𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 / (+18)

15 × Love you.

—— Adrien ——

Con mis manos en el volante y las de mi chica jugueteando por distintas partes de mi cuerpo, me obligaba a mi mismo a mantener la maldita cordura y conducir lo mejor posible hacia el apartamento.

Si bien nos habíamos entretenido un poco con nuestros amigos al salir de aquel candente encuentro en el baño, la necesidad que tanto mi bichita y yo sentíamos el uno por el otro estaba llegando al límite de lo incontrolable... 

— ¿Puedo... Preguntarte algo? — Murmuré con la voz ligeramente entrecortada debido a la ansiedad, Marinette asintió a la vez que deslizaba una de sus manos por la cara interna de mi muslo, no apartando su hambrienta mirada de mi.

— ¿Qué cosa?

— ¿Imaginaste que en algún momento me la chuparías mientras conduzco? 

Ella sonrió de forma traviesa, desabrochó mi cinturón y con rápidos y hábiles movimientos se apresuró a hacer lo mismo con mi pantalón, aflojándolo hasta lograr sacarme la polla del bóxer.   

Una vez con mi falo entre su mano, lo apretó, comenzando a sacudirlo de arriba a abajo, observándome desde su posición con esa sonrisa ladina surcando sus labios. 

— Me encanta lo grande que es...— Murmuró con los labios apegados a mi glande, al instante tensé la mandíbula, removiéndome en mi asiento al sentir su lengua recorrer lentamente toda la extensión de mi miembro.  

Pude distinguir su sonrisa triunfante antes de que su lengua comenzara a rodear la cabecilla, acción que me hizo apretar  las manos contra el volante y contener un jadeo mientras que internamente, deseaba que llegáramos sanos y salvos a nuestro destino, aunque no podía negar que aquello era jodidamente excitante.

— Métela en tu boca... — Ordené, aunque más parecía una súplica— Quiero que me la vuelvas a chupar...

Marinette asintió, separó los labios y atrapó gran parte de mi sexo entre estos al mismo tiempo que comenzaba a bajar lentamente la cabeza, haciendo que mi miembro se deslizara poco a poco dentro de su boca.

Podía sentir el calor de su lengua al acariciar mi falo, lo bien que este resbalaba al estar cubierto con su saliva y además, el cómo ella combinaba sus lamidas y succiones con las caricias que sus inquietas manos le brindaban a mi escroto, hechos que me estaban llevando a un estado de desesperación.

— Ahh... Joder...—  Me detuve en una luz en rojo y aproveché para bajar la mirada hacia ella— Eres toda una atrevida bichita...

—  ¿Atrevida? — Sacudió con más fuerza mi falo, dejando escurrir una considerable cantidad de saliva sobre él — Sólo me gusta hacer gemir a mi hombre...

— Y vaya que sabes cómo... Lograrlo...

Ella sonrió, atrapando de nuevo toda la extensión de mi falo dentro de su boca. Yo por mi parte, eché la cabeza hacia atrás, disfrutando plenamente de aquella excitante sensación, al menos hasta que la luz del semáforo me indicó que tenía que avanzar.

Aún me costaba creer que todo fuera tan perfecto entre nosotros, es decir, después de toda la mierda por la que habíamos tenido que pasar, el volver a estar así, juntos, haciendo locuras y amándonos a nuestra apasionada y desenfrenada manera, me hacía sentir tan afortunado...

— Adrien... — Murmuró mi princesa después de liberar mi erección al mismo tiempo que se incorporaba en su asiento  — Yo... B-bueno... Quisiera intentar algo...

Si, aquello definitivamente me tomó por sorpresa.

— ¿Intentar algo? — Enarqué una ceja— ¿Qué cosa?