26

1.8K 216 65
                                        

Un mes. Un mes en el que Millie dejó de asistir a clases, la marcaban ausente sin antes preguntar la razón por la que había faltado. No la encontrabas sentada bajo la sombra de un árbol haciendo su tarea de la clase de Matemáticas, como de costumbre. Mientras caminabas por los pasillos, no la veías caminando a su clase. Su casillero jamás se abría. No podías verla esperando a Wolfhard al finalizar las clases. No podías verlos tomados de las manos por los pasillos. No estaba, se había ido.

Nadie sabía el porqué, pero claro está, había una culpable a todo esto: Madison.

Ese mismo día, en que Madison amenazo a Millie, la castaña, sin dar ninguna explicación o siquiera decirle algo a Finn, se marchó. Dijo a los profesores y director diciendo que su madre estaba enferma y tendría que hacer un viaje para visitarla, debido a que vivía en otro estado. Claramente, todo era mentira, su madre no estaba enferma, ni en otro estado y no tendría que hacer ningún viaje para visitarla. Había inventado todo aquello por el simple hecho de que no toleraría ver a Finn y no poder lanzarse a sus brazos, tomar su mano, besarlo o siquiera, hablar con el, no podría. Le destrozaría el alma ver como el chico sufría, que se acercase a ella y le preguntase que era lo que pasaba y no poder siquiera dar una respuesta. Por suerte, había conseguido un empleo y era la única cosa que la mantenía distraída y no hacía que pensase tanto en Finn. Ella había creído que quizás si Finn no la veía, el no sufriría tanto como las otras veces, pero se había equivocado, el chico estaba sufriendo aún más.

Madison había intentado volver a acercarse a Finn, algo que no había logrado, el chico no quería hablar con nadie que no fuese Millie.

Finn dejó de prestar atención a las clases, a excepción de una: Español. Quería demostrarle, si en algún momento Millie volviese, que aquellas clases de español, que la chica le había dado, funcionaron y sus notas estaban subiendo, algo que así era. Pasaba tanto tiempo estudiando para aquella clase, que simplemente había olvidado las demás, por suerte su nota había bajado solo hasta una y todos los trabajos que no había entregado, aún podía hacerlo, pero era algo que, de momento, no le importaba. A pesar de que el sabía que Millie no estaba, seguía buscándola en cada uno de sus lugares favoritos, decepcionándose cada vez aún más, al no ver a su Millie. El solo quería que su amada Millie volviera.

Por desgracia para Millie y suerte para Finn, los profesores le habían dado tan solo un mes y ese mes, ya había pasado, era tiempo de que ella volviese.

Al día siguiente, cuando Millie estaba caminando por los vacíos pasillos de su escuela, rezaba para que Finn no le apareciera por ahí. Llego a la oficina del director y el la detuvo ahí por 30 minutos, fue entonces, cuando las clases estaban por comenzar, pues se escuchaba a las personas hablar en los pasillos. Una vez que el director la dejó ir, Millie fue a su clase, la cual no compartía con Finn.

La suerte estaba del lado de Millie, puesto que sus primeras 3 clases, no las compartía con Finn y de momento, no se lo había encontrado en ningún lugar, eso era suerte.

Eso solo duro hasta que fue la cuarta hora, en donde Millie, en lugar de ir a la cafetería, salía al jardín de la escuela. Y Finn, como de costumbre en ese mes de su ausencia, salió a buscarla, el sabía que no estaría ahí, pero de igual forma, lo hizo.

Camino con lentitud a aquel lugar, no estaba tan ansioso como las primera once veces que salió a buscarla, pero ahí estaba ella, sentada mientras escribía en una libreta. Era Millie, su Millie. Yam bella como la recordaba. Por unos segundos, Finn creyó que no eran más que alucinaciones suyas, pero al ver que no desaparecía, supo que era real. Se acercó con lentitud y miedo, moría por correr a ella y abrazarla, pero temiendo que cuando Millie se percate de su presencia, huya como otras veces.

Español || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora