Capítulo 2 - 3: Máscara obstinada.

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—¿Por qué no me dijiste que estabas trabajando en el café de mi madre? —preguntó Annaisha a la pelirroja, mientras los tres estamos sentados en el mesón de la cafetería.

—No lo hice porque no sabía que era tu madre... Es decir, me llamó la atención que tuviera el mismo apellido que tú, e incluso su apariencia me recordaba un poco a ti. Pero no pensé que precisamente sería tu madre... —respondió Hayashi Reiko, alias pelirroja, quien resultó ser la otra persona que había contratado la madre de Annaisha.

<<El mundo es un pañuelo...>> volví a pensar mientras miraba a Emiko-chan dibujar desde el mesón de madera oscura en el cual estábamos sentados Hayashi, Annaisha y yo.

—Bueno, yo tampoco sabía que era tu amiga, Anna... si hubiera sabido también te hubiera comentado —agregó Fujioka-san quien traía en una bandeja unas tazas con café de un aroma muy tentador.

Tomé un sorbo de aquel café el cual Fujioka-san nos trajo y pareciera que lo hubiera hecho un profesional. No soy un barista como para saber qué tipo de café es mejor, pero aquel era muy bueno.

Mientras tomaba mi taza de café, sentí la mirada penetrante de pelirroja, cuando le devolví la mirada, ella, de manera despectiva, apartó la suya de inmediato, para luego dar un sorbo a su café de manera orgullosa; hizo una mueca de desagrado al probarlo, pero trató de disimularlo. Me imagino que por educación y también algo de orgullo.

<<Creo que no es muy fan del café... je, si supiera de lo que se pierde>> pensé mientras continuaba bebiendo del mío.

—¿Y qué pasó con tu anterior trabajo? —preguntó Annaisha mientras sostenía su taza con ambas manos.

—¡¿Ah?! —al parecer, aquella pregunta le hizo volver del mundo donde se encontraba Hayashi, por lo que esta última tardó un poco en reaccionar—. Yo... en realidad quería cambiar de ambiente un poco, estaba cansada de hacer lo mismo todo el tiempo, je, je...

Hayashi sonrió levemente mientras miraba a Annaisha, para luego dirigir su mirada triste a su taza de café, Annaisha en cambio solo guardó silencio, al parecer no le creyó mucho...

Y yo tampoco...

Sin embargo, Annaisha, quien estaba mirándola preocupada, suspiró y relajó sus hombros:

—Si hubieras querido hacer eso me hubieras preguntado antes... Podría haber consultado antes a mi madre... —finalizó, para luego volver a beber de su café.

—Sabes que no me gusta depender de los demás. Además, no habría podido... Tu madre estaba... —agregó Hayashi en voz baja y aprovechando que la madre había vuelto a la cocina.

Ambas se miraron y no hizo falta nada más. Annaisha había entendido lo que Hayashi quiso decir, es decir, cuando su madre estaba enferma y todo lo ocurrido con ella y su familia.

—Lo siento... —agregó Annaisha bajando la mirada, algo apenada.

—¡No, Anna! ¡No es eso lo que quería decir! —reaccionó Hayashi apresurada—. Es solo que... No– No quería molestar tampoco...

—No te preocupes, ahora mi madre está mejor y de vuelta en casa. Así que prométeme que si necesitas ayuda en algo me lo harás saber ¿De acuerdo? —preguntó Annaisha dejando su taza en la mesa y mirando a Hayashi con mucho mejor ánimo.

—De acuerdo... —contestó esta última mientras miraba su taza de café que estaba sobre el mesón.

En ese instante, volvió de la cocina Fujioka-san, trayendo una camisa y un delantal marrón, similar al que traía Hayashi.

Lost Sorrow  Vol. 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora