𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 / (+18)

27 × Uncertainty

Marinette

La ceremonia civil de la boda de mis dos grandes amigos había sido sumamente emotiva y hermosa. Todos estábamos muy felices por ellos, en especial Sharon quien estalló en lágrimas al ver como Catlyn se unía en matrimonio con el hombre que tanto la amaba y que no podía ser más perfecto para ella.

Después de que esta terminó, todos nos dirigimos a la segunda planta de aquel hermoso restaurante en el cual se llevaría acabo la recepción. Este había sido decorado hermosamente por mi suegra y mis amigas, quienes se encargaron de hacer lucir de ensueño hasta el más pequeño rincón del lugar.

Sin embargo y a pesar de las risas, los murmullos y la música que sonaba de fondo, Adrien permanecía serio, con la mirada perdida y por mucho que se esforzara en aparentar normalidad, su mirada triste y sus constantes suspiros indicaban lo obvio: Estaba completamente destrozado por dentro.

Adrien...

Aún consumida por la culpa, sujeté su mano por encima de la mesa en un intento por trasmitirle todo mi apoyo. El ladeo el rostro, esbozando una tímida sonrisa antes de entrelazar sus dedos con los míos y depositar un casto beso a la altura de mi sien.

—Tranquila, estoy bien —Murmuró en el tono más bajo que pudo, acariciando mi mejilla con su nariz—No quiero que te preocupes por mí.

—¿Como no hacerlo? Te amo y lo que sucedió hace unas horas...

—De alguna u otra manera tenía que enterarme ¿No es así? —Asentí, bajando la mirada a mi plato, él sostuvo mi mentón con su mano libre, obligándome a levantar el rostro para mirarme—Hey, tu no tienes la culpa de nada.

—No estoy tan segura de eso...

—Pues yo sí, así que deja de culparte, bichi tonta—Respiró profundo, soltando poco a poco el aire por la nariz—Mi madre siempre dice que todo pasa por algo ¿Sabes? Y viéndolo de esa manera... Supongo que las cosas siempre debieron de ser así.

—¿Porqué lo dices...?

—Pues... Porque gracias a lo que sea que haya sucedido en esa fiesta, existe Claude y...

—¡Papi!—Intervino el pequeño mientras corría hacia Adrien con su osito entre sus brazos —Alex le hizo esto a abracitos...—Susurró formando un mohin con los labios mientras levantaba uno de los bracitos del peluche el cual se mostraba descocido y dejaba ver el relleno en su interior.

—¿Lo hizo a propósito?

Claude negó, tallando sus ojitos con sus puños. Yo me apresuré a tomar al osito para revisar la costura de cerca.

—Bueno... Esto lo puedo solucionar —Susurré, captando así la atención del pequeño quien levantó la mirada curioso—Dame diez minutos y quedará como nuevo.

—¿De verdad?—Preguntó Adrien, yo asentí.

—Traigo hilo y aguja en mi bolso, ya sabes, por cualquier percance que pudiera pasarle al vestido de Cat.

Adrien simuló una sonrisa, levantándose de su sitio para después cargar a su pequeño en brazos, ayudándolo a secar sus lágrimas con una de las servilletas.

—¿Quieres que vayamos a la azotea mientras Mari arregla tu osito?—Preguntó en un murmullo a lo cual, Claude asintió —Muy bien, entonces... —Voltéo a verme, siendo ahora yo quien asintiera en respuesta a su pregunta no articuada —Gracias.

—No hay de qué. 

Adrien sonrió y llevando a su pequeño hijo con él, se dirigió a las escaleras que llevaban a la azotea de aquel hermoso restaurante, siendo seguido enseguida por su hermano. Según dijo Alya, esta contaba con una bella alberca la cual decoraron con luces fluorescentes en tonos neon, misma que estaba segura serviría muy bien como distracción para los niños.