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Millie no podía estar más feliz. El día anterior había dormido mejor que nunca. Tenía que admitir que el simple hecho de que Finn la tuviese entre sus brazos, mejoraba la situación. Estaba segura que no importaba si hubiesen dormido en el piso, aún así hubiese sido perfecto.

La mañana siguiente, la castaña al abrir los ojos, se encontró con el pelinegro aún dormido y podía jurar que despertar en los brazos de el pelinegro, había sido de las mejores cosas que le habían pasado en su vida.
Ella se dedicó a observar el rostro de el chico. Sus rizos despeinados, caían sobre su frente, sus ojos estaban cerrados y le permitían a Millie ver sus pestañas, sobre su nariz y mejillas, habían unas cuantas pecas, algo que le fascinó a la castaña, pues eran como pequeñas chispas de chocolate y por último se detuvo en los labios de el chico, sus gruesos labios que se moría por volver a besar.

La castaña puso su mano en la mejilla de el chico. Pasaron algunos minutos y el chico por fin despertó. Abrió sus ojos encontrándose con los de la castaña, ella le dedicó una sonrisa y Finn la abrazo fuertemente.

-Me quedé dormido. -Dijo el chico sonriendo.

Millie jugaba con los rizos de el pelinegro, mientras el simplemente miraba los ojos de la castaña. Se quedaron así por unos minutos más, hasta que la chica intentó levantarse, pero cuando Finn noto lo que intentaba, la abrazo aún mas fuerte.

-Finn, quiero levantarme.

-Yo no quiero que te levantes.

El beso la mejilla de la chica, haciendo que ella se sonrojase más de lo que ya estaba. Ella sonrió y comenzó a hacerle cosquillas. Finn no paraba de reír y por fin soltó a la castaña.

-¡Eso no es justo! -Dijo el chico simulando estar molesto.

-Dímelo en español, no entiendo.

El pelinegro prefirió quedarse callado y al igual que la castaña, se levantó.

-¿Qué hora es? -Pregunto la castaña.

El chico tomó su celular para mirar la hora, en su pantalla no había más que miles de mensajes de Madison, también había llamadas de la chica y unas cuantas de su padre, no se preocupó mucho por eso, luego lo llamaría de vuelta. Ignoro los mensajes de la chica y miro la hora, 8:32 a.m. las clases ya habían comenzado.

-Son las 8:32 a.m. pero si nos damos prisa podemos....

Millie lo interrumpió. -No, déjalo. No me hará daño faltar un día, pero si tu quieres ir, todavía tienes tiempo.

-¿Estás loca? Ni en sueños iré si tu no vas. Me quedaré aquí, contigo.

-Tengo que volver a mi casa. -Dijo la castaña tomando su mochila.

-Quedate un rato más, lo mismo que haces en tu casa lo puedes hacer aquí.

-Bien, pero te daré la clase s español que no te di ayer.

-Esta bien, pero...

Entonces el celular de Finn comenzó a vibrar. Estaba seguro que era Madison, así que lo ignoro, segundos después dejó de vibrar pero enseguida volvieron a llamar. Finn miro su celular y para su sorpresa, era su padre, no Madison.

-Esperame un momento.

La chica asintió sentándose de vuelta en la cama. El pelinegro salió de la habitación, cerrando la puerta detrás suya. Contestó la llamada.

Español || Fillie (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora