La palabra extraña probablemente se quedaba corta de referirse a la relación que Ho Seok y Hyun Woo llevaban.
Las veces que Ho Seok había tenido pareja en los últimos cuatro años, ésta había tenido problemas con dos personas en la vida de Ho Seok: con Im Chang Kyun y también con Son Hyun Woo.
Los motivos con Chang Kyun eran obvios.
Si bien ellos dos nunca habían sido pareja, Ho Seok tenía una inclinación demasiado fuerte hacia Chang Kyun. Como dos fuerzas de carga opuesta que se atraían de forma irremediable, Ho Seok no tenía forma de resistirse a ese magnetismo. Nunca había engañado a ninguna de sus parejas, ni con Chang Kyun ni con nadie más, pero la química que se tenían era tal que se veía incluso sin querer verla.
Sin embargo, Ho Seok sabía vivir sin Chang Kyun y, como Chang Kyun normalmente vivía un océano más allá, aquello tenía fácil solución.
Cuando se hablaba de Hyun Woo, las cosas cambiaban completamente.
Ho Seok no tenía ningún tipo de interés de ningún tipo en Hyun Woo. Ni romántico, ni sexual, siquiera platónico. Pero, aunque ello fuera cierto, era difícil de creer cuando se les veía juntos.
Si Hyun Woo estaba cerca, más temprano que tarde Ho Seok iba a terminar pegado a él como si se tratase de su koala. Y si bien Ho Seok era empalagoso también con Ki Hyun, Joo Heon y Min Hyuk, se notaba de lejos que, para Ho Seok, Hyun Woo era especial.
Y las novias y novios de Ho Seok siempre terminaban por desistir con él y dejarle, porque era difícil ser la pareja de alguien que tenía un mejor amigo con el que, la persona a la que amabas, te demostraba una y otra vez que no tenías nada que hacer, que siempre serías una segunda opción detrás de él.
De ese modo, al final siquiera importaba si esa otra persona se había creído que eran amigos y que nada iba a pasar entre ellos nada romántico ni sexual porque, a la hora de la verdad, Ho Seok iba a querer más a Hyun Woo que a ninguna de sus parejas.
A Chang Kyun siempre le había parecido bonita la relación que tenían. Desde que le vio juntos por primera vez hacía unos cuatro años, antes de empezar ese tonteo con Ho Seok, él había quedado maravillado de cómo, en brazos de Hyun Woo, Ho Seok parecía otra persona.
Pero, hacía casi un año, cuando Hyun Woo había empezado a viajar más y a estar más ocupado por su trabajo como coreógrafo y empezó a pasar mucho menos tiempo en la casa que compartían los cinco, Ho Seok había comenzado a hacer cosas extrañas con tal de llamar su atención.
Huir a Estados Unidos cuando Hyun Woo volvía a casa después de días sin poder dormir en su propia cama, era una de ellas.
Ese día, Hyun Woo acababa de marcharse de su visita (demasiado breve a los ojos de Ho Seok) a Massachussets, y ahora Ho Seok estaba tumbado sin ánimo sobre las sábanas de su cama, abrazando una de las piernas de Chang Kyun y con su perra Victoria lamiéndole la cara, porque para el animal era difícil no darse cuenta que su Ho Seok estaba decaído.
—Necesitas despegarte de él —le dijo Chang Kyun.
Había desistido con Ho Seok y había terminado jugando a la consola portátil mientras tenía a la perra y a Ho Seok encima. Hacía un calor horrible pero no se atrevía a pedirle a Ho Seok que se quitara o a apartar a Victoria.
—Ya lo sé, ya lo sé... Mañana estaré mejor, pero...
Tras un suspiro, se incorporó despacio hasta quedar sentado sobre las sábanas y acabó recostando la espalda justo a continuación de donde lo hacía Chang Kyun.
—¿Sabes que él no quería quedarse con nosotros? Él fue el último en unirse al grupo.
A Chang Kyun le había costado al principio prestar atención a Ho Seok. Que se hubiera sentado a su lado, pero dejando centímetros entre ellos, había sido raro. Aprovechando el silencio que había dejado Ho Seok en medio de un discurso que iba para largo, Chang Kyun redujo la distancia entre los dos hasta hacerla desaparecer y pegó su hombro al de Ho Seok.
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Summer Time » Wonkyun. MONSTA X
RomanceEn la casa de Chang Kyun había una ventana que no cerraba y por la que Ho Seok aprovechaba para colarse, con la intención de meterse en su cuarto y acaparar su sofá. Chang Kyun solía decir que lo odiaba, pero hay mentiras que por mucho que se repit...