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Eres un héroe, Potter (y otras mentiras que nadie cree)

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Eres un héroe, Potter (y otras mentiras que nadie cree)

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Grimlaud Place, Londres.

Un chico moreno, de cabello negro azabache y mirada perdida aparece de la nada. Se recoloca sus gafas nuevas, de pasta negra muggle, y se aparta el pelo de la cara para limpiarse el sudor de la frente, dejando ver en ella una cicatriz blanca en forma de rayo.

Bueno, eso es lo que todos los muggles de alrededor verían si no fuera un chico invisible.

Desde pequeño, Harry Potter había aprendido que ser invisible era sumamente útil. Si no te ven, tus tíos no pueden gritarte. Si no te ve, tu primo no puede pegarte. Si no te ven, no pueden atosigarte a preguntas. Si no te ven, no le pueden quitar puntos a Gryffindor ni expulsarte.

Si no te ven, no te matan.

Y últimamente, ser invisible era lo que más deseaba en este mundo.

El chico hizo unos movimientos y, frente a sus narices, dos edificios se separaron como si de un terremoto se tratara. Los muggles de las ventanas no se dieron cuenta de nada y siguieron riendo. Los transeúntes de la calle parecían ignorar lo que estaba sucediendo. Pero allí, gracias a la magia, apareció otro edificio.

Entró casi al instante, en guardia y con la varita en alto, sin hacer ruido.

— Homemum Revelio.

No sucedió nada.

A pesar de que el hechizo había demostrado que no había nadie en la casa, buscó por todas las habitaciones repitiendo el hechizo una y otra vez. Cuando se hubo asegurado de que no había intrusos, procedió a revisar que todas las protecciones estuviesen bien colocadas y en perfectas condiciones.

No, hoy tampoco había intentado entrar nadie. Un día más sin sufrir ataques, como todos desde la caída del-que-no-debe-ser-nombrado. Algunos pensaréis que exageraba pero, ya sabéis, alerta permanente.

Cuando por fin se había tranquilizado, el crujir del suelo tras él le sobresaltó.

—¡Expeliarmus!

Se giró a la velocidad del rayo, dispuesto a atacar, y una luz roja salió desde su varita e impactó contra un cuerpo.

Una varita salio disparada por el aire y una bolsa de la compra se estrelló contra el suelo.

La Magia de tu Sonrisa (o cómo descubrir a tu admirador secreto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora