Vampire Story (H.S.) | Ella Bel

CUMPLEAÑOS DESAPERCIBIDO

Regresamos a su casa y seguía riendo. Por un instante pensé seriamente que me moriría asfixiada. Y el chiste que me contaron por el cuál reí fué bien torpe: "-¿Como se le dice a un café que estuvo en prisión? -¡Expresso!"
-Emily -intentó tranquilizarme-. Inhala… exhala…
-Inhala -repetí riendo entre dientes-. Exhala… Ex-ala, ¡Axila! -volví a carcajearme fuertemente.
-Deja de reirte -demandó Harry mirandome a los ojos.
-Me dejaré de reir -respondí seria.
Hizo un chasquido. Torció los labios en una mueca de incomodidad.
-El sonido que más me gusta en este mundo es tu risa Emily, pero te vas a mirir si sigues riéndote así… Y hablando de morir... ¿Dónde vamos a dormir?
-En la cama supongo -señalé la cama en la que estaba sentada.
-No dormiría ahí ni por el cuello -contestó mirando la cama con asco.
-¿Es de brezo? -tanteé sobre el colchón.
-Eso creo… ¿Dónde vamos a dormir? -preguntó, y no a mí, y se pasó la mano por el pelo jalándolo hacia atrás.
-Pensé que no dormías.
-Tú donde vás a dormir -corrijió.
-Yo puedo dormir aquí -señalé por segunda vez la cama en la que estaba sentada con un poco de impaciencia.
-No. Ya sé. Dormirás en la que era el cuarto de pensionistas.
-Bien ¿De quién fué esta habitación?
-De Fiorelle, una muchacha judía -hice un puchero-, una niña… Que estuvo una temporada en mi casa como refugiada. La ropa no es de ella -aclaró cuando iba preguntar eso mismo-. La ropa le perteneció a mi ama de llaves, Caroline. A Fiorelle no le hubiera quedado eso, tenía apenas 10 años.
-Me dijiste que nadie la había usado.
-Era de ella, pero no la usó por que murió.
-Murió -abrí mis ojos mucho.
-Tenía que morir, yo no la meté. Fué… un lamentable error.
-Lo siento -dije suavemente.
-No te preocupes, me alegro que todo te haya quedado a la perfección.
-Pero parezco una mujer inglesa de la alta sociedad de los setentas -miré mis pantalones de vestir y mi jersey hueso.
-No tienes que preocuparte, te queda todo.
-Bueno, quizá haya sido una coincidencia que ella midiera lo mismo que yo.
-Esto no me debe estar pasando -murmuró tenso.
-¿Tan terrible soy?
-¡Me parece lamentable la muerte de Caroline! ¡Esto me debería llegar al pedo!
-Tu humanidad -aclaré y me puse de pié mirándolo lo más dulce que mi mirada asesina podía-. ¿Lo recuerdas? Es normal que pase esto.
-No quiero que esto pase.
-¿Vamos a dormir?
Tomé su mano y él me llevó a la habitación donde dormiría. Sacudió su cabello antes de empujár la puerta. 
-Vaya -murmuré entrando al dormitorio.
Miré anonada el tapiz, la cama, el tapete, todo era fascinante. Me pregunté si esa casa era de verdad de este siglo.
-Es muy bella -susurré y miré a Harry-. Y rara vez admito que algo es bello. 
-Es reconfortante saber que todo esto no te parece anticuado; sin embargo, esto está lleno de polvo, asi que por qué no me ayudas a da una pequeña limpieza a esto -abrió un pequeño armario y sacó una escoba de paja y un recogedor.
Mordí mi labio mirando la escoba. Sonará a niñita engreída y malcriada, pero nunca había necesitado usar una de esas. Traté de repasar mentalmente los movimientos de Jane cuando barría mi habitación. Tomé la escoba con cierta torpeza, sintiendo el peso de la mirada de Harry sobre mi. No quería que se las diera de seductor y se pusiera detrás mío a enseñarme como se barre, no, que vergüenza. La pasé en el suelo y el polvo se levantó.
-No lo hagas tan fuerte y rápido. Es mejor cuando lo haces suave y lento, marcando bien el movimiento -dijo Harry divertido y encontré doble sentido a sus palabras. 
-Nunca he hecho esto -admití dejando caer la escoba, pero Harry en un rápido movimiento la tomó.
-Lo supuse -se encogió de hombros.
-¿Cuantos años cumples mañana? -pregunté volviendo a agarrar la escoba y siguiendo las indicaciones de Harry. Al ver que funcionó lo hice así, suave y lento.
-707 -dijo.
Se me hizo un nudo en la garganta. No me acostumbraría nunca a que él sea tan mayor.
-Son muchos años.
Tragué saliva. ¿Qué demonios se le podía regalar a alguien que ya ha tenido 707 años para comprarse lo que quiera? No tenía idea, pero si algo sabía es que debía ser original.
-No te molestes en comprarme algo -dijo como leyendo mis pensamientos y paré de barrer.
-No cuentes con ello, y ahora que me doy cuenta, será mejor que vaya a coComprar lo que sea que fuese a necesitar.