Capítulo Final: Felices los cinco... y otros más.

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—Kacchan… —comenzó el joven de cabello verde, tragando saliva antes de arrodillarse ante aquel rubio para, segundos después, sacar una pequeña cajita, la cual abrió y se pudo ver en ella un anillo de oro con varios diamantes incrustados—. ¿M-Me harías el honor… de casarte conmigo? —sentenció mirándole a los ojos con nerviosismo, pero decidido.

Lo siguiente que se pudo escuchar después de aquellas palabras, fue el sonido de diversos fuegos artificiales en el cielo nocturno, seguido de la preciosa vista que aportó la Torre de Kyoto, la cual se iluminaba con dos colores; el verde y el naranja.

[...]

Definitivamente, Katsuki no sabía cómo reaccionar; Izuku le había pillado por sorpresa.

Se esperaba de todo, menos esa petición.

Comenzando a sudar y con el ceño fruncido, mantuvo su mirada en los ojos del contrario, viendo lo decidido que estaba Midoriya y que iba en serio.

En un rápido movimiento, cerró los ojos y le arrebató la cajita con el anillo, dando media vuelta y alejándose sin decir absolutamente nada.

—¿K-Kacchan...? —dudó el joven, viendo cómo su amigo de la infancia se alejaba; de alguna manera, le pareció haber visto un leve rubor en Bakugou antes de que este se girase—. ¿Eso es un…?

—Cállate —ordenó, aún sin mirarle y pareciendo querer mantener su rostro oculto—. Ni se te ocurra decir algo más, Deku.

Sin poder evitar la gran felicidad que sintió en esos momentos, Izuku se levantó con una sonrisa, asintió y siguió a Katsuki, manteniéndose unos pasos por detrás de él.

Porque aquel joven de cabello verde sabía perfectamente que eso era un sí.

[...]

Mientras tanto, Kirishima y Kaminari se sentían un poco mal por lo que había dicho Uraraka sobre su dinero.

—¿Crees que sus padres estén enfermos de verdad? —inquirió el pelirrojo.

Ochako, antes de desaparecer de la pantalla de la televisión, les advirtió que no movieran absolutamente nada; ella estaría de regreso en un hora.

Pero lo que no sabían era que, obviamente, los padres de la chica estaban en perfecto estado; todo el dinero lo estaba ahorrando para comprarse una inmensa casa con jardín, jacuzzi, sala de juegos y un descapotable rojo.  

—No lo sé, pero espero que no suceda nada malo con todo esto —respondió Denki, teniendo un mal presentimiento al saber la cantidad descomunal de dinero que había en el sofá.

Sin saber qué hacer, ambos jóvenes se mantuvieron en silencio durante unos segundos, hasta que un sonido proveniente del móvil de Kaminari hizo reaccionar a ambos.

—¡Un mensaje de Midoriya! —exclamó al pensar en su salvación; cuando ese chico llegaba a casa, había menos de lo que temer.

—Oh, ¿y qué dice? —inquirió Kirishima tranquilizándose también.

Pero el silencio de su rubio comenzó a preocuparle; Denki parecía bastante sorprendido por lo que acababa de leer.

—Estamos… invitados a su boda.

—¡¿Qué?! —se exaltó Eijirou igual de atónito por tan inesperada noticia—. ¡¿Midoriya se va a casar?!

—Con Baku…

Sin poder terminar de mencionarlo, cierto ruido procedente del pasillo hizo que ambos jóvenes abrieran los ojos con terror, girándose lentamente y observando cómo Todoroki se hallaba ahí; al parecer, había escuchado todo a la perfección y, gracias a su mapache, ya no estaba amarrado ni amordazado.

Compartiendo piso con imbéciles [Boku no Hero Academia] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora