𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 / (+18)

O9 × Untitled.

—— Kagami ——

Flashback.

Desperté, me dolía la cabeza y mis párpados pesaban más de lo que deberían de hacerlo. Me sentía acalorada,desorientada y tenía muchísima sed.

Que sueño más extraño he tenido...

Al abrir los ojos vi la tenue luz de la lámpara de noche iluminando parte de la habitación en la que me encontraba, intenté incorporarme pero el peso de alguien encima de mi me lo impidió.

— ¿Pero qué...? — Bajé la mirada, encontrándome con el relajado semblante de un chico rubio y apuesto, quien dormía tranquilamente sobre mi regazo, tomándome completamente por sorpresa. — Oh por Dios... Entonces no fue un sueño...

Miré hacia todos lados en busca de Chloé, ella dormía detrás del muchacho, abrazada a su cintura mientras mantenía apoyada la frente contra su espalda.

Los tres estábamos semi desnudos, él apenas vestido con su bóxer mientras que la rubia y yo, únicamente llevábamos bragas encima.

Kagami Tsurugi... ¿En qué mierda estabas pensando?

En ese instante el chico despertó, abriendo los ojos con dificultad a la vez que arrugaba el entrecejo. Sin entender bien porqué, lo aparté rápidamente de mí, ruborizándome por completo mientras cubría mis pechos con mis manos.

Casi tienes sexo con él ¿Y ahora te sientes así de avergonzada? 

— Carajo... Mi cabeza... — Susurró, llevándose ambas manos a la frente, yo me mantuve estática en mi lugar, mirándolo sin saber qué hacer o decir en ese momento.

Después de un rato él levantó el  rostro, encontrando su intensa e intimidante mirada con la mía.

— ¿Quien eres? — Preguntó en un tono sereno aunque firme— ¿Y donde  carajos estoy?

— Y-yo... Ehh...

—Espera, creo que recuerdo... —  Carraspeó—  Eres Kagami... ¿Cierto? — Yo asentí, notando como él  recorría mi cuerpo con su hermosa mirada verdusca, al instante tiré de una de las sábanas, cubriéndome rápidamente con esta — Hey ¿Porqué estás...?

El chico se llevó una mano a la boca, parecía que tenía que vomitar y joder ¡Yo aún no sabía que hacer!

— ¿Estás bien...? — Pregunté mientras gateaba en su dirección, él negó, llevando su mano libre hacia mi hombro para apretarlo con fuerza.

— ¿Dónde carajos está él...?

— ¡Allí! ¡Es esa puerta! — Exclamé alarmada, poniéndome rápidamente de pie y tomándolo de la mano para guiarlo hacia esta.

Él entro, cerró la puerta y pude escuchar cómo parecía devolver el estómago.

— ¡Ah! ¡Joder! — Gritó después de un rato — ¡¿Que mierda tenían esas bebidas?!

Lo mismo quisiera saber.

— Oye... ¿Necesitas que te traiga algo?— Pegunté desde afuera, enredando la sábana alrededor de mi cuerpo. No recibí respuesta alguna, en lugar de eso, escuche el sonido de la regadera y como aquel joven carraspeaba para después toser.