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¿Que era lo que había pasado? De un día para otro, Millie había cambiado su actitud hacia Finn, nuevamente. Ponía excusas sin sentido para no ir a casa de el pelinegro, pero aún así, lograba no asistir.

Finn no entendía ese cambio tan repentino, «¿que hice mal?» se cuestionaba el chico, todas las noches. Repasaba una y otra vez aquellos últimos momentos que compartió con la castaña, buscando algún gesto, acción o palabra que la haya molestado, pero simplemente no encontró nada.

El no había sido el culpable de el cambio de humor de Millie, había sido Madison la culpable.

La rubia se había prometido a sí misma alejar a Millie de su Finn y eso era justo lo que estaba provocando. Madison amenazaba a la castaña y no conforme con eso, la humilló un par de veces frente a la mitad de la escuela. No iba a detenerse hasta que Millie dejase en paz a Finn y ahora que lo había hecho, decidió parar.

Hey, Mills. ¿Te parece si estudiamos...

—No puedo, Finn. Estoy ocupada. —Lo interrumpió la chica con voz entre cortada.

Siempre era igual, Millie trataba de evitar a Finn lo más que pudiese e incluso llegaba a ignorarlo. Aunque no pareciera, a ella le dolía tratar a Finn de esa manera, lo amaba, no quería hacerle eso a Finn.

El pelinegro estaba harto de ese comportamiento que Millie había tomado de repente. Jamás había necesitado tanto a una persona, necesitaba a Millie y al igual que a ella le dolía no poder hablar con Finn, a el también le dolía.

No dejaría ir a Millie así de fácil.

Cuando las clases terminaron, se quedo en la salida de el edificio, esperando a que Millie saliese. Una vez que la chica salió, Finn, un poco nervioso, se acercó.

Millie, ¿podemos hablar?

—No, Finn. Tengo cosas que hacer, quizás otro día. —Dijo ella intentado esquivarlo.

El pelinegro tomó la mano, que estaba libre, de la chica, asiendo que esta pare en seco.

—Finn, en verdad yo...

El de inmediato la interrumpió. —Millie, en verdad, necesitamos hablar.

Ella soltó un suspiro. No quería decirle que no, pero las amenazas de Maddie ya habían cesado y si volvía a hablar con Finn, ella cumpliría todo aquello que había dicho.

—Hablaremos, pero no aquí. —Habló en un susurro.

—¿En mi casa? —Preguntó de la misma forma.

—Si.

Finn no quería soltar la mano de la chica, pero ella finalmente se soltó y se fue. El pelinegro camino con rapidez a su casa y cuando llegó, se encontró con la chica esperándolo. Moría por besarla o simplemente abrazarla, pero prefirió no hacerlo, no quería molestarla.

Ambos entraron a casa de Finn y subieron a su habitación. Millie extrañaba ese lugar, extrañaba ir ahí todos los días después de escuela. La chica tomó asiento en la cama de Finn y el se sentó a un lado de ella.

—Millie, yo.... —La chica lo miro atenta. —No puedo vivir sin ti.

Ella solo bajo la mirada.

—Estos días en los que has estado evitándome, han sido los peores. Millie, no sabes cuanto te necesito. —Finn tomó las manos de la chica. —Eres muy especial para mí.

Los ojos de la chica se cristalizaron, se sentía una horrible persona por haberle hecho eso a el chico que más amaba en este mundo.

Finn, perdóname. —Dijo. —Yo no quería dejar de hablar contigo, también la pase muy mal estos días. Pero....

Las lágrimas comenzaron a salir, impidiendo que terminara de hablar. Comenzaba a sentirse como una pequeña niña llorona, pues lloraba con mucha frecuencia estando frente a Finn. El la abrazo, extrañaba sentirla tan cerca.

—Está bien, linda. —Decía mientras acariciaba el cabello de la chica.

Pasaron unos cuantos minutos, hasta que Millie por fin logró parar de llorar. Quería contarle todo en ese mismo instante, todo lo que había hecho Madison, pero tenía miedo.

—Dime algo, Millie. ¿Madison tiene algo que ver en todo esto? —Preguntó el chico con seriedad.

Ella no quería responder, pensó por un momento si debía o no decirle, pero por fin se decidió en que debía contarle.

—Si, ella... ella tiene que ver con esto.

Millie le contó absolutamente todo lo que había pasado. El solo la escuchaba y tomaba su mano cuando parecía querer llorar.

—Es todo lo que necesitaba. Mañana mismo hablaré con ella.

—¿Que le dirás? —Preguntó ella con miedo.

—Terminaré con ella, Mills. Justo como debí hacerlo hace tiempo.

—Finn, no. Tu padre, ¿que le dirás a tu padre?

—Millie, el no importa. Se que tienes miedo por todas las cosas que ella dijo, pero conozco a Madison, no hará nada de lo que dijo. Estas conmigo y yo te protegeré, ¿si?

La castaña solo asintió. Confiaba en Finn, pero tenía miedo de lo que podría pasar. No sabía si Madison cumpliría o no lo que había dicho, tal vez Finn se equivocaba y lo haría o simplemente tenía razón. No sabía que esperar de la rubia.

 No sabía que esperar de la rubia

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Volví, bbs. Ahre lo siento, andaba de sentimental y llorona jaja.

Si te gustó, te agradecería que me regalaras una estreshita :3.

Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~

Español || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora