1302 Palabras
Después del entierro de Policarpo, terminó el funeral y cuando casi todos se fueron, Mortibel le pidió a Luna y Anabelén que se quedasen un rato más.
—Ustedes son las únicas que podrán manipular o sacar el cuerpo de Policarpo de donde lo enterramos, ya le hablé al dueño del cementerio y lo aceptó. Cuando resolvamos el caso de quién mató a Policarpo, lo volverán a enterrar. — Lápis y Anabelén agradecieron a Morty y antes de volver a sus hogares. Mortibel habló a Anabelén.
—Gracias por apoyarme en este difícil momento, voy a tener que animar a todos en el pasaje, va a ser una semana muy difícil. Te lo vamos a agradecer cuando encontremos al culpable. — dijo Mortibel.
—Gracias Morty, la gente del pasaje son muy afortunados de tener un presidente y representante tan responsable y... Morty respecto a lo que pasó en el baile de los sueños— dijo Anabelén, haciendo una pausa para respirar y para armarse de coraje —te lo quería agradecer, eres uno de los mejores hombres que he conocido, y sé que ha sido poco el tiempo que nos hemos conocido, pero esto que siento, no lo he sentido con nadie, nunca antes. Un sentimiento tan puro, y tan doloroso al mismo tiempo, creo que lo que quiero decir es, ¿Quieres pololear conmigo?— dijo ella, jugando con el borde de su polera.
—Detective, Ana, no soy bueno expresando mis sentimientos, pero sé que lo que sientes no es no correspondido. Hay algo especial en ti, que no logro descifrar que es, pero sé que es algo que me hace sentir completo, como si he estado buscando algo toda mi vida, y al conocerte, encontré la última pieza del rompecabezas. Antes creía que no era capaz de sentir algo por alguien más, pero cuando llegaste, todo lo que no había sentido antes floreció como un jardín en primavera. Sí, me encantaría ser tu pololo. — dijo el con una sonrisa que iluminaria hasta la cueva más profunda. Anabelén se rió y comenzó a celebrar. Mortibel hizo lo mismo y la tomó en brazos y le dio vueltas y giros.
Martina y Carmelia, quienes habían estado viendo la escena, celebraron juntas desde su escondite.
—Te dije que tenían una oportunidad— dijo Martina riendo y saltando.
—Un par menos, faltamos nosotras— dijo Carmelia.
—Bueno... no nos apresuremos tanto, mi cita con Martín es en algunos días más. — dijo Martina.
Sara, quien estaba grabando la escena para mostrársela a Juan, el padre de Anabelén, fue a buscar su cámara para ir a la casa de su jefe. Cuando estaba lista para partir, llamo a alguien para que la pasase a buscar.
En la casa del padre de Anabelén, Alonso, el hermano de la detective, estaba jugando videojuegos en su computadora, bebiendo malteada de Chocolate y comiendo papas fritas. Hortensia, la otra empleada que tenía Juan, estaba limpiando las migas de papas desesperadamente.
—Oye Alonso, no sé cómo tu papá no se enoja contigo si lo único que haces es jugar y comer, además mañana tienes una prueba muy importante, que dependerá si pasas la universidad— le dijo la empleada.
— ¿Te digo algo Hortensia? No necesito la universidad, porque tengo dos padres que ganan mucho dinero en su trabajo y son casi millonarios. Mi papá no me va a regañar, ya que soy el hijo favorito y ya se olvidará de Anabelén. Ahora, ¿puedes tirar a la basura esta lata de bebida?— Dijo Alonso, quién se tiró un gran eructo. Hortensia no podía hacer nada más que obedecerle, así que hizo como pidió.
—Los jóvenes de ahora no tienen ni educación, por dios esta gente— dijo ella lamentándose, cuando tocaron la puerta.
—Ay Sara, por fin llegas para ayudarme. ¡Alonso no quiere estudiar y aun así su padre no le regaña!— dijo Hortensia al ver a Sarah al otro lado de la puerta.
—No estoy aquí para hacer vida social, necesito mostrarle estas fotos de Anabelén a Juan. Míralas— dijo Sarah mostrándole distintas fotos en las que aparecía Ana y Morty.
—Uf, parece que a Juan no le van a gustar estas fotos, se va a enojar muchísimo— dijo Hortensia.
— ¿Alguna novedad Sara?— dijo Juan entrando a la sala.
—Muchas terribles novedades sobre su hija tengo Señor Juan ¿Por qué no subimos a su pieza y se las muestro?—
—Está bien, pero quiero cada detalle de la situación. —
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— ¿¡No recuerdas el trato que hicieron Anabelén!? Le prometiste que no socializarías con la gente del pasaje, no más de lo necesario— dijo Geraldo cuando escucho lo que había pasado entre Anabelén y Mortibel.
— ¡Pero es que Mortibel me quiere y yo también lo quiero!— Dijo la detective sonrojándose.
—Si lo quieres tanto ¿Por qué no le dices la verdad y le dices que su amor es prohibido?— le dijo Geraldo perdiendo la paciencia.
— ¡No! Ya he llegado muy lejos y no quiero que él se enoje conmigo. Yo sabré cuando esté lista— dijo la detective.
—Está bien, pero ojalá que estés lista pronto— le dijo su amigo comenzando a calmarse.
— ¿Sabes qué? ¡Mañana tendré mi primera cita con Mortibel!— dijo ella cambiando el tema.
— ¿En serio? Ohhh se verán muy tiernos— dijo Geraldo.
—Aunque para que no sospeche de mí, comenzaremos hablando sobre lo que he encontrado en el cuerpo del asesinato— dijo la detective.
—Espero que tengas mucha suerte y por eso vamos ahora mismo a hacer un salud por los enamorados— dijo Geraldo alzando su copa.
—Salud— rieron ambos tomando bebida en los vasos.
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—No puedo creerlo... Mi hija abrazando a ese hombre y además en una relación con él. Con razón no quería entrar a la armada— dijo furiosamente Juan luego de que vio las fotos.
— ¿Y le digo lo peor? Ese hombre es Mortibel, el presidente de la junta de vecinos del pasaje. Bailaron juntos, pero no pude sacarle fotos, porque un muchacho borracho tiró mi celular y se puso a bailar con nosotras. Bueno, además ese hombre era-— dijo la sirvienta, pero fue interrumpida.
— ¡Suficiente Sara! Quiero más información en video sobre mi hija y sobretodo sobre este tal Mortimer— dijo Juan antes de que terminase la oración.
—Se llama Mortibel, señor Juan— dijo ella corrigiéndolo.
—Sí, sí, si, como sea, ahora tengo que idear un plan para demandarlo, y tú me ayudarás mostrando pruebas mediante fotos y videos—
Cuando Sarah bajo las escaleras recibió el mensaje de la persona que la había llevado a la casa, que decía: "Estoy afuera de la casa del viejo amargado". Ella se despidió de Hortensia y abrió el portón. Afuera lo esperaba un hombre en su auto.
—Ay querida Sara. No deberías estar con ese anciano decrepito. — dijo Eduardo una vez que Sara entro al auto.
—Tú tampoco te mereces estar detrás de esa detective, que me cae horrible— dijo ella.
—No te preocupes, cuando logre conquistarla, la voy a abandonar y le romperé el corazón como ella me lo rompió a mí. —
— ¿Sabes querido? Yo te puedo ayudar con eso, mira esto— dijo ella, y le mostro las fotos y videos de Anabelén. Eduardo miró horrorizado el video en que mostraba a Anabelén confesando su amor a Mortibel y se enfureció mucho cuando vio a Mortibel tomando en brazos a la detective.
—Sabía que ella me iba a traicionar, no está siguiendo el plan como le dije. Provocó al hombre equivocado— dijo Eduardo cuando había terminado el video.
— ¿De qué plan hablas Edu?— Preguntó Sarah.
—Es algo de lo que no deberías preocuparte, querida. Um, ¿Por qué mejor no vamos a comer un helado en el mall?— dijo Eduardo nervioso.
—¡¡Sí!! ¡Me encanta ese plan!— dijo Sarah.
—Oigan ustedes están mucho tiempo estacionados en la mitad del camino. ¡Muévanse!— Les grito un hombre y todos los demás autos tocaron su bocina. Eduardo y Sara simplemente se miraron y rieron.
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¿Quién mató a Policarpo?
Mystery / ThrillerUna boda y un cadáver. Una chica nueva llego al pasaje para resolver el caso, y se encontró metida en un lio que presenta un riesgo para ella y para todos sus amigos. Una amenaza acecha a la vuelta de la esquina, y lo único que protege al pasaje es...