La Melodía del Amor 2: Los Acordes del Olvido

Capítulo XIV: Objetivo - Escapar del Enemigo

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Andrés

Dejé mi arma en la habitación ¡demonios! además de eso acabo de perder cualquier comunicación con Megan, no sé si está viva o muerta, estoy encarando a dos sujetos enmascarados que empuñan una pistola 9mm y en sus espaldas llevan un rifle de asalto, ¿Qué haré?, me pregunto, pero parece que la suerte me sonríe esta vez, el sujeto de la izquierda dispara su arma contra su compañero y se quita la máscara, debajo de la máscara hay un hombre rubio, de piel blanca y ojos verdosos, luego voltea a verme, estoy sorprendido por lo que acaba de suceder – Mi nombre es Gabriel Polanco, soy agente de la Interpol – Me dice aquel hombre enseñándome su placa – Estoy infiltrado aquí desde hace un año y recibí el informe de que ustedes dos se habían infiltrado hace una semana, veo que están en problemas, sígueme escaparemos de aquí – Gabriel le quita las dos armas al sujeto que acaba de asesinar y me las entrega a mí – Ten las necesitarás – Las tomo y coloco el rifle a mi espalda y junto con él comienzo a correr.

Me detengo en el pasillo y Gabriel me pregunta - ¿Qué sucede? – lo miro – Lo siento, pero no me iré de aquí sin Megan – Comienzo a correr hacia donde está ella y escucho la voz de Gabriel – No hay tiempo para eso hombre, ya debería estar muerta – En ese instante escucho el grito de Megan - ¡CORRAN! – luego la veo y escucho el rugido de la mascota de White Lion, comienzo a correr al igual que Gabriel, llegamos a la sala principal donde al parecer nadie se ha percatado aun de lo que está sucediendo – Tenemos suerte, nadie sabe de ustedes todavía, vayamos rápido a la sala de vehículos – lo detengo – Espera un momento, no nos iremos de aquí sin la información que recaudamos durante una semana entera – Megan me mira y muy seria me dice – No hay tiempo para eso, Andrés, acaban de enviar un ataque a la ciudad, aún estamos a tiempo de detenerlos – Gabriel coloca su mano en nuestros hombros y dice – Escuchen, Megan, en la sala de vehículos hay un tipo llamado Jesús dentro de un helicóptero, es mi compañero, ve con él y prepárenlo todo para huir, yo iré con este chico a buscar la información y los alcanzaremos – Megan asiente con la cabeza y comienza a correr, luego Gabriel comienza a correr y yo voy tras él.

Llegamos a la habitación G18 y tomo el bolso con todas mis pertenencias, incluyendo la información sobre el Zodíaco - ¿Ahora cómo alcanzaremos a Megan sin ser comida de León? – le pregunto, Gabriel suspira y me responde – Sígueme, solo hay un lugar en el que los túneles se conectan entre sí – Gabriel quita la rejilla de la ventilación y se sube, yo le lanzo el bolso y subo, una vez dentro de la ventilación comenzamos a gatear dentro de los túneles buscando la rejilla correcta que nos lleve a la sala de vehículos, Gabriel habla por su comunicador con ese tal Jesús – Díaz, cuando tengas a la chica despega, te esperaremos en el desierto – ese tal Jesús Díaz le responde – Entendido – Gabriel comienza a gatear con más prisa y para no quedarme atrás le intento seguir el paso, llegamos a un lugar de la ventilación donde no hay salida, Gabriel le da un par de patadas a la parte superior y abre una especie de escotilla por la que cae mucha arena, la sube, le lanzo el bolso y tras él subo.

Detallo el lugar, estamos en el desierto a las afueras de la base, diviso en el cielo un helicóptero que se dirige hacia Punto Fijo debe ser el que decía Megan, un segundo helicóptero aparece sobre nosotros dejando caer la escalera, escucho la voz de Megan - ¡¡Suban!! – grita, comienzo a subirla junto con Gabriel y mientras voy subiendo, el helicóptero va avanzando ganando más altura, finalmente llego a la cabina donde Gabriel me extiende la mano para ayudarme a subir, Megan me recibe con un abrazo – Lo logramos – Todo esto se siente extraño – Aun no – le digo, a lo que Gabriel me da la razón – Es cierto, tenemos que derribar ese helicóptero a como dé lugar – Megan quita sus brazos de mí, Gabriel toma el volante del copiloto y yo me siento – Acérquense lo más que puedan – dice Megan y así lo hacen, cuando están cerca Megan empieza a saludarlos y le tira una granada, mientras nosotros nos alejamos, Megan les hace una señal de adiós y la granada explota derribando el helicóptero.