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(No reproduzcan la song hasta que yo les diga, chamacos.)

Todo parecía estar llenado bien hasta ahora. Después de la reconciliación de Millie y Finn, ambos volvieron a ser inseparables. Y su rutina anterior, volvió a repetirse. Definitivamente, todo estaba perfecto.

Como de costumbre, Millie se encontraba en la habitación de Finn. La chica estaba dándole una de sus clases diarias de español.

Millie, llevamos dos horas en esto, ¿podemos descansar? —Pregunta el chico, rezando por escuchar un 'si'.

Supongo. —Dijo, soltando un suspiro.

El chico sonrió y dejó su libreta de lado, miró a Millie, quien aún tenía la libreta sobre sus piernas, estaba pasando las hojas de esta. Finn se acercó a ella y, rápidamente, le quitó la libreta.

¡Finn!

—Dijiste que descansaríamos.

—Y estás descansando, ¿no? —Dijo ella, intentando quitarle la libreta.

—Si, pero tú yo pregunté si 'podíamos' descansar, ambos, no solo yo.

—Bien, bien. Pero, dame la libreta.

—Creo que me la quedaré un rato. —Dijo el chico, mientras se ponía de pie y levantaba el brazo, evitando que Millie tomase la libreta.

Millie se levantó. —¡Dámela! —Le ordenó la castaña, dando pequeños saltitos para alcanzar su libreta.

El pelinegro no podía evitar reír al ver a la chica enojada.

—Finn Wolfhard, dame la libreta.

La chica seguía intentando alcanzar su libreta, pero le resultaba imposible, Finn era un maldito poste de luz. El chico no paraba de reír, Millie se veía demasiado tierna y le fue imposible no mirar los labios de la chica, había desarrollado una pequeña obsesión por sus labios, únicamente deseaba besarla en todo momento del día.

Decidió no esperar más, lanzó la libreta a su cama, Millie lo miro mal y antes de que ella fuese por su libreta, Finn la tomó por la cintura, atrayéndola más a él, ella puso sus manos en el pecho de Finn y la besó. No había forma de describir la linda sensación que ambos sentían al besarse.

¿Me darás mi libreta ahora? —Preguntó Millie, al separarse de ese tierno beso.

Mejor te doy otro beso, ¿te parece, linda?

—Mejor te doy una patada, ¿te parece, Finnie?

—Te la daré luego, se que si te la doy ahora, dejarás de tomarme atención. —Dice el chico.

Bien. —Dijo la chica, virando los ojos.

El pelinegro sonrió y se dejó caer de espaldas a su cómoda cama, como aún abrazaba a la chica por la cintura, ella cayó sobre el. Millie, al notar que estaba sobre Wolfhard, dio una pequeña sonrisa nerviosa y se separó de inmediato, recostándose a un lado de el. El chico se apoyó en su brazo derecho para poder ver a la castaña, quien tenía sus manos sobre su pecho. Finn comenzó a acariciar el corto cabello de la chica, adoraba lo suave que era este.

Estuvieron así por varios minutos, en completo silencio, hasta que la chica habló.

Finn, tu... —Millie dudaba en si debía o no hacer la pregunta. —¿Tu alguna vez amaste a Madison?

—¿A que viene esa pregunta? —Preguntó frunciendo el ceño. —¿Volvió a acercarse a ti? ¿Te dijo o hizo algo?

—No, tranquilo. Es solo que, —Soltó un suspiro. —aún creo que fui yo la culpable de que terminasen.

Español || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora