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Finn buscaba los pasillos a aquella chica de cabello castaño, esa chica que le ayudaría a aprobar la clase s español, claro si ella aceptaba. Llevaba algunos minutos ya buscándola, y tenía que encontrarla antes de que comenzase la primera clase.

Siguió buscándola, hasta que escucho un grito, no muy lejos de donde el estaba.

-¡Abrete ya, maldito! -Eran los gritos de una chica.

Finn reconoció esa voz y camino a donde provenía aquella voz. Una vez llego, efectivamente, era la chica castaña a la que estaba buscando. La chica estaba intentando abrir su casillero, ya estaba tan desesperada que comenzó a patear la puerta de este.

Finn, con un poco de miedo, se acercó a aquella chica para ayudarla.

-¿Necesitas ayuda? -Pregunto Finn amablemente.

La chica soltó un grito. -¡Un pejelagarto! -Y después se hecho a reír. -Mentira, si, necesito ayuda.

El pelinegro ladeo su cabeza confundido, dándole a entender a la castaña que no entendía lo que estaba diciendo.

-Oh, lo siento, soy idiota. -Dijo riendo. -Si, necesito ayuda.

El pelinegro ayudó a la castaña a abrir su casillero, al parecer la chica había puesto un número incorrecto.

-¡Gracias, chico! Por cierto, ¿cual es tu nombre?

-Finn, Finn Wolfhard, ¿Y el tuyo?

-Millie Brown. -La chica sonrió. -Bueno, mucho gusto, Finn Finn Wolfhard.

El chico río. Millie tenía un inglés perfecto y su español, jamás había escuchado a alguien hablar así español, ni a su maestra de esa clase. La chica estaba por irse, pero el pelinegro la detuvo.

-Ahm, ayer noté que tus notas son muy buenas. -Comenzó a hablar Finn. -Todas tus notas son A.

-Si, habla rápido, ¿a qué quieres llegar con eso?

-Bueno, estoy reprobando Español y al parecer, eres la única chica con una A en esa clase y me preguntaba si tu podías ayudarme a aprobar esa clase. -Soltó por fin el chico.

-¿Me estás diciendo que quieres que te enseñe español, pejelajarto?

-Si, eso es un resumen de lo que dije.

-¿Y que obtengo yo a cambio? -Pregunto la chica cruzandose de brazos.

-¿Qué necesitas? Puedo pagarte, pero si necesitas algo más...

La chica lo interrumpió. -¿Cuánto puedes pagarme?

-Lo que necesites, Millie.

-No lo , Finn...

-En verdad necesito aprobar esa materia, por favor.

La chica soltó un suspiro. -Esta bien, hoy empiezan las lecciones, luego hablamos del dinero, ¿puedo ir a tu casa?

-Por supuesto, en verdad te lo agradezco mucho. -Los ojos de el chico se iluminaron. -Nos vemos a la salida de la escuela.

El pelinegro no podía estar más feliz, pues la castaña había aceptado ayudarlo y estaba dispuesto a pagarle lo que sea, en forma de agradecimiento.

El pelinegro no podía estar más feliz, pues la castaña había aceptado ayudarlo y estaba dispuesto a pagarle lo que sea, en forma de agradecimiento

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Español || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora