Las lágrimas quemaron la parte baja de mi garganta.
Intenté evocar cualquier recuerdo de mi padre, pero a mi cabeza solo vinieron imágenes difusas de un hombre que estaba conmigo a trazos, como una sombra que me acompañó en algún momento y poco a poco fue desapareciendo.
Samuel Evans, su nombre me era tan ajeno como el recuerdo. Había estado casado con mi madre, y se separó de ella cuando yo apenas tenía tres años.
Eso era todo,nunca me interesó saber más que eso.
Y ahora tenía frente a mí a una mujer que me aseguraba que él había vendido el alma de mi madre.Intenté ponerme de pie, pero la anciana tomó mi mano con más fuerza.
-Señorita, él esta pegado a usted. La marca; cuando la serpiente se consuma él la arrastrará.-Tita movió sus ojos de forma frenética, de un lado a otro; como si pudiera ver cosas que yo no. Mi mano ardió.
-Por favor, suelteme.-Susurré confundida.
-Esta pegado a usted. Es un intercambio desigual; él le quitará más de lo que le da. Eso hizo con padre.-parecía no escucharme. Comenzó a mumurar palabras en su idioma, sin aflojar su agarre.
Las velas en la habitación comenzaron tiritar, como si el viento quisiera apagarlas. Vi una sombra, pegada a las paredes cobrizas, deslizarse por ellas hasta llegar al altar.
Una de las cuatro velas que cubrían cada esquina del cuarto se apagó
-Me está lastimando.-Farfullé al sentir los huesos de mi mano traquear.
La anciana seguía moviendo sus ojos, susurrando cosas que no entendía. En la mesa frente a nosotras, un tabaco que ni siquiera había notado que estaba ahi, se encendió solo y empezó a consumirse.
La sombra de un hombre alto, con sombrero de ala ancha se posó detrás de la anciana.
-Por su alma caída han venido ya. El demonio y usted están unidos desde el inicio. Carne con carne tendrán que ser.
De un tirón salí de su agarre y comencé a caminar de espaldas a la puerta, sin apartar mis ojos de la aparición de aquel ser del sombrero.
Era apenas una imagen borrosa; como un dibujo hecho a carboncillo.-Rebecca, salga de aquí. -Dijo Tita, con sus ojos pálidos pegados a mi rostro. Su mano tembló cuando agarró el tabaco casi acabado; que se hizo cenizas antes de que ella pudiera llevárselo a los labios.
Una vela en el altar se apagó y la anciana dio un respingon.El hombre del sombrero puso una de sus manos negras sobre el hombro de la mujer.
-Salga ahora. -Con voz trémula, llevó sus dedos hacia la mano en su hombro.
El ala del sombrero de aquella cosa fue creciendo más, hasta llegarle casi al pecho.Yo aterrorizada, y sintiendo que mis pasos pesaban como plomo; Empecé a alargar mi mano tras mi espalda, con la esperanza de sentir el pomo de la puerta.
Mi cuerpo chocó contra algo, y yo solté un grito. Al mismo tiempo aquella sombra desapareció y la vela en la esquina se encendió en un chasquido.
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Mi Alma Por Un Beso
Paranormal¿Qué estarías dispuesta a dar a cambio de cumplir tus deseos? Puedes vender tu alma; él estaría dispuesto a recibirla. Primer libro de la saga Desde el Infierno. EN CORRECCIÓN. ©Todos los derechos reservados. No se permite copia, adaptación o distr...