Capítulo XVIII: Invasión

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Ángel

Hace un momento escuchamos un fuerte estruendo afuera, luego de eso escuchamos disparos y recibimos una transmisión de Andrés, Alberto habló con él, nos reuniremos en Zonarecords. Cuando supimos de las instrucciones que nos dio mi hijo, Alberto nos llevó a un cuarto de armas, todos tomamos un rifle de asalto, una pistola, y un par de granadas tanto de humo como de fuego – Llévenle estos a los muchachos – Dice Alberto entregándome las armas de Andrés y Megan – Entendido – le digo, comienzo a caminar junto con Gabriel Polanco y mi jefe, David Schmidt, luego volteo y veo que María se encuentra con Alberto todavía - ¿Qué sucede María? – le pregunto – Tío, me quedaré con el teniente Pimentel, ahora que mi superior murió soy la nueva encargada de la seguridad regional del estado, así que coordinaré todo desde aquí en conjunto con el teniente – responde María con mucha seriedad – Cuídense – le digo y continuo caminando.

Los disparos siguen sin cesar afuera, nos colocamos tras la puerta y me preparo para abrirla, respiro hondo y le pregunto a los otros dos agentes - ¿Listos? – ambos asienten con la cabeza, inmediatamente abro la puerta y me coloco a un lado, dejándole espacio a Gabriel para que salga disparando con su rifle, tras él voy yo, él se cubre de los disparos detrás de un contenedor de basura y desde allí dispara para cubrir mi salida, voy hasta donde está él y así mientras él cubre el frente, yo cubro ambos flancos asegurando la salida de nuestro superior, él se desplaza hacia nosotros y al estar en "zona segura" pregunta - ¿Cuál es el siguiente paso?, Ángel – Le doy la espalda cubriendo el flanco izquierdo y él hace lo mismo cubriendo el flanco derecho, mientras que Gabriel continúa disparando hacia él frente, derribando soldados del Zodíaco y brindándole apoyo a la Fuerza Armada Nacional.

Detallo mis alrededores, busco la manera de escapar del fuego cruzado para reunirme con Andrés y Megan – Polanco, ¿Dónde está el auto en el que vinieron? – le pregunto a Gabriel – lo estoy viendo, está al frente de nosotros como a cinco metros de distancia, ¿Por qué? – responde y pregunta Gabriel, hago caso omiso de su pregunta y digo – Jefe, cúbrame mientras intento llegar a él, Gabriel despeja los alrededores del auto – mi superior asiente con la cabeza al igual que Gabriel y comienzo el conteo para prepararlos – Muy bien, comenzaremos a la cuenta de uno... dos... ¡Ahora! – Salgo agachado con mi rifle preparado para el ataque mientras que, a mis espaldas, mi superior me cubre disparándole a quiénes me apunta y Gabriel les dispara a los soldados del Zodíaco que están cerca del auto. Una bala roza mi brazo izquierdo y volteo en campo abierto buscando al culpable, lo encuentro y rápidamente le disparo desde mi posición, luego continúo caminando agachado, desplazándome rápidamente hasta el auto.

Logro llegar hasta un árbol muy ancho y me coloco tras él cubriéndome del fuego enemigo, uno de los militares a mi alrededor se percata de mi presencia y pregunta, cubriéndose tras un pipote de basura - ¡¿Necesita llegar al auto?! – lo miro sorprendido y afirmo con la cabeza su respuesta - ¡Continúe adelante! ¡Mis compañeros y yo le cubriremos las espaldas! – Sus palabras me inspiran confianza y salgo del árbol inmediatamente intentando llegar al auto, ya estoy a pocos metros de él, a mitad del camino escucho la voz del militar - ¡Cubran al agente! ¡Cubran al agente! – observo como a mi alrededor todos los soldados del Zodíaco comienzan a caer rápidamente, consigo llegar al auto y montarme en él, una vez dentro al no tener llaves lo enciendo de la manera "fácil", pegando los cables eléctricos debajo del volante. Luego acelero hasta el contenedor de basura donde me esperan mi superior y mi camarada, ambos se suben rápidamente, David Schmidt como copiloto y Gabriel Polanco en la parte trasera.

Acelero sin miedo alguno atropellando a varios hombres de White Lion, mientras que los otros me esquivan y caen gracias a las balas de los militares. Logro salir de la Base Naval y encaminarme hasta Zonarecords, observo por el retrovisor como atrás de nosotros, los hombres de White Lion siguen intentando entrar a la Base Naval - ¿Por qué hay tantos hombres? – pregunta el señor Schmidt – No lo sé – respondo, y Gabriel nos quita las dudas – En los últimos días las fuerzas armadas de White Lion han crecido, hay nuevos hombres y mujeres que superaron el entrenamiento, además de eso al parecer envió a varios soldados a la ciudad, cuentan con 1.800 hombres a su mando actualmente, 500 de ellos son cachorros de nuevo ingreso y el resto son agentes con rangos mucho más altos, claro descontando a los dos que ustedes mataron y a los cuatro que nosotros matamos en México, también descontándonos a nosotros tres, esa cifra se reduciría a 1.790 – me sorprendo tras las palabras de Gabriel y digo – Ya veo, así que el idiota no me lo contaba todo, se tenía esos nuevos entrenamientos bien guardados – Sin más palabras acelero perdiéndome del lugar.

La Melodía del Amor 2: Los Acordes del OlvidoWhere stories live. Discover now