SARAH LO SABE, JODER

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Jane:

Harry me estaba consintiendo como nunca nadie lo había hecho, me estaba sintiendo realmente bien. Los dolores que hace media hora me estaban carcomiendo, ahora eran casi imperceptibles. Él terminaba de quitarme unas telitas calientes que estaban sobre mis ovarios, calmando el dolor, cuando me miró y sonrió. Le devolví la sonrisa, dándole a entender que ya no me dolía mucho, él suspiró y se echó a mi lado. Me miró dulcemente y acarició mi cabello. Me estremecí, no acostumbro contactos como ese, nadie acariciaba mi cabello. Bueno, Christian lo hizo, pero ahora era diferente. Tomé su larga mano, y la puse junto a mi cara cerrando los ojos. Sentía su pecho dilatarse y encogerse. Nuestras manos desocupadas se juntaron en un dulce gesto, alcé mi cabeza y le dí un casto beso en los labios ¿me podía sentir mejor? La cama, bajo nuestros cuerpos, la sentía como una nube, suave y sutil. La habitación me pareció de pronto muy acogedora y romántica. Estaba flipando. "No creí que me enamoraría" pensé abriendo los labios ligeramente, cambiando levemente la intensidad del beso. "Harry es el hombre ideal para mí" suspiré respirando con fuerza, y el corazón casi galopando. Harry se echó de espaldas sin separarse de mí. Me puse encima de él, colocando mis piernas a ambos lados de su torso. Ambas manos estaban aferradas a más no poder, y en un inesperado movimiento él se apoyó sobre mi. Sus rodillas a la altura de mi cintura, y con los brazos sobre nuestras cabezas. Nuestros labios se movían desesperadamente, sintiendo la presión de su cuerpo contra el mío. Me encontraba inmóvil, y a la vez me sentía frenética. El compás de nuestros labios se acomodaba al roce de nuestra ropa. "¡No estoy enamorada!", pensé traumaticamente y me separé de Harry abriendo los ojos más de lo que me creía capaz.

-Demonios, de verdad Emily, lamento mi poca resistencia contigo.

Él se puso de pié, caminó hasta la puerta del baño y entró en él. Miré mis manos rojas por lo fuerte que estaban aferradas y suspiré. Lo deseaba, por qué no lo hacía de una buena vez. Erguí mis espalda cuando me senté, froté mis ojos y, después de un largo y relajante bostezo, me puse mi ropa para dormir. Era en vano, y lo sabía. Después de lo que acabo de pensar, y de lo que acaba de pasar ¿podría siquiera pegar un ojo?

Me acosté en la cama, sintiendo un dolor infernal en el pecho. No me quejé ni le hice caso, yo misma me lo había provocado. Miré la ventana, deseando que se detuviera mi periodo. En días como esos, como me gustaba la idea de no tener coño.

-Buenos días princesa -susurró una voz lejana, me removí sintiendo un ardor en los ojos. Sus

piernas estaban entrelazadas con las mías, su cabello me hacía cosquillas en el cuello.

-Hola Harry -susurré con la voz ronca, abriendo los ojos y acercándome a su lado para darle un beso-. ¿Dónde te fuiste ayer? -balbuceé tapando lo que pudo ser un gran bostezo.

-Estuve viéndote dormir, sentado ahí -señaló con su cabeza una silla, en cuyo respaldar estaba la camisa que Harry ayer llevaba puesta.

-Oh Harry, no debiste hacerlo -murmuré viéndolo a los ojos.

-Estuve recordando todo desde el momento en que te ví -sonrió lascivamente, yo bajé la mirada y dejé que mis labios se curvaran-. ¿Recuerdas cuándo me dijiste que no tenías sentimientos?

-¿En el mueble? -pregunté haciendo memoria-. Sí, recuerdo.

Fruncí el ceño, recordando lo que un día antes pensé, sintiendo que lentamente mi bilis subía.

-Tengo algo que decirte -dijo sentándonse en la cama, preocupada me senté a su lado.

-¿Que pasa Harry? -pregunté mirándo su ceño fruncido.

-Emily yo… -miró al techo mojándo sus labios- lo que te dije el otro día era más que cierto.

-¿El qué?

Vampire Story (H.S.) | Ella Bel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora