Capítulo 18: ¿Deberíamos mudarnos?

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—¿Por qué estáis en mi habitación?

Se suponía que Shouto iba a tardar más de cuatro horas en regresar; se suponía que no iban a ser descubiertos.

[...]

Arrastrando la bolsa negra como si fuera un cadáver, Todoroki terminó por entrar a su cuarto, cerrando la puerta y presionando el interruptor de la luz

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Arrastrando la bolsa negra como si fuera un cadáver, Todoroki terminó por entrar a su cuarto, cerrando la puerta y presionando el interruptor de la luz.

A solas, encerrados en el mismo lugar con Shouto, el cual había comenzado a mirarles fijamente, Kaminari y Kirishima comenzaron a sentir el verdadero terror recorrer su cuerpo.  

—¡No es lo que parece! —comenzó Denki con cierta desesperación—. ¡Tu mapache abrió la puerta!

—Ahora que lo habéis visto… —respondió el de cabello bicolor dejando caer su cargamento al suelo—. No puedo dejar que salgáis de aquí.

—¡EH, BASTARDO! —interrumpió Katsuki acercándose para pedir una explicación—. ¡¿Por qué mierda tienes todas esas fotos mías?! —reclamó señalando la pared del fondo.

Todoroki, ante esa acusación, se limitó a mirar hacia otro lado y buscar una sabia respuesta.

—Te lo diré después de encargarme de ellos —decidió responder dirigiendo su mirada hacia la pareja que cada vez estaba más nerviosa y señalándoles con serenidad.

—¡Espera! —agregó el pelirrojo al notar que las intenciones de Todoroki eran peligrosas—. Puedes hacerme cualquier cosa a mí… pero deja que Kaminari se vaya, por favor —rogó posicionándose delante del rubio y mirando a Shouto a los ojos.

—¡¿Estás loco, Kirishima?! —dudó Denki al ver que su novio iba a ofrecerse como sacrificio—. ¡Todoroki, haremos lo que quieras! —improvisó dando un paso al frente y tratando de controlar su nerviosismo—. ¡Y eso incluye a Bakugou! —agregó con una sonrisa mientras señalaba con el pulgar al amargado.

—Acepto —respondió Shouto rápidamente antes de que nadie pudiera decir algo más.

—¡¿HAH?! —se quejó Katsuki al verse metido en un problema, nuevamente, que no le incumbía… más o menos.

—Bien, podéis marcharos —sentenció el de cabello bicolor, abriendo la puerta y dando paso libre a Kirishima y Kaminari, los cuales suspiraron para, segundos después, mirarse con una leve sonrisa.

—¡Un placer hacer negocios contigo! —exclamó Denki a pocos pasos de salir.

—¡Suerte, Bakugou! —animó Eijirou ya a lo lejos.

Luego de que ambos jóvenes se fueran, Todoroki, nuevamente, cerró la puerta lentamente hasta quedar encerrado con Katsuki, el cual suspiró con el ceño fruncido antes de hablar.

—¿Qué mierda quieres de mí?

[...]

Fuera del peligro y lejos del rarito de Shouto, Kirishima y Kaminari optaron por quedarse y encerrarse en su cuarto un rato; ya era hora de que tuvieran algo de intimidad por un tiempo.

—Pensé que ya estábamos muertos —comentó Denki dejándose caer en la cama y soltando un suspiro.

—¿Deberíamos mudarnos…? —sugirió Eijirou al ver que, quizás, todo podría haber acabado bastante mal—. No podría soportar que…

Pero antes de que el pelirrojo terminase de hablar, Kaminari le tiró del brazo para que se echase en la cama junto a él.

—Y yo no podría soportar que te vuelvas a ofrecer como sacrificio —interrumpió Denki dedicándole una sonrisa—. ¡Si tenemos que morir, que sea juntos! Digo… Si uno de nosotros muriera antes, ¿no sería deprimente?

Kirishima, sin poder negar aquello, se limitó a devolverle la sonrisa.

—¡¿ASÍ, BASTARDO?! —se pudo escuchar un grito seguido de diversos golpes en la habitación de Todoroki.

—¿Qué estarán haciendo…? —inquirió el pelirrojo no muy convencido.

—A saber…

[...]

—Ya estoy en casa… —comentó Izuku después de abrir la puerta del piso y algo cansado; habían sido unas horas largas para él, pero había valido la pena.

Con la ilusión de volver a ver a Katsuki, el cual supuso tenía que estar hambriento, dejó algunas cosas en la cocina rápidamente y se dirigió a su habitación.

Pero, para sorpresa del joven de cabello verde, no había nadie dentro.

Con dudas, optó por entrar al baño, pero también estaba vacío.

“Qué raro… pensé que, como Kacchan no estaba en el salón, estaría en nuestro cuarto.”

De repente, diversos insultos imposibles de no reconocer llamaron la atención de Izuku, el cual se giró en la dirección que daba a la habitación de Todoroki.

“Esa es la voz de Kacchan…”

Tragó saliva y, con cuidado de no hacer ruido, se acercó poco a poco hacia aquel cuarto, poniendo la oreja y reconociendo perfectamente que Bakugou era el que estaba dentro.

Dudando y sin saber si se arrepentiría de hacer aquello, abrió la puerta, la cual para suerte suya estaba abierta, pudiendo entrar y contemplar lo que estaba sucediendo en su interior.

—¿Kacchan…? —murmuró al ver la escena con sus propios ojos.

[...]

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Compartiendo piso con imbéciles [Boku no Hero Academia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora