fuerte para que ella no se derrumbara.
Las únicas dos personas que conocía que eran capaces de llevar acabo tal hazaña, era mi madre, quien ahora estaba en prisión y Park Shin Hye.
-¿Recibiste alguna visita extraña hoy? ¿Alguien a quien no esperabas ver?- Respirando profundamente, ella trató de calmarse para hablar, aunque su voz estaba un poco temblorosa cuando finalmente respondió.
-La única que visitó hoy, además de los padrinos de Young Jin, fue Shin Hye. Supuestamente quería...felicitarme en persona, pero Ryo y Joanna la echaron, o al menos lo intentaron.
-¿Que pasó?
-Ella...se nos acercó. Intentó tocar al bebé, pero me aparté para que no pudiera ponerle un dedo encima. Tenía un mal presentimiento sobre ella...¿crees que ...?-Ella negó con la cabeza, el movimiento causó que una lágrima cayera por el rabillo de su ojo.- Jin...tenemos que encontrar a nuestro bebé aunque tengamos que buscarlo hasta debajo de la tierra, nuestro pequeño tiene que regresar a casa.
-Lo encontraremos, vida mía. Te prometo que tendrás a nuestro angelito de vuelta en tus brazos, aunque me cueste la vida.- Ella tragó saliva y asintió. Me di la vuelta para salir de la habitación con la esperanza de encontrar al investigador principal.
•••
Narra ___
Esa noche se había convertido en mañana, los segundos se habían convertido en minutos, los minutos en horas y las horas en días...5 largos días sin pistas sobre dónde estaba nuestro pequeño, sin saber si estaba vivo o no, sin saber si esa maldita bruja se había molestado en alimentarlo o tan siquiera cambiarle el pañal. El palacio se había convertido en una estación de policía. Habían hombres ocupando nuestra biblioteca y despachos, algunos llenaban la sala de estar privada que una vez consideré mi santuario. El Salon Azul donde me había enamorado profundamente de Jin, el que una vez traía recuerdos de amor, ahora solo traería recuerdos de desespero y tristeza.
Hablando de Jin, apenas lo había visto en varias ocasiones durante los últimos días. Había dejado de ser Emperador, esposo y padre para ser un detective en todos los sentidos de la palabra. Habría sido entrañable si la situación no hubiera sido tan sombría.
-Señora, debe comer algo. No le servirá de nada morir de hambre, debe permanecer fuerte para el bebé. Lo más probable es que quiera ser amamantado una vez que lo encuentren. ¿Quiere que le traiga un caldo por lo menos?- Suspirando, asentí. Tenía razón, no serviría de nada si me enfermara o me debilitara. Solo haría que Jin se preocupara innecesariamente.
-Trae también un poco de pan y...algo de tteokbokki si queda. Sé que a Jin le gusta comerlo a veces, aunque no demasiado picante.- La sirvienta sonrió y asintió.
-Se lo traeré antes de que cambies de opinión. Por favor, quédese quieta, no tardaré.- Me retorcí las manos ansiosamente, un hábito que había formado en los últimos días.
Un oficial se me acercó y reverenció un poco, era muy joven y parecía bastante tímido.
-Su Majestad, disculpe mi intrusión.
-No hay ningún problema, ¿en qué puedo ayudarte?- Me tendió un sobre para que lo tomara.
-Bueno, había estado buscando un bolígrafo dentro del cajón de su escritorio y me topé con esta carta. Creo que podría ser de gran importancia para usted.- Le quité el sobre y reconocí de inmediato la letra de mi suegro.
-Casi me había olvidado de esto, gracias por traérmelo, joven.
-Por supuesto, señora.- Rápidamente abrí el sobre y leí la carta, su contenido me dejó congelada en shock.
-¡Los hemos encontrado! ¡Están en el aeropuerto! Su Majestad, tengo muy buenas noticias. El Emperador a recuperado al Principe y esta en camino y la Sra. Park Shin Hye esta en custodia de la policía. Sera sentenciada junto con la reina madre la próxima semana.- Sosteniendo la carta en mi mano por un segundo, luego se la tendí a él.
-Por favor, entrégale esta carta al Fiscal General. Creo que se acelerará si no finaliza el juicio contra Yeon Hee y Shin Hye.- Tomó la carta y asintió.
-¿Puedo leerla?
-Por supuesto.- Rápidamente la hojeó, sus ojos se ensancharon a medida que avanzaba.
-Santo Dios...esta mujer es una completa psicópata. Voy a entregar esto de inmediato. Discúlpeme, por favor.- El oficial salió corriendo justo cuando Jin entraba con el bebé en sus brazos. Por primera vez en lo que parecía una eternidad, me sentí en paz.
-Todo estará bien ahora, ¿verdad, Seok Jin? - Él asintió y me entregó el bebé, luego me besó suavemente.
-Espero en Dios que si, mi amor...Realmente lo espero...
...
Se acerca el final...
Y yo terminaré mañana. El dolor de cabeza (que terminó siendo una migraña) me debilitó y me quedé dormida en el sofá. Ya mañana de seguro termino. Gracias a todos por apoyarme como siempre, será hasta mañana. Los quiero!
Besitos 💜
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Mi Amado Emperador ✔
Romance2da parte de "El Príncipe de mi corazón" Unos años después de su matrimonio, el príncipe Seok Jin y su esposa, La Princesa ___ estaban disfrutando de su vida juntos, viajando en nombre del Emperador Dae Ijin alrededor del mundo e intentando formar u...