NO ES JA, ES JOTA A A A

86 4 0
                                    

Narra Jane

Sin poder hablar y fisicamente desarmada ante la fuerza de un vampiro me encontraba, él me hablaba pero me ordeno después de varios intentos fallidos que no oiga, que solo escuche.

-Mirame a los ojos Emily -lo miré-. Quitate la blusa.

Intenté distraerme concentrandome en algo, pero ¿en qué? Subconcientemente mis brazos ya estraban en mi nuca desatando el nudo de la blusa.

-Una vez mas Harry lo siento -me di la espalda y el hizo el nudo por séptima vez.

Giré mi cuerpo mirandolo a los ojos y concentré mi mente en tararear una cancion de los Back Street Boys mientras mis manos daban golpecitos en mis piernas al ritmo de una bateria imaginaria.

-Quitate la mordaza .

No lo hagas Jane, no lo hagas.

Hazlo, quitate la mordaza.

No me la quitaré. ¡Manos! quédense tocando la bateria.

Quitate la mordaza.

¡No me la quitaré joder! Harry no me puede mandar.

¡Quitate la mordaza!

¡NO!

-¡Emily! -Harry se agacho frente a mi, yo estaba de rodillas con los ojos empuñados y las manos apretadas entre el suelo y mis rodillas-. No te la quitaste.

Su aliento en mi frente me calmó un poco, sentía que me dolíaelcerebro. Y mi cuerpo estaba débil, esto es muy duro.

-Controlaste tu mente -suavemente desamarró ese nudito que estaba matándome y alejó la blusa de mí. ¡Nunca vuelvo a ponerme un conjunto celeste en mi vida!

-¿Imperanimé? -pregunté cansada.

-La verdad no sé si esa palabra exista, pero supongamos que sí.

Me ayudó a sentame en la cama y volvió a morderze la muñeca sacándose sangre. ¿No le dolerá? Tonta, es un vampiro. Claro que no le duele.

-Bebe -agarré su mano y chupé su sangre.

Fría, salada, y con un toque metálico. Así era su sangre. Sentí el liquido acariciar mi lengua y bajar por mi garganta. Cerré los ojos mientras con mi lengua limpiaba mi labio superior.

-Tomaste mi sangre, mañana no vayas a la universidad.

-¿P-por qué?

-Por Katherina.

-Ella no puede ser -me paré rapidamente pero tambaleé un poco-. No es lo que creo verdad.

-Es por ella que soy lo que soy.

-Es mas vieja que yo, lo sabía.

-No vayas.

-Ay Harry, no me va a hacer nada.

-No iras -gruñó y pude ver que hablaba en serio.

-Vale, no iré -me senté a su lado y tomé su mano con la intención de contarle que yo creía en criaturas como los vampiros.

-Ahora, dime como es que no te espantaste de mí.

-Me lees la mente -abrí mucho los ojos y esperé una respuesta.

-Suelo hacerlo, la tuya no la puedo leer y no se porqué.

Parpadeé un par de veces desconcertada, yo sabía el posible por qué el no me podía leer la mente pero no estaba segura de decírselo.

-¿No puedes... de verdad? -susurré en shock.

-No, pero cuéntame.

-Bueno -empecé-. Mi... madre, de niña me contaba historias de criaturas que vivían en el antiguo mundo: El antes de Cristo, ya sabes. Criaturas, que con la llegada del "salvador" fueron desapareciéndo o ocultándose de su propia naturaleza. Pero los reyes y reinas se negaban a perder su poder, ellos eran criaturas. La alteza, los sangre azul, tiene sentido -miré el suelo y recordé a mi madte sentada a mi lado esplicándome todo esto con movimientos eufóricos de manos y expresiones en la cara diferentes en cada contexto. Cuándo mi mamá tenía tiempo para mí-. Ellos al negarse fueron maldecidos y opacados por la magia. Se dice que los sacerdotes, la iglesia, estaba tan desesperada que recurrió a los hechizeros, magia negra supongo, y que ellos redujeron más a las criaturas. Pero que ahora se ocultan entre nosotros, y aquí estás tú. Muestra de carne y hueso de que lo que decía mi madre no podía ser más cierto -Harry ásintió dando crédito a mi conocimiento.

-Conocí un hechizera, y vaya que de verdad te sorprendía -sonrió a la nada y yo lo hice al ver sus hoyuelos-. Era muy poderosa y me enseñó muchas cosas. Tenía por lo menos 90 cuándo la conocí, pero parecía más joven. Muy parlanchina. Sabía mas de mí que yo mismo -su sonrisa se borró y la mía igual-. Katherina la mató el día que pasó mi transformación, pero ya nada me importaba entonces.

-¿Por qué? -ladeé la cabeza y el se mordió el labio hasta sangrar. Se veía el odio en sus ojos.

-Por que mi humanidad fué apagada. Y hasta ahora lo está.

-No Harry, si me lastimo te sentirás mal.

-No me importó matar a tu mucama -dijo como si fuera un pan de cada día.

-¿Vivirás por siempre?

-Me pueden sacar el corazón, romper la cabeza o clavar una estaca y créeme que moriré.

-Auch -en mi cara se formó una mueca.

-Sabes por que no te puedo leer la mente.

-Eh... No -mentí.

-Medio milenio te enseña a saber si te mienten o no Emily.

-Mi madre es un ángel. Yo soy semiángel y por eso tengo defensa contra criaturas demoníacas -cerré los ojos esperando a que suene convincente.

-¿En serio? -alzó una ceja incrédulo y rió burlón.

-Sí -hice un puchero.

-No, dime.

-No soy semi ángel ¿vale?, pero mi madre es algo raro que no se que és. Ella nunca me lo quiz decir, pero bueno, ella mantiene una protección sobre mí contra fuerzas de más allá -señalé al piso.

-Ahora está más creíble, pero dime la verdad.

¡Esa era la verdad!

-¡Esa es la verdad!

-¡Está bien! -alzó las manos en defensa-. Pero mañana no vas al college -gruñó, me apuntó con el dedo y yo bufé.

-Vale -gruñí igual que él.

-¿Cenamos? -pero... esque... WTF? ¿este chico es bipolar o qué?

-Eres un tipo raro -me puse de pié, me puse una bata y bajé tras él.

-No no no no -me tapó el pase a la puerta-. Yo te traigo la comida.

-¡¿Porqué?! -exclamé bajándo los hombros.

-Por que yo lo digo -me dió un beso en los labios, que juro fué delicioso, y bajó las escaleras desapareciendo de mi rango de visión.

-Raro -entré en el baño del cuarto o cuarto de baño, como sea, y solté mi cabello.

Tiendo a confundir las cosas, o mejor dicho, hacer las cosas confusas. ¿Ya ven? Lo estoy haciendo de nuevo.

Peiné frente al espejo algunos nudos rebeldes, aunque solo provoqué una gran melena esponjosa. A veces de verdad que odio mi cabello. Recordé que cuando esuve en la JAAA (Junta de Ayuda para Adolescentes Alborotadores), se lee jaaa, una chica cortó mi cabello disparejamente cuando me quedé dormida al final de una charla. Me vengué, y fué muy feo. Nadie se volvió a meter conmigo por tres razones: miedo, dijeron que era caso perdido para la JAAA por eso me expulsaron, y más miedo.

El teléfono de mi cuarto emitió ese ruido característico: ring ring. Salí del baño y, sentándome en la cama, descolgué el aparato y contesté con el típico:

-¿Aló?

-Jane, bebé, ¿que pasó? ¿me reemplazaste por Georgie? ¿aceptó el trato? supongo que sí ¿no?

-Hola Perrie cariño, lo que pasó es algo demasiado extenso asi que lo dejo para el último, NUNCA te cambiaría por Georgie y si aceptó el trato a medias, con ciertas condiciones.

-Ah ok, pensé que te había perdido ¡uf! -hubo una carcajada tras la linea.

-Nunca -sonreí y oí desde abajo el ruido de unas cacerolas caerse.

-¿Quién está ahí?

-Harry.

-¿Ya...?

-Es una larga historia -cambié de oreja el teléfono y suspiré-. Estaré en la universidad a las 2 ¿Vale?

-¡Ni lo sueñes! -gritó Harry desde abajo.

Maldita audición superdotada vampírica.

-Nos vemos -dijo ella finalmente.

Colgó.

Tengo que encontarme con Perrie, no me puede dejar aquí encerrada ¿no? Al menos una hora debo salir. ¿Por qué no quiere que salga? ¿Su sangre será algún veneno y moriré durante la noche? ¿Es normal que me sienta tan mareada? Ay cielos, mi cabeza es un mar de preguntas.

[...]

-Estuvo delicioso -fué mi primer comentario acerca de la cena que Harry preparó.

-Eso supuse -dió un sorbo a su copa de vino tinto y luego la depositó en la mesa.

Él estaba en boxers, y yo llevaba puesta su camisa. La cena no solo fué deliciosa, también fué comoda y agradable.

-Que modesto -rodé los ojos y crucé mis piernas bajo la mesa.

-No soy modesto, prefiero soberbio, egocéntrico, directo, inhumano y calculador. Sobre todo calculador, me gusta saber que es lo que hace la gente de mi entorno. Odio el desorden, en todos los asectos, y la desorganización.

-Yo soy manipuladora, pero no trates de definirme con una sola palabra -me encogí de hombros.

-Tienes madera de vampiro -juntó sus dos manos bajo su perfecto mentón.

-¿Tu crees? -pregunté.

-Puede ser.

Me mordí el labio mientras competíamos con la mirada, al final yo terminé bajándola. Nos pusimos de pié y le pregunté si con su compañía podría ver a Perrie en la universidad, y ,como ya lo esperaba, se negó.

-Por favor Harry, mejor me acompañas a que me escape ¿no crees? -miró a algún lado distraído frunciendo los labios, puso los ojos en blanco y asintió.

-No le digas que soy...

-No le diré nada -sonreí estiré un brazo para que me cargara. Él lo hizo y así subimos las escaleras. Bueno, no sé si decir subimos es correcto, porque apenas tocaba los escalones y daba la impresión de que estaba volando. Pasámos de costado por la puerta del cuarto, para que mis piernas no choquen contra el umbral, y me echó delicadamente en la cama.

-Emily -susurró viendome y se mordió el labio.

-¿Qué? -dije en su mismo tono de voz, sintiéndome intimidada antes su mirada clavada en mis ojos pero sintiéndo que examinaba cada parte de mi cuerpo.

-No eres perfecta, por que la perfección no existe, pero eres lo más parecido a ello que jamás he visto.

Sentí mis mejillas arder, así que giré mi cuello y escondí mi cara entre mi cabello mientras Harry se echaba a mi lado. Rayos, jamás me había ruborizado en mi vida. Jamás. ¿Por qué lo hacía ahora? Cerré los ojos y sentí el tacto frío de la mano de Harry en mi cintura, fué como una descarga: provocativo pero peligroso. Así era Harry.

-Hasta mañana Emily -sentí su gruesa y sexy voz en mi cuello.

-Hasta mañana Harry -cerré los ojos y caí en los acogedores brazos de Morfeo.





-Sonrojada te vez deliciosa.

Su nariz en mi oído me hacía cosquillas. Me removí un poco sin querer pararme, de verdad que esaba muy cómoda ahí con nuestras piernas entrelazadas y sus brazos protegiéndome.

-Yo no me sonrojo -murmuré con los ojos cerrados y la pesaes del plácido sueño.

-Si lo haces -me volvió causar cosquillas y giré mi cabeza. Sus labios atraparon los míos y me despertaron los sentidos. Mi primer beso matutino. Alientos de recién despertados, el suyo y el mío. Me estoy volviendo una cursi joder. Bueno, solo en mi mente.

-¿Alguna vez has visto un rostro masculino al despertar?

-No, en la JAAA decían que dormir conmigo era poner su cuerpo en un riesgo innecesario.

-Pero aquí estoy yo, con el mejor amanecer de mi vida.

Cerró los ojos y volvió a besarme.

-¿Qué es Ja? -preguntó suavemente, parecía más un cumlido que un pregunta. O al menos, daba esa impresión.

-No es Ja, es jota a a a, JAAA. Junta de Ayuda para Adolescente Alborotadores.

-¿Que hacías ahí?

-Lo típico de una junta, oír charlas hasta que te ardían los oídos. Escuchar las historias deprimentes de adolescentes rebeldes. Caos...

-Emily Jane Allen.

-Tú los has dicho Harry.

Vampire Story (H.S.) | Ella Bel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora