Capítulo 3: El barco de la Marine

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Apenas podía mantener los ojos abiertos, pero le tocaba hacer la última guardia, justo después de Penguin, así que no le quedaba más remedio que relevarle para que su compañero pudiera dormir un poco más. Instintivamente, miró hacia el camerino de su capitán. La puerta estaba ligeramente entornado, pero podía ver al fondo su silueta, dormido pese a que no dejaba de moverse entre las sábanas. Seguramente tendría alguna pesadilla, algo típico durante esta última semana.

- ¿Deberíamos despertarle? – preguntó Penguin algo angustiado al ver cómo su capitán se removía casi con angustia.

- No, déjale descansar. Al menos ha cerrado un rato los ojos.

- ¿Sabes qué le ocurre?

- No tengo ni idea, pero creo que tiene algo que ver con que estemos aquí frente a la tumba de Barbablanca y el segundo comandante.

- No sabía que se conocían.

- Tampoco yo – le comentó Bepo – el capitán no suele hablar de estas cosas y Ace... era incluso más joven que él, no sé de qué podrían conocerse. Quizá coincidieron alguna vez antes de que formase nuestra tripulación, no estoy seguro.

- Shh – comentó Penguin al escuchar cómo su capitán susurraba – está diciendo algo.

- Le llama – le confirmó Bepo – lleva varias noches llamando a Ace. No sé qué maldita relación tenían esos dos, pero su muerte le ha afectado demasiado.

- ¿Crees que se está volviendo loco?

- Creo que está desesperado y cuando estás en esa condición, no ves el riesgo o mejor dicho... no quieres verlo. Ahora mismo hará lo que sea sin medir las consecuencias. Aun así, un hombre sin miedo a morir como él, es difícil de detener. No se dejará atrapar vivo y podrá llevarse a cientos de hombres por delante hasta que consigan pararle. Por eso Law es tan peligroso. Pocas veces se deja llevar por sus emociones, pero cuando lo hace... más vale tenerle como aliado.

- Me gustaría acompañarle.

- Es mejor obedecer sus órdenes. Mañana partiremos en busca de la tripulación de Barbablanca y la de Sombrero de paja. Hay que notificarles el descubrimiento. Estoy convencido de que nuestro capitán tendrá algo en mente. Ve a descansar, yo seguiré con la ronda.

***

Las olas del mar empezaron a reflejar lentamente el precioso amanecer después de aquel día nublado que habían tenido ayer. Sin embargo, no fue ese color rojizo reflejado en el agua en lo que Bepo se fijó, sino en las velas blancas del horizonte con la insignia grabada de la marine.

- Capitán – gritó Bepo – velas blancas en el horizonte. Parece un barco de la Marine.

"Barco de la marine", "velas blancas", aquellas palabras hicieron que Law abriera los ojos al instante y casi se cayese de la cama por las prisas de ponerse en pie. Debía darse prisa y encontrar una solución. Si sus compañeros se marchaban ahora... él necesitaría un medio para ir hasta Marineford. Un barco de la marine estaría bien si conseguía colarse. La suerte parecía estar de su lado.

- Marcharos inmediatamente y cumplid mis órdenes, yo me quedo.

- Pero, capitán... - exclamaron al unísono sus compañeros.

- Vamos, iros ya o no podréis salir con ese buque en medio. Tenéis una oportunidad ahora de que no os vean si os sumergís.

***

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora