Ho Seok acababa de salir de la piscina, completamente desnudo y con una toalla en la mano secándose un poco el pelo.
Eran las cuatro de la madrugada y Chang Kyun quería preguntarse cómo Ho Seok no tenía frío, pero en ese momento lo único que le importaba era comerse su cuerpo con los ojos.
Con los ojos y con lo que no eran los ojos, porque estaba reteniendo el impulso de levantarse a clavarle los dientes en algún sitio. Qué más daba dónde.
—¿Por qué hace tantísimo calor? Es insoportable —se quejó Ho Seok. Siquiera sabía dónde terminaba el agua de la piscina y empezaba el sudor.
Chang Kyun no opinaba igual. Sentado sobre uno de los sillones del porche, con una toalla por encima de la cabeza y otra cubriéndole las piernas, él estaba tiritando.
Todavía tenía el pelo mojado y se preguntaba por qué se había dejado arrastrar por Ho Seok a bañarse a esas horas. Sin embargo, a quién pretendía Chang Kyun engañar. En cuanto Ho Seok se había quitado la ropa interior, Chang Kyun había dejado de escuchar a su sentido común.
No habían hecho nada porque, con la misma prisa con la que había saltado a la piscina, salió de ella al darse cuenta de que el agua estaba demasiado fría para él. Aunque fuesen las cuatro de la madrugada y le hubiera dado el sol todo el día a la piscina, aunque fueran las cuatro de la madrugada y siguieran a treinta grados.
—Ojalá pudiera estar tan caliente como tú —dijo Chang Kyun sin pensar, o pensando en lo que no debía.
Ho Seok se rio.
—¿Tú te oyes cuando hablas?
—Está hablando mi entrepierna, no yo, lo siento. Quería decir que ojalá yo pudiera tener calor en vez de frío. ¿En qué pensabas? ¿Cómo me haces meterme en el agua con lo fácil que sabes que cojo frío?
Mientras hablaba, Ho Seok se aproximó hasta su posición y, sonriendo, se subió al sofá, para gatear hasta él y darle un beso en la mejilla.
—Pretendía calentarte yo.
—La próxima vez sé más rápido —contraatacó Chang Kyun.
—¿Puedo calentarte ahora?
Estaba sonriendo como un niño pequeño mientras entrelazaba sus dedos con la toalla que cubría el regazo de Chang Kyun. Si Ho Seok pretendía seducirle de esa manera, estaba logrando todo lo contrario. Chang Kyun podría haberse derretido de la ternura que le daba verle sonreír de esa manera.
Alzó sus manos y las llevó hasta la cara de Ho Seok, para apretarle las mejillas con prisas. Ho Seok sonrió con cierta timidez y buscó apartar la mirada.
Complacido, Chang Kyun sonrió también y le dejó un beso en la comisura de los labios. Ho Seok no desaprovechó la ocasión y se arrimó un poco más, hasta conseguir que sus brazos tuvieran la ocasión de rodear el cuerpo de Chang Kyun, y él de apoyar la cabeza sobre su hombro y acurrucarse.
En ocasiones, Chang Kyun se sentía como si hubiera adoptado un koala, pero no podía negar que, las veces en las que Ho Seok se ponía de esa manera, eran las que más disfrutaba. Chang Kyun adoraba todas y cada una de las facetas de Ho Seok, sin dejarse ni una, pero tenía especial predilección por verle poniéndose dulce y dejándose cuidar con semejante docilidad por él. Eran las únicas ocasiones en las que le permitía a Ho Seok bajar la guardia sin ponerse él en estado de alerta, solo cuando estaban solos. El resto de veces, sentía un miedo atroz cuando eso sucedía.
Siempre le había preocupado cómo, a pesar de lo grande que era, Ho Seok era tan sumamente vulnerable. Físicamente, sí; pero mentalmente mucho más. Quizá Chang Kyun exageraba al tratarle como si fuera de cristal, pero no podía evitarlo porque le quería demasiado. Siempre pensó que era mejor ser sobre protector que lamentarlo más tarde.
—¿Sigues teniendo frío, Kkukkungie? —susurró Ho Seok.
Chang Kyun se giró y le besó la mejilla, arrancándole una sonrisa a Ho Seok.
—Eso debería preguntarlo yo. Tienes la piel congelada...
Él se encogió de hombros.
—Estoy bien, hacía un calor espantoso.
Se separó despacio del hombro de Chang Kyun y le miró con un puchero en los labios. Tenía los puños apretados sobre los hombros de Chang Kyun y él terminó volviendo a aterrizar una de sus manos en una de sus mejillas para acariciarle. Tenía él brazo rodeando la cintura desnuda de Ho Seok y le miraba con una sonrisa, porque era imposible no dibujar una en los labios si el mismísimo Lee Ho Seok le miraba de esa forma tan sumamente dulce.
—Vayamos para arriba antes de que te entre calor otra vez, entonces. Así podemos acurrucarnos a gusto entre los dos.
Ho Seok asintió, llevando su mano hasta su cara, para posarla sobre aquellos dedos que había tocándole la mejilla, esos que, pronto, se habían desplazado con lentitud hasta sus labios. Entreabriéndolos, Chang Kyun se permitió introducir ligeramente dos de sus falanges en la boca de él.
Ho Seok clavó sus dientes en el principio de las uñas de Chang Kyun, y los dos se rieron.
El gesto debería haber sido erótico, posiblemente lo hubiera parecido en cualquier otra situación, pero, en ese momento, ambos habían entrado en una burbuja donde daba igual si estaban desnudos, daba igual si Ho Seok tenía todo su cuerpo mojado de forma demasiado tentadora para cualquiera. Para Chang Kyun, el mundo se había parado en la sonrisa dulce de Ho Seok y Ho Seok se sentía demasiado a gusto con las caricias que le estaban regalando.
A veces, se sentía como si fuera la mascota de Chang Kyun. De hecho, se había dejado domesticar por él sin poner ninguna pega.
Pasados tantos años, no empezaría a quejarse en absoluto.
Inclinándose hacia adelante, apoyó la cabeza sobre el regazo de Chang Kyun y cerró los ojos, dejando que Chang Kyun le acariciara la cabeza mientras le peinaba.
—¿No íbamos a dormir ya? —preguntó Chang Kyun, viendo las nulas intenciones de Ho Seok de moverse.
Él rio.
—Solo mímame un rato primero... después dormiremos juntos y yo seré tu cuchara pequeña, para que así puedas darme besos en el cuello...
Chang Kyun acabó riendo también. Viendo a Ho Seok (con sus bíceps y sus hombros tan anchos y sumamente enormes), recostado sobre sus piernas mientras casi ronroneaba a cada caricia que él le daba, Chang Kyun se preguntó por qué tenía que ser tan guapo, por qué tenía que ponerle tan difícil el resistirse a él.
—Me gusta cómo suena eso de los besos en el cuello...
Ho Seok le apretó la cintura más fuerte entre sus brazos.
—Recuerda que son besos, no mordiscos, no te emociones demasiado.
Consiguió que Chang Kyun se riera. ¿De verdad era tan previsible?
—Qué aburrido eres, Hoseokie, ¡Qué aburrido eres!
Los capítulos que pretendo que sean soft me salen subidos de tono, los capítulos que pretendo que salgan subidos de tono salen soft.... chicas, este AU me odia.
Perdón. Se suponía que iba a actualizar ayer pero me dio un bajón feo y solo quería dormir¿ al final dormí solo diez horas porque no se puede vivir en la cama pero¿
En fin.
Subiré algo más largo para la próxima vez para compensar, I promise¿
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Summer Time » Wonkyun. MONSTA X
RomanceEn la casa de Chang Kyun había una ventana que no cerraba y por la que Ho Seok aprovechaba para colarse, con la intención de meterse en su cuarto y acaparar su sofá. Chang Kyun solía decir que lo odiaba, pero hay mentiras que por mucho que se repit...