COMIENZAN LOS SECRETOS

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Echado en el suelo, sus hermanos sin poder hacer nada porque por el lado izquierdo, de una puerta doble de roble entraban unos señores. Uno era mayor y tenía la espalda mas jorobada que Gemma había visto.

-¡Oh por Dios! -dijo el señor mayor corriendo torpemente donde estaba el niño.

Gemma de haber sido más astuta habría sabido que lo mejor era que aprovechara ese accidente para correr con su hermano lejos de ahí, pero ella tenía un gran y noble corazón. Tal y como su madre se lo había inculcado.

-No le hagan daño -dijo Gemma temblorosa apareciéndo por detrás de la columna.

Ambos niños, ella y Harold, tenían la cara llena de mugre y las ropas con tierra. Desencajaban completamente con esos nobles señores.

-¿Quien sois vos? -preguntó un embajador español. -Perdón… ¿que dijo? -preguntó confundida. -Niña, ven aquí -ordenó, el señor mayor de túnica, con ternura- ¿Acaso conoces a este muchacho? -Sí, señor. Es mi hermano. -cuándo dijo eso Albert quién estuvo en un completo anonimato todo este tiempo, corrió en dirección opuesta y nadie que estaba en ese lugar lo volvió a ver. -Y por qué, si es que se puede saber, están es estas condiciones y él está inconsciente. Por que por lo que veo no reacciona. -Yo… la verd…verdad -un señor de tez morena y vestimentas verde brillantes tomó la frente de Gemma y vió que tenía fiebre. -Llevemoslos adentro, luego veremos que hacer con ellos.

Un señor sin ningún cabello en su calva cabeza y vestido de rojo escarlata, cargó a Harold y el señor mayor llevó de la mano a Gemma. Caminaron cinco minutos hasta llegar a una puerta de madera, en cuyo umbral se leía: "Entre colinas prosperamos." Al entrar ahí lo primero que Gemma advirtió es que hacía más frío que en las salas por donde caminó de la mano de Edgar, así se llamaba el hombre. Después se dió cuenta de que una señora de unos 67 años mas o menos estaba sentada tras una mesa. A unos metros de la mesa había un esquinero de tres niveles que estaba lleno de frasquitos. En el primer nivel los frasquitos eran semitransparentes y contenían liquidos coloridos, en el segundo tambien eran semitransparentes pero dentro había cierta especies de plantas. Y por último, en el tercer nivel, los frascos eran más grandes y gruesos, pero esta vez no se veía nada adentro.

-¿Donde estamos? -preguntó ella aturdida, era claro pués jamás había visto tantas habitaciones y adornos en toda su vida.

-Edgar, -dijo la anciana parándose de su asiento- ¿En qué los puedo ayudar? -preguntó cordialmente mirándo fijamente a Harold, pués este parecía dormido.

-Bertha, a esta niña al parecer le ha dado una insolación y este muchacho está inconsciente.

-¿¡Que es lo que pasó!?

-Él se cayó de espalda, contra el suelo y su cabeza dió un golpe seco al impactar contra el piso -respondió Gemma avanzando un pasó-. ¿Acaso lo podría ayudar?

-Claro, ¿Se conocen?

-Son hermanos -se adelantó a decir el hombre moreno, cuyo nombre era Francisco.

-¡Oh! Ya veo… -dijo dubitativa.

Bertha pidió a los señores que salieran y que Gemma cerrara la puerta, justo antes de hacerlo les agradeció por todo. A ella le agradó la forma en que los miraban, parecían muy amigables, y todo lo que dijo su madre de que eran personas crueles se difuminó casi por completo. Después regresó donde la señora quién la miro negando con la cabeza.

-¿Hize algo malo? -preguntó timidamente. -Corazón a mí no me vas a engañar. Este muchacho es de cabello negro y tu castaña sus ojos son azules y los tuyos verdes. -¿Que quiere decir? -se sentó en una banca frente a Harold. -Que quiero decir, pues que ustedes no comparten la misma sangre. -¡Uh! No pero lo conozco desde que nació y es como mi hermano. ¿Y Albert? -dijo con los ojos extremadamente abiertos al acordarse de que el niño se alejó. -Oh no te preocupes por él, Gemma, estará en buenas manos -respondió sonriente. -Como sabe… mi… nombre -se movió incómoda en la silla y la miró a los ojos. -Gemma, se más de tí que tu misma. Gemma Styles, hija de Rosse Styles. Los ví cuándo ella los hacía saltar en la carretilla de abono. Por cierto, creo que necesitas un baño por que el fertilizante… -movió su mano frente a su puntiaguda nariz- ¡Wujujui! -Lo siento, ¿mi hermano estará bien? -Harold se despertará en unos minutos, le prepararé una infusión -se puso de pié y tomaba jarrones y frasquitos del segundo nivel. -Digo..

Vampire Story (H.S.) | Ella Bel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora